El cantante navarro Serafín Zubiri llevaba más de una década sin grabar canciones nuevas. Ahora, acaba de publicar el single Lo imposible.
Llevaba mucho tiempo sin grabar canciones nuevas. ¿Cómo ha nacido este nuevo single?
Sí, llevaba más de diez años sin grabar. Mi último disco es de 2012. Esta canción ha surgido de una manera espontánea: yo no tenía intención de sacar nada nuevo, pero me llegó la canción por medio de su autor, Samuel Bugía, que se pudo en contacto conmigo y me dijo que tenía una canción perfecta para mí. La escuché y me gustó: la música es bonita, está bien estructurada, pero sobre todo me llamó la atención letra. Tiene un mensaje en clave positiva y creo que puede ayudar a alguien que lo pueda estar pasando mal. Eso fue lo que me animó a grabarla. Es un canto a la resiliencia, a la lucha y a la pelea de conseguir lo que nos parece imposible, que puede estar a nuestro alcance. Solo tenemos que poner las herramientas necesarias para conseguirlo. Muchas veces nos ponemos más límites de los que realmente tenemos.
Antes de lanzarla como single, la canción fue presentada a Eurovision.
Sí. No he querido darle demasiada trascendencia porque no es algo que yo haya buscado, pero tampoco lo quiero esconder. El autor me propuso presentar la canción al Benidorm Fest y le dije que no me apetecía, no veía la necesidad de meterme en esa dinámica, pero como la canción es suya, que hiciera lo que quisiera. Él la presentó y ni nos contestaron, que eso sí que me puede molestar más. No que no nos elijan, que ya contaba con ello, sino que ni siquiera contesten, en una institución pública como es la televisión pública, que la pagamos entre todos. Luego se le ocurrió presentarla a San Marino. Les gustó y me convocaron a un casting al que no podía ir con esa canción, así que les mandé una versión de la canción con la que Conchita Wurst ganó Eurovision en 2014. Quedó muy bien, la verdad, y me eligieron, pero me convocaron para cantarla un día en el que yo tenía un concierto en un pueblo de Alicante, que además estaba todo vendido y lógicamente no íbamos a fallar a ese compromiso. Mi mánager les propuso cambiar la fecha, pero no accedieron, así que no fui, directamente. No me tembló la mano y ahí se quedó todo.
"El espectáculo de Nino Bravo en Baluarte, con la Sinfónica de Navarra y el Orfeón, va a ser un hito muy importante en mi carrera, creo que será el concierto de mi vida"
El single
¿Fue después de eso cuando decidió grabarla y lanzarla como single?
Sí. He pagado todo yo. No lo necesitaba, ahora mismo estoy pasando los mejores años de mi vida en cuanto a trabajo, sin ninguna duda: tengo mucho más trabajo que hace veinte o treinta años, que era más popular y tenía más repercusión. Por eso no tenía planes de grabar canciones nuevas. Hoy en día es muy difícil destacar, con todo el producto que hay y, además, haciéndolo nosotros todo.
Lo ha pagado usted y no ha escatimado en gastos, porque ha trabajado con uno de los mejores productores del país, Nacho Mañó, que, además de formar parte de Presuntos Implicados, ha trabajado con Mecano, Alejandro Sanz, Revólver… ¿Se conocían previamente?
Sabíamos los dos quién era el otro, pero no nos conocíamos personalmente. Nos presentó un amigo común, quedamos para comer y ya allí tuvimos muy buena onda. Cuando surgió la idea de grabar la canción, tuve muy claro que quería hacerlo con él. Además, yo ahora vivo gran parte del año en Valencia, mi pareja es de allí, y tengo la suerte de que el estudio de Nacho está al lado de mi casa. Ha sido una gran experiencia, la producción ha quedado realmente bien.
Decía antes que la canción es un canto a la resiliencia, y el vídeo también lo es, con esas imágenes de deportes extremos que usted ha practicado…
Sí, y eso que no hemos puesto todos. El vídeo refleja cosas que pueden parecer imposibles, como que un ciego pueda patinar, subir montañas, tirarse en paracaídas o hacer puenting. Y si yo lo hago, cualquiera lo puede hacer, porque no soy ningún super dotado. Es un vídeo muy simbólico. No quiere decir que la gente tenga que hacer esas cosas que estoy haciendo yo, sino que pueda extrapolarlo y aplicarlo a su caso concreto.
"Tengo mucho más trabajo ahora que hace veinte o treinta años, que era más popular y tenía más repercusión"
Los retos
Usted suele decir que el hecho de haber nacido ciego, que evidentemente es un obstáculo, también le ha servido como acicate para crecer como persona y superar retos, ¿no?
Sí, totalmente. Yo ya no lo veo como un obstáculo, de hecho. Estoy tan adaptado que no lo siento así. Yo no hubiera sido como soy si no hubiera sido ciego. Habría sido mejor o peor, eso nunca lo voy a saber, pero, en mi caso, ha sido totalmente determinante el hecho de serlo para hacer las cosas que hecho. De eso estoy seguro.
Ahora está más centrado en representar varios espectáculos que en grabar canciones nuevas. ¿Cuáles son esos espectáculos exactamente?
Tengo seis espectáculos, algunos de ellos con distintos formatos. Por ejemplo, tengo tres espectáculos para bandas de música: uno con música de los años setenta, que se llama El baúl de los 70 y reúne canciones muy conocidas de esa época; otro monográfico dedicado a Eurovision, que lo hago con Anabel Conde, que estuvo en Eurovision en el 95 y quedó segunda; y otro dedicado a Miguel Ríos, que lo estamos terminando ahora, en formato sinfónico, pero con caña, porque a mí me tira lo rockero. Hago otro espectáculo a piano y voz que se titula Todo esto es la música, y ahí hago temas míos y versiones de otros artistas en un formato más íntimo. Tengo otro con Big band y basado en estándar americanos, del estilo a lo que hacía Frank Sinatra en su momento o ahora Michael Bublé, en el que canto canciones como Fly me to the moon, I’ve bot you under my skin, New York, New York… El espectáculo se llama Big Band Crooner y lo disfruto muchísimo. Y luego tengo el de Nino Bravo.
Es este último el que presentará en Baluarte el próximo mes de diciembre, ¿no?
Eso es. El de Nino Bravo lo hago en cinco formatos distintos: con bandas de música, con big band, más eléctrico, solo con piano y con orquesta sinfónica. Ese último es el que vamos a hacer en Baluarte el próximo 30 de diciembre. Lo acabamos de anunciar y las entradas ya están a la venta. Lo haremos con la Orquesta Sinfónica de Navarra y el Orfeón Pamplonés y creo que va a ser un hito muy importante en mi carrera, porque poder representar ese espectáculo en mi ciudad, con esos arreglos, con ese coro y esa orquesta… Difícilmente se va a repetir otra vez la oportunidad de hacerlo. Creo que ese será el concierto de mi vida. Lo hice en Madrid con la Orquesta de Radio Televisión Española, pero en Baluarte tendrá el plus de que es mi casa, mi ciudad y mi público. No se puede pedir más.