1. No cura mientras el sujeto no deje de echar balones fuera. La cura pasa por asumir la propia responsabilidad -"qué tengo que ver en mis síntomas"- y dar lugar a lo que de lo inconsciente se pone en juego en los síntomas. Por ejemplo, existe el goce sufriente de la pena. Suele ser inconsciente, pero hay sujetos que lo atisban conscientemente, como lo expresa Manuel Machado: "Mi pena es muy mala, porque es una pena que yo no quisiera que se me quitara".

2. Así es: hay una parte inconsciente, que es la que determina nuestra vida. Por ejemplo, si persisten inconscientes el destino y los deseos que para cada sujeto han tenido los padres, el Otro, ¿cómo apartarse de esa senda para forjar el propio destino, reconocer los propios deseos y hacerse cargo de ellos? Sería un sujeto al servicio de lo que el Otro quiere de él, capturado en una historia del Otro, escrito por el Otro.

3. El paciente, al hablar, escribe y reescribe su historia, y lo inconsciente se manifiesta en el texto hablado, en el relato y en el lenguaje. El psicoanalista es un lector de lo inconsciente, adviniendo el efecto terapéutico, curativo, por añadidura.

4. Los libros no curan de una psicopatología: hace falta añadir tratamiento. Sí pueden dar pistas de cuestionamiento y conocimiento. La escritura tampoco cura por sí misma, pero puede ser un valioso instrumento porque se cuela lo inconsciente simbolizándose en palabras. Leopoldo Mª Panero no curó la psicosis ni leyendo ni escribiendo, pero quizá ambos actos contribuyeron a que no se descompensara aún más y a que se mantuviera vivo. James Joyce pudo preservarse de un brote psicótico gracias a la escritura. Sin embargo, escribir no evitó los brotes de locura de su hija Lucia. A él, la escritura le sirvió para mantenerse a flote; su hija se hundía por mucho que escribiera (le dijo Jung a él). A mí, las obras literarias que más me han marcado son las canciones que me cantaba mi madre, las historias familiares que ella me contaba y los libros que me daba mi padre a leer, algunos de los cuales eran los mismos ejemplares que él leyó de niño: Verne, Salgari, Curwood, Homero abreviado...

5. Sobreviven porque somos seres de palabras y silencios. Porque lo inefable agujerea lo decible? y nos queda la palabra para bordear los agujeros, para contarnos y significarnos. Porque estamos atravesados por el lenguaje, como dijo Lacan lo inconsciente está estructurado como un lenguaje. Porque estamos hechos y deshechos de historias que nos rehacen. El psicoanálisis es una cura por la palabra. La lectura: palabras que nos hablan de lo más extraño y de lo más familiar. La escritura: un lenguaje que escribe al escritor, quien a su vez inventa historias ajenas a través de la propia o reinventa su propia historia.

1. Ver proyectado en una historia lo que uno padece, ¿en cierta manera 'cura'?

2. ¿Nuestra vida es nuestra autobiografía sin que seamos conscientes de eso?

3. ¿Qué hay de literario en el psicoanálisis, y de terapéutico en la literatura?

4. ¿alguna obra literaria le ha 'curado', ayudado a restablecerse de un periodo vital crítico?

5. En esta vida tan rápida, ¿cómo sobreviven la hondura de la literatura y del psicoanálisis, y qué futuro les augura?

"El psicoanalista es un lector de lo inconsciente, adviniendo el efecto curativo por añadidura"

ernesto maruri

"La literatura nos hace ver que nuestro dolor no es único, que puede relativizarse"

roberto valencia

roberto valencia

escritor y crítico literario