pamplona - Un híbrido entre el documental, el cine experimental y la ficción, con la intención de recuperar una memoria que hoy se antoja desdibujada y deformada. En palabras de Jorge Oteiza, “el motivo fundamental de lo poco que sabemos de nuestro pasado es nuestra falta culpable de preparación para examinarlo”. Estas consideraciones cimientan AntiBasque, la nueva película de Karlos Alastruey que se estrenará mañana, a las 20.00 horas, en la Filmoteca de Navarra compartiendo sesión con otro trabajo navarro, The Last Voyage of Eva Jocelyn, de los navarros Daniel Burgui y Andrés Salaberri.

Rodado en Berlín, Tenerife, La Gomera, Isaba, Huarte y varias localizaciones de Gipuzkoa y Bizkaia, el proyecto de Alastruey nació de una visita que realizó al Museo Oteiza de Alzuza, que es colaborador del filme. Durante el recorrido, le explicaron las referencias del artista de Orio al bombardeo de Gernika y las ideas que manejaba sobre ese terrible acontecimiento, expresadas en algunas piezas como Formas lentas cayéndose y levantándose en el laberinto. Este descubrimiento caló en el director, que lo asoció con el tema del miedo a la muerte, recurrente en su quehacer cinematográfico, “y pensé en cómo ese miedo se apropia también de pueblos concretos”, en este caso del pueblo vasco, y cómo puede llegar a generar toda clase de reacciones, entre ellas la violencia y otra clase de conflictos.

Con un título irónico que hace referencia al hecho de que, “muchas veces, el peor enemigo del pueblo vasco somos los propios vascos”, esta película analiza “si hay hitos que han influido en esa sensación, y enseguida me viene a la mente el bombardeo de Gernika”, que es un símbolo tanto para Euskal Herria “como para toda Europa”. “Aquel suceso hay que situarlo en el ambiente de preguerra que se vivía entonces y en la división europea que se estaba fraguando” y que anunciaba “el ocaso de una mentalidad”, dice el director, que añade: “Y aquí se interpretó como un intento de extinción de nuestro pueblo, lo que despertó un miedo atávico”. Con este trabajo, “narrado desde la subjetividad, pero con honestidad”, Alastruey intenta “desmontar ese pensamiento irracional” para trazar una reflexión que intenta hacernos ver de dónde vienen tantos gestos, actitudes, comportamientos, “y mostrar cómo de ese pasado viene mucho de lo que sucedió después”. En el fondo, el principal objetivo es que la gente “construya su propia mirada” sobre lo acaecido, desterrando los clichés mil veces repetidos, “y que se dé la oportunidad de reflexionar; así se desactivarían varios de los conflictos identitarios que tenemos”.

blanco y negro y color En cuanto a la estética del proyecto, el realizador emplea el blanco y negro para las escenas de ficción y el color para las que reflejan piezas de Oteiza, “por respeto a la esencia de su obra”, y para las intervenciones de otros artistas como Abel Azcona y las bailarinas navarras Lucía Nieto y Lorea Otazu. También usa desde el inicio el recurso de los intertítulos, algunos, los que recrean textos del creador guipuzcoano, los lee en voz en off Javier Baigorri, y los del propio director permanecen expuestos unos segundos en la pantalla, en silencio. “Son mis pensamientos”, comenta, e insiste en que, ante todo, esta película es una interpelación sobre “la necesidad de volver la mirada hacia ese pasado” para comprender mejor, desde lo que cada uno es, de dónde vienen nuestros miedos y si hoy tienen sentido.

Título. AntiBasque.

Director. Karlos Alastruey.

Estreno. Mañana, a las 20.00 horas, en la Filmoteca de Navarra.

Intérpretes. Abel Azcona, Lide Martínez-Abaigar, Javier Baigorri, Aintzane Alastruey, Lorea Otazu, Gorka Zubeldia y Lucía Nieto.

Música. Germán Ormaechea.

Fotografía. Dario Missaghian e Iker Zaratiegui.

Duración. 40 minutos.

Sinopsis. Argi, descendiente de una víctima del bombardeo de Gernika sufre una alucinación en un hotel de Berlín. Dentro de su habitación sufre una lluvia de piedras.

En construcción. Alastruey acaba de terminar el corto Worldlines y rueda el documental Mi lugar en el mundo.