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Tony Grady vuelve al mundo del arte tras siete años sin exponer

El artista británico, afincado en Pamplona, muestra ‘collages’ en Lugaritz Kultur Etxea de Donostia

Tony Grady vuelve al mundo del arte tras siete años sin exponer

pamplona - Siete años después de su última exposición en solitario, cuando mostró dos instalaciones en la UPNA y Zizur Mayor, el artista Tony Grady (Newcastle upon Tyne, Reino Unido, 1960), afincado en Pamplona desde hace 25 años, ha vuelto al mundo del arte con Dreddheads, una muestra que expone hasta el 19 de junio en Lugaritz Kultur Etxea de Donostia. La exposición, que reúne 16 collages de pequeño formato, se inspira en algunas ilustraciones de Judge Dreed (el juez Dreed), personaje singular de una historieta que aparece en el cómic británico 2000AD desde 1977. “Siempre me han gustado las historietas, aunque no me considero un friki, y las imágenes pertenecen a mi colección de los años 80”, explica Grady.

El artista, que se considera un “Eduardo Manostijeras”, señala que en los últimos años ha evolucionado de la pintura a los collages porque le permiten “trabajar muy rápidamente”. “A los collages sí que puedo dedicarme por esa rapidez que me permiten, pero la pintura requiere más tiempo, si tienes un error tienes que esperar y volver a comprar materiales... Y ahora mismo no puedo vivir del arte porque no es rentable”, comenta Grady, que no había expuesto en siete años por motivos laborales y de estudios. “No había tenido tiempo para preparar una exposición. He estudiado para ser maestro y ahora trabajo en Donosti, he estado estudiando para realizar el examen del C1 en euskera... Llevaba años sin pintar por eso”, afirma el artista, que actualmente tiene entre sus proyectos realizar un gran collage que tenga como motivo Alicia en el País de las Maravillas.

Sus obras, montadas en pequeñas planchas de poliespán con la ayuda de alfileres con cabezas de plástico, están formadas por billetes de tren o revistas, ya que a Grady le gusta “buscar cualquier excusa o cualquier imagen que me interese”. Cada ilustración elegida funciona como una plantilla o patrón, y para el artista es más importante el desarrollo de la técnica que utiliza que el contenido del material impreso que manipula. “A la hora de hacer los collages me comporto como un espectador. Veo lo que estoy haciendo pero no analizo por qué; lo que más me interesa es el cómo”, resume el británico, que cree que su evolución en los últimos años se debe a la influencia de las distintas disciplinas con las que ha trabajado: “Me gusta mezclar, trabajar con instalaciones, con collages... porque cada disciplina te cambia la forma de trabajar en el resto”.

Con este proyecto, Grady no pretende lanzar ningún mensaje o, al menos, no lanza ninguno de forma intencionada. “Son collages abstractos con un personaje figurativo y los mensajes que puede haber en ellos son subliminales porque trabajo tan rápido que no me doy cuenta y ni yo mismo sabría qué quiero decir con ellos”, explica. Y es que, tal y como queda reflejado en la presentación de la exposición, “el automatismo creativo de Grady al cortar y pegar aleatoriamente los textos de artículos periodísticos o imágenes actuales modifica el mensaje original”. “Grady hace conscientes estos contenidos al utilizar sus collages a modo de propaganda subliminal en la que se mezclan las preocupaciones del artista, los problemas de la sociedad y el propio mensaje publicitario”, resume la presentación de la muestra.

poca oferta y mucho control El artista, que trabaja en Donostia, cree que en esta ciudad hay “mucha más oferta cultural, tanto a nivel institucional como a nivel popular” que en Pamplona. “Aquí me muevo solo, y me he dado cuenta de que la prensa no ha tenido tanto interés en mí como puede tener la de Navarra”, que pese a ello asegura “no perder la esperanza”. En opinión del artista, además, en la capital navarra “existe mucho control por parte del Gobierno de Navarra y del Ayuntamiento, y la política cultural se queda muy anclada”.

Según relata, cuando llegó a Pamplona en 1989, existía una mayor oferta en el ámbito artístico y más facilidades para la auto-organización, lo que derivaba en más oportunidades también para los artistas locales y populares. “La gente lo sigue intentando pero faltan ayudas y apoyo por parte de las instituciones”, resume.