“En esta edición va a haber mucha juventud y muchísima variedad”, promete Arturo Fernández Sensat (Madrid, 1970) en estos días previos que vive “con mucha intensidad, mucha ilusión y con la esperanza de que la programación guste y tanto público como artistas disfruten y se emocionen”. Este viernes 22 de agosto arranca en Viana una edición que se desplegará durante ocho días, que llegará también a Tudela y, sobre todo, lucirá en Pamplona. Serán 36 actuaciones en 13 escenarios y muchas otras citas extramusicales para contar una historia del flamenco en la que la tradición oral y la creatividad se pondrán en el centro.
¿Qué espera de esta duodécima edición?
–Que el público se vuelva a emocionar, que vea que el flamenco tiene muchas expresiones, y cada persona tiene que encontrar su puerta de entrada. La programación está confeccionada para que todos los públicos puedan encontrar esa puerta. Y tengo esperanza en una labor divulgativa que se abre con esta trilogía que iniciamos: que podamos contar como queremos la historia del flamenco.
En este sentido, ¿qué diría de esos primeros 95 años que va a abarcar esta edición, de 1830 a 1925? ¿Qué caracterizó al flamenco entonces?
–Bueno, el flamenco ya venía de antes y ya había evidentemente muestras de su existencia. Lo que pasa es que nosotros hemos intentado concretar en 200 años ese corpus del flamenco que ya existía. Partimos de los primeros 25 años del siglo XIX y terminamos en ese periodo del ocaso de los cafés cantantes. Era un flamenco que ya existía y estaba evolucionando. Y lo que conformó esa evolución fueron esos tres principios de transmisión oral, de irrupción de la tecnología, sobre todo a través de las grabaciones sonoras, y la originalidad de los artistas en la base. Esa primera parte fue muy importante para el devenir posterior del flamenco.
¿Cómo se plasma eso en el festival?
–A través de la programación que hemos conformado y que está basada principalmente en la transmisión oral y, evidentemente, en la originalidad de los artistas. A partir de ahí hemos hablado de territorios, hemos hablado de Lebrija, hemos hablado de Triana, por ejemplo, con José Valencia o con Esperanza Fernández, hemos hablado de la importancia que tenía la guitarra en ese momento, y también se plasma a través de propuestas precisamente inversas a lo que la gente se podría esperar; es decir, los artistas de este año en su gran mayoría son artistas bastante jóvenes. Cualquier persona podría pensar que en una edición que arrancamos precisamente en ese periodo hubiéramos traído a artistas más mayores. Ahí se pone de manifiesto la presencia de esa tradición oral, de esa constante evolución, y eso lo vemos, por ejemplo, en el escenario del Palacio de Ezpeleta que es el nuevo Escenario Pansequito, en el propio Escenario Sabicas o en el ciclo nocturno.
Esta edición apunta a la importancia de esos patios, de esas corralas de las casas, a los que alude el lema elegido, Tandal.
–Sí, al darle forma a esta nueva trilogía entendimos que el concepto de patio explicaría muy bien esa primera época; un patio es un centro de reunión, un punto de encuentro y aprendizaje. Patio es un nombre que define muy bien ese primer periodo en el que había reunión, había encuentro y había evolución, aunque eso sigue también muy presente hoy en día.
También hay guiños este año a la pelota vasca.
–Sí, rendimos un homenaje a una de las tradiciones más arraigadas en Navarra, que es la pelota. Este deporte también ha ido evolucionando y desarrollándose a lo largo de los siglos, es incluso hasta más antiguo que el flamenco, por lo que he podido ver. Tiene un carácter marcadamente territorial en el norte, como el flamenco lo tiene en el sur, pero la pelota también ha tenido su expansión internacional, como el flamenco. Creemos que el festival puede brindar la oportunidad de que personas que no conocen tanto esta tradición tengan un acercamiento y servir de elemento comunicador de las tradiciones de la tierra. De ahí la fotografía de un frontón en el cartel, y de ahí dos proyectos de este año: el Electro On Fire, un certamen que invita a componer obras utilizando como base una de las 12 piezas musicales originales de Fernando Vacas que se inspiran en el golpe de la pelota vasca y en el compás de amalgama flamenco; y la cita del día 27 en el Frontón de la Mañueta, donde haremos un homenaje a la pelota vasca con una exhibición previa y un concierto. Se va a rendir tributo a pelotaris navarros y gitanos.
Este acercamiento a la pelota vasca puede atraer nuevos públicos al festival, un reto que siempre está presente. ¿Se va consiguiendo?
–Sí, por lo menos nosotros ponemos las herramientas para lograrlo; para que cualquier persona que tenga sensibilidad hacia el arte pueda asistir a distintas propuestas que planteamos en cada edición y que eso en un primer término le produzca emoción. Y a partir de la emoción ya cada persona investiga... Siempre digo que si logramos emocionar a las personas, lograremos atraer su atención y lograremos que nuevos públicos vean el flamenco de otra manera.
