Madrid - Ha sido Alma en Física o Química, Luz en Tierra de Lobos y ahora María José en Vive Cantando. Sandra Blázquez tiene, a pesar de sus 27 años, una sólida carrera en la televisión aunque su sueño es hacer las Américas y continuar su carrera en Hollywood. Aunque poco conocida para el público adulto, Sandra Blázquez (Madrid, 1987) es una reconocible cara de la pequeña pantalla desde que a los diez años comenzara a presentar Club Megatrix, una colaboración a la que siguieron trabajos en Al salir de clase, Ana y los siete y Hospital Central. Aunque la reconocen por la calle desde pequeña, no le da ninguna importancia a ser conocida por salir en televisión. “No me gusta que me traten diferente por ser actriz”, señala. “Hace dos semanas intervinieron a mi madre y hubiera pedido un autógrafo al médico que le operó antes que a mí”, añade.
Acaba de rodar la segunda temporada de la serie de Antena 3 Vive Cantando, en la que adelanta que habrá “nuevos personajes”, “mucha música” y su primera interpretación musical, una incursión a la que tiene mucho respeto: “Nunca he cantado fuera de la ducha, espero que salga bien”. “He puesto todo mi empeño en esta serie, creo que es muy necesaria porque es familiar, consigue reunir a toda la familia delante de la televisión y tiene un mensaje muy positivo: al final todo, lo malo y lo bueno, se resuelve y nada es tan importante”, añade.
En algún momento de su carrera le gustaría ponerse detrás de la cámara, aunque su único intento de comenzar a estudiar dirección se vio interrumpido por su fichaje por Física o Química, una de las series que más jóvenes ha congregado frente a las pantallas en los últimos años. Aunque si fuera por pedir, se iría a Hollywood a probar suerte, pero también a Francia o a Italia. “A cualquier sitio”, confiesa. Y es que siempre ha tenido claro que lo suyo era ser actriz y no recuerda “ninguna época” de su vida en que haya dudado.
el primer casting “Ya se lo decía a mis padres con 4 años y, por supuesto, no me hacían ni caso”, argumenta riendo, aunque la vida le llevó por ese camino. Fue en una fiesta de unos amigos, había un karaoke y ella se puso a cantar. Uno de los padres de la fiesta era representante y le dijo a su madre que probara suerte: “Mi madre dijo que ni hablar, que de esas cosas nada. Pero le convencí para ir a un casting y, al ver que el ambiente era muy normal y que había niños como yo, me dejó seguir”, rememora.
Comenzar tan joven a trabajar en la interpretación le ha permitido relacionarse con mucha gente y, aunque también le ha dado la “inestabilidad” de no saber muy dónde va a estar trabajando en cada momento, esa circunstancia le ha hecho aprender a “aprovechar el momento” y a no desmoronarse “cuando algo no sale”, puntualiza. Todos los papeles que ha hecho le han aportado algo, hasta los más pequeños, declara Blázquez, que si tuviera que escoger algo de cada uno de sus personajes cree que sería la “poca vergüenza” que han tenido muchos de ellos, ya que ella es un poco más “insegura” y “muy cabezota”. - Efe