Santillana del Mar (cantabria) - El Patronato de Altamira decidió ayer continuar hasta febrero de 2015 con el régimen de visitas experimentales a la cueva, con el fin de ampliar los estudios iniciados hace seis meses para determinar el impacto de la presencia humana en sus pinturas rupestres.
El estudio realizado por un grupo interdisciplinar de científicos constata que el impacto de las visitas experimentales -cinco personas cada semana designadas por sorteo- ha sido hasta ahora “prácticamente imperceptible” sobre las pinturas, según ha precisado el director del grupo de investigadores, Gäel de Guichen.
El resultado de la reunión y las conclusiones del informe científico, los dieron a conocer ayer, además del propio De Guichen, el secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, y el presidente de Cantabria, Ignacio Diego.
En rueda de prensa, tras concluir el Patronato, el científico ha asegurado que los estudios constatan que la cueva se encuentra en un estado “frágil, pero estable”, y defendió la continuidad seis meses más del estudio para observar cómo varían las condiciones interiores de la cavidad durante un año completo. Según señaló, será en febrero de 2015 cuando se pueda determinar, a propuesta del equipo científico, si se cierran las cuevas a las visitas, se mantiene el actual régimen o se incrementa el número de personas a las que se permite el acceso, tanto ciudadanos como investigadores.
El presidente cántabro calificó como un “ejercicio de prudencia” el mantenimiento durante seis meses más del actual régimen de acceso experimental a la cueva, aunque apuntó que la “sana ambición” de su Ejecutivo es que se amplíe el número de visitantes, “siempre que ello no ponga en riesgo la conservación del patrimonio”.
La decisión al respecto se tomará el próximo 28 de febrero, en una nueva reunión del Patronato, contando para ello con un segundo estudio “de seguimiento” de un pequeño grupo de científicos sobre la evolución de las condiciones de la cavidad.
Por su parte, Lasalle avanzó que el compromiso del Ministerio de Cultura de dar continuidad al estudio de conservación preventiva de la Cueva de Altamira hasta septiembre de 2017, con el objetivo de “consolidar la información” disponible hasta ahora sobre la evolución de las condiciones interiores de la cavidad.
A este respecto, Gäel de Guichen reiteró que el acceso restringido a la cueva tiene un impacto “imperceptible”, ya que la presencia de cinco personas durante diez minutos en la sala de los polícromos hace variar la temperatura interior 0,2 grados centígrados, que recupera valores normales pasada una hora. También destacó que el impacto de las visitas experimentales no daña las pinturas, hasta el punto de que se ha comprobado que en una de las zonas de control, afectada por el problema de las infiltración de agua desde el techo, la pérdida de pigmento ha sido inferior a dos milímetros cuadrados. Asimismo, indicó que en las conclusiones del estudio se especifica que la cueva sufre procesos inevitables de deterioro de origen natural, a los que se añaden otros generados por la acción humana, ya que tanto la cueva como su entorno han sufrido grandes transformaciones desde el momento de su descubrimiento.
La reunión del Patronato coincidió ayer con la entrada del último grupo de cinco personas del estudio iniciado en febrero de este año.- Efe