2014: el año de ‘Ocho apellidos vascos’, el final de ‘El Hobbit’ y de la sorprendente ‘Boyhood’
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madrid - El final de la saga de El Hobbit y las películas de superhéroes dominaron 2014, un año en el que pese a la invasión de superproducciones, hubo huecos para historias más especiales, como Boyhood, El gran hotel Budapest o la adaptación al cine de los muñecos de Lego. Un año en el que el cine español consiguió la mejor taquilla de su historia gracias a cuatro películas: Ocho apellidos vascos, El Niño, Torrente 5: Operación Eurovegas y La isla mínima, dos comedias y dos dramas que conquistaron crítica y público, con 123 millones de euros de taquilla, cifras históricas pero muy lejos de las que consiguen las producciones de Hollywood.
Entre ellas, la tercera entrega de las aventuras de Bilbo Baggins, que supone el cierre de casi 20 años de trabajo del realizador neozelandés Peter Jackson. Es el filme comercial protagonista del año, con permiso de la tercera y penúltima película de la saga Juegos del Hambre y de las más taquilleras de este 2014: Transformers: La era de la extinción; Guardianes de la galaxia y Maléfica. X-Men: Días del futuro pasado, Capitán América: El soldado del invierno y The Amazing Spider-Man 2 les siguen en una lista repleta de grandes producciones de acción y de impresionantes efectos especiales.
A la espera de ver el resultado de El Hobbit, recién estrenado, solo la de Transformers ha superado la barrera psicológica de los 1.000 millones de dólares (802 millones de euros) de recaudación. Y aunque algunas de ellas han destacado por su calidad -como Guardianes de la Galaxia, una gran comedia con una impresionante galería de personajes secundarios-, la originalidad de los argumentos no es el punto fuerte de este tipo de largometrajes, que buscan el puro espectáculo fácil de digerir.
Pero más allá de estas películas, dirigidas a un público mayoritario, el cine de 2014 ha ofrecido algunas más especiales, independientemente de su tamaño. Es el caso de Boyhood, todo un experimento de Richard Linklater, que durante 11 años siguió el crecimiento de Ellar Coltrane, el protagonista de una película que cuenta la historia de un niño de los 6 a los 18 años. La honestidad y la veracidad del filme le han situado entre los favoritos de público y crítica, con cinco nominaciones a los Globos de Oro y el premio al mejor director en la Berlinale, entre muchos reconocimientos, además de una alta rentabilidad, con una taquilla de más de 43 millones de dólares (34,4 millones de euros) para un presupuesto de tan solo 4 (3,2 millones de euros).
Otra de las sorpresas de la temporada ha sido la disparatada comedia de Wes Anderson El gran hotel Budapest, puro kitsch para la adaptación de varios relatos de Stefan Zweig. Ralph Fiennes encabeza el reparto de una película coral en la que no dejan de aparecer personajes que enriquecen un relato tan coherente como absurdo y brillante desde el primer al último minuto de una historia que se desarrolla en el final del Imperio austrohúngaro.
Y dentro de la comedia, una película que ya arrasa en las nominaciones a los principales premios pese a que solo se ha estrenado en México y Estados Unidos: Birdman, de Alejandro González Iñárritu, protagonizada por un Michael Keaton que parodia a los superhéroes.
También ha sorprendido la adaptación a la gran pantalla de las aventuras que en las mentes infantiles han protagonizado durante décadas, las de los muñecos de Lego. Pocos se esperaban el éxito de La Lego película, una historia en 3D realizada con la técnica del stop-motion, la captura fotograma a fotograma de la acción, generada por los movimientos de los miles de piezas de Lego que se utilizaron para la construcción de los personajes y los decorados. Cómo entrenar a tu dragón 2 es otra de las películas de animación destacadas junto a Big Hero 6, la primera incursión animada de Disney en el universo Marvel en un año en el que también ha destacado el cine más minoritario.
Ejemplos de películas que no están destinadas al gran público y que han sobresalido por su calidad son la polaca Ida, del realizador polaco Pawel Pawlikowski, una dura y a la vez enternecedora historia rodada en un bellísimo blanco y negro y que estremece por su simplicidad. Fue el filme ganador de los recientes Premios de Cine Europeo.
Y en cuanto al cine en español, un éxito destaca por encima de los demás, el de la comedia Relatos Salvajes, del argentino Damián Szifrón, que convenció en Cannes pese a no llevarse ningún premio con sus divertidas y negras historias de comportamientos excesivos.