Una danza por la liberación palestina
Lajee Dabke Trouppe, grupo de danza tradicional palestina, llega a Pamplona el jueves
un grupo de danza tradicional palestina llegará a Pamplona este jueves para continuar con una gira cuyo objetivo es la lucha por sus derechos y libertad. Haneen Alaraj, de 22 años, y Salah Ajarma, con 44, son parte de este grupo que viene desde un campo de refugiados llamado Aida, situado en Belén.
“Nosotros amamos nuestra danza y queremos comunicar a la gente, a través de ella, nuestra cultura e historia”, explicó Salah Ajarma. El grupo interpreta el baile regional palestino, denominado Dabka. A raíz de la construcción del Centro Cultual Lajee, cuyo significado en árabe es refugiado, en el año 2000, nació Lajee Dabke Trouppe, nombre con el que se presentan al mundo estos bailarines. Durante su estancia en el país, al igual que en el resto de giras internacionales que han llevado a cabo, los integrantes del grupo residen en familias de la ciudad. De esta forma, su lucha es conocida por la población internacional y puede llegar a incentivar su apoyo en la liberación palestina.
La agrupación formada por 19 personas, de 16 a 22 años, actuará en Zentral a las ocho de la tarde. Su parada en Pamplona se debe, en gran medida, al trabajo del movimiento internacional de Boicot, Desinversiones y Sanciones. Éste nació en 2005 a raíz de la petición de solidaridad internacional, como forma de obligar a Israel a reconocer los derechos de los palestinos, incluyendo en ellos el regreso de los refugiados a sus lugares de origen.
El Centro Lajee alberga diferentes actividades culturales y con la danza pretenden que los jóvenes no pierdan sus raíces culturales y, al mismo tiempo, mostrar al resto del mundo su cultura y la realidad en la que viven. Salah Ajarma fue uno de los pioneros en el desarrollo del centro. Este hombre es parte de la generación número cinco, la quinta desde que se creó el Estado de Israel en 1948. “Como organizadores de la juventud hemos viajado a diferentes festivales y, nos dimos cuenta de que una buena forma de llegar a la gente es a través de la danza”, contó Ajarma.
En el arte de la danza tradicional palestina las mujeres tienen un papel crucial. Salah explicó cómo las mujeres pueden luchar a través de la danza. Una lucha que siempre ha estado reservada para los hombres. Mujeres y hombres bailan juntos a pesar de la presión que ejercen diferentes fuerzas para que se separen. “Bailar juntos representa nuestra historia”, mencionó mientras contaba una historia personal. Su hija de diez años baila en el grupo de los pequeños y eso le genera “ilusión porque va a ser heredera de nuestra tradición”.
A través de la danza representan los momentos de felicidad pero también los agridulces. En definitiva, mediante la dabka reflejan la realidad de un campo de refugiados. “Es una forma de presentar Palestina al mundo y de decir que algún día será libre”, expresó Haneen.
Lajee Center Tras los Acuerdos de Oslo en el año 1993 la gente refugiada sentía que sus derechos no estaban siendo respetados. “Tuvimos que ponernos en pie y luchar por nuestros derechos”, declaró Salah. Los dos integrantes del grupo de danza explicaron que cuando Cisjordania fue dividida en tres zonas (A, B y C), una parte del campamento, al que ellos pertenecen, se quedó en la zona C bajo la autoridad directa de Israel.
El campo de Aida tiene una población de cinco mil personas y está rodeado por el muro israelí. Esto supone que una parte del campo esté aislado. A su vez, una de las bases militares israelíes más importantes está situada a escasos metros del campo. A pesar de las duras condiciones con las que conviven estas personas, en 2001, once de los refugiados decidieron formar el centro cultural. Salah Ajarma era uno de los principales gestores de este centro. “Era una forma de decir que recordamos nuestra historia y nuestro pasado”, declaró.
A la hora de financiarse, el centro no acepta dinero de organizaciones políticas. Haneen y Salah argumentaron el ejemplo de Estados Unidos. Después de Oslo esta potencia se interesó en financiar proyectos en Palestina, pero, a su vez, apoyó el control de Israel sobre su pueblo. “Promueven la ocupación de nuestra tierra”, aseguraron. Sin embargo, aceptan ser financiados por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), entidad más antigua que la propia autoridad Palestina, creada tras los Acuerdos de Oslo. La OLP se creó en 1964 y está formada por movimientos políticos y paramiliares.