Este año suma un día más la programación en Baluarte, se recupera el escenario del Teatro Gayarre...
–Sí, hay movimientos. Baluarte, donde arrancamos el día 27, gana un día, pasa de cuatro a cinco. Y Escenario Siglo XXI también gana un día y gana dos espacios: el Teatro Gayarre, donde el 26 estará Yerai Cortés; y Siglo XXI hace su aparición en Baluarte a través del concierto del grupo Los Planetas, el día 29. El Teatro Gayarre es historia viva de Pamplona, de Navarra, y recuperar ese escenario después de dos años en los que ha estado en obras supone mucho para el festival. Es un espacio que complementa y equilibra muy bien la programación porque nos permite llevar allí determinados espectáculos que a lo mejor en Baluarte no encajarían como creemos que tienen que encajar, así que estamos muy agradecidos y muy contentos de volver al Gayarre.
La programación es muy extensa, ¿qué destacaría a grandes rasgos? Por ejemplo, ¿artistas que vengan por primera vez al festival?
–Hay muchos que vienen por primera vez: José Valencia, Esperanza Fernández, evidentemente Alzapúa III, donde este año tenemos a cuatro guitarristas de primerísimo nivel que representan lo que se ha denominado la Generación de Oro de los años 60, Manolo Franco, Gerardo Núñez, Rafael Riqueni y José Antonio Rodríguez, al baile Antonio Canales y al cante Montse Cortés, en una cita en la que brindaremos al final un homenaje a Pepe Habichuela que representaría ese Alzapúa IV que no vamos a realizar. Alzapúa termina en esta edición, el proyecto ha cumplido con creces lo que buscábamos, presentar la guitarra de concierto, el mejor de los legados que ha dejado Sabicas. Siguiendo con el cartel, el baile siempre tiene presencia y estará aquí la Compañía Antonio Najarro. Tenemos un proyecto que es producción propia, Reseteando, representado por tres mujeres que han sacudido la escena flamenca este 2025, Lela Soto, Ángeles Toledano y María Terremoto, que no se habían juntado. Tomatito y los escenarios de calle, todas las actividades extramusicales, para niños, el flash mob, y una audición de discos de pizarra que va a sorprender... Es una edición en la que hay mucha juventud y muchísima variedad.
Sin olvidar Calles, Balcones y Patios, donde se genera un ambiente muy especial, con esa espontaneidad y ese ir y venir de público de paso.
–Totalmente, la programación de Calles, Balcones y Patios es esencial y ha sido esencial precisamente para la generación de esos públicos de la que hablábamos anteriormente. A través de propuestas de acceso gratuito a la cultura y al flamenco desde sitios que tradicionalmente están muy vinculados a las ciudades, a Viana, Tudela y Pamplona, se despliega una programación con un nivel artístico incuestionable, que engloba grandes figuras como La Macanita, Duquende, Fernando Canela..., y que permite una circulación de público, que del Ayuntamiento de Pamplona va a La Perla, y luego tenemos un escenario dedicado exclusivamente a la guitarra en Condestable y el Escenario Pansequito de este año, en el conocido Palacio de Ezpeleta, que acogerá un ciclo dedicado ya exclusivamente al cante con propuestas de cinco artistas muy jóvenes y de una calidad tremenda.
Y todo esto en una fecha especial: este año se celebra el 600 aniversario de la llegada del pueblo gitano a la Península.
–Por supuesto, es una fecha de celebración y de reivindicación de estos 600 años de pueblo gitano. Siempre está presente y más en esta edición, sobre todo a través del voluntariado y la presencia de Gaz Kaló, la Federación de Asociaciones Gitanas.
¿Cómo animaría a la gente a que se deje seducir por la programación de este año?
–Yo creo que es una cuestión de ir viendo qué es lo que hay cada día y seleccionando. Y dejarse sorprender, incluso yo también sé que me voy a sorprender. Y no solo en lo musical. Tenemos una exposición fotográfica en Condestable en torno al fotoperiodista Javier Fergo que va a ser muy entrañable, muy bonita y muy emotiva. Javier fue una persona que estuvo vinculada al festival durante muchos años, era el director de audiovisuales y de fotografía, y falleció súbitamente hace tres años. Y otro momento que para mí es especial y al que invito a las personas de Pamplona es el homenaje que rendiremos a la periodista navarra Loretxo Iñarrea, concediéndole el primer galardón honorífico de la Fundación Flamenco On Fire, que recogerá a título póstumo su familia. El festival no solo es música, son extramusicales, yo animaría a las personas a que vean la programación, a que se hagan su propia agenda, que nosotros tenemos la nuestra. Y que vengan y disfruten, hay mucho donde elegir. Además este año hemos intentado ajustar un poquito mejor los horarios para que no haya una maratón, sino, digamos, medias maratones, para que entre espectáculo y espectáculo la gente pueda tener la oportunidad de asimilar y de digerir lo que ha vivido.