pamplona - La escritora Itziar Ziga acaba de publicar el ensayo Malditas. Una estirpe transfeminista en el que realiza un recorrido histórico por la historia del feminismo, rescatando del olvido a aquellas mujeres que por su condición de marginadas sociales no fueron consideradas en los textos oficiales, siendo, sin embargo, muy importantes para otras que han venido después y que también han percibido la sombra de la exclusión sobre sus cabezas.
Editado por Txalaparta, el libro de Ziga reclama que el feminismo “no vuelva a ser nunca la excusa para que unas mujeres manden callar a otras”. Y pone ejemplos de errores que se han cometido en nombre de lo que denomina, con sorna, “el Feminismo del Gran Poder”. Como cuando “en 1851 las blancas no querían dejar hablar a la esclava Soujourner Truth” o cuando las líderes de NOW “no quisieron escuchar a las lesbianas”, sin olvidar el gesto de “las lesbianas normalizadas que pretendieron arrebatarle el micrófono a Sylvia Rivera el 28 de junio de 1923, las antipornografía que trataron de boicotear el encuentro que fundaría el feminismo prosexo, las abolicionistas que mandan callar a las putas...” Y es que Ziga se pregunta: “¿Por qué será que las feministas que pretenden erigirse como auténticas y poseedoras de la verdad siempre se encuentran en una posición social superior a las feministas que tachan de equivocadas, incluso de no feministas?” Y responde con este es volumen, creado “para negar esa historia única del feminismo en la que las mujeres más oprimidas siempre tenemos un papel secundario, pasivo, como si fuéramos a remolque de las privilegiadas”.
Malditas es la aportación de Ziga a “una genealogía transfeminista”. “Muchas negras, anarquistas, transexuales, bolleras, prostitutas, pobres se la han jugado por una lucha feminista radical que no solo combata la opresión de género, sino todas las opresiones que atraviesan sus vidas y las nuestras”. En concreto, la autora cuenta las historias de Valerie Solanas, Sojourner Truth, Sylvia Rivera, Louise Michel, Annie Sprinkle, Olympe de Gouges, Kathleen Hanna y Laura Bugalho. - A.O.L.