madrid - El intenso viaje emocional de Quique González en los últimos años, “cosas muy potentes” que le hicieron “agarrarse a la vida”, ilumina las canciones de Me mata si me necesitas, su nuevo álbum que presenta en una gira que arranca el 1 de abril en Pamplona y que lleva una dedicatoria muy especial: “A mi padre”. “Todo el año pasado lo pasé cuidándolo. Hay algo bonito en acompañarlo en su último viaje y devolver parte de lo que me dio por puro instinto. Sin tener nada que ver con la música, vino hasta los 80 y pico años a los conciertos y se emocionaba de verdad. Para mí es un triunfo de la vida saber que mi padre se fue orgulloso de mí”, cuenta el músico.

Su muerte está impresa en el fondo de este décimo disco de estudio y emerge al final en el corte La casa mis padres. “Es un sitio en el que te sientes cómodo y al que querrías volver. Cuando vuelvo a entrar en ese sitio que lleva deshabitado 9 o 10 años, lo que se mezcla entre el polvo, los álbumes de fotos y los recuerdos inesperados, es un olor a tierra quemada, un bosque al que han prendido fuego”, afirma. No obstante, este álbum “se recrea menos en la pérdida y tiene más sensación de empuje” en comparación con el previo, Delantera mítica (2013), además de ser, en su opinión, “un disco menos disperso, más concreto”.

La firma que lo acredita, Quique González & Los Detectives, revela que ha sido “grabado de manera grupal”, con Ricky Falkner como “capitán” y tocando con toda la banda a la vez, lo que lo hace “quizás menos meticuloso, pero con más grasa”, en busca de la química de los directos. Detectives es también el primer corte del disco. “Todos estamos en una búsqueda, tratando de explicarnos y entendernos para asimilar lo que sucede”, argumenta González, que añade que el título y la portada del álbum responden a su gusto por el cine negro y a un propósito “lúdico, de ponerte un traje y darle a todo un sentido más visual”.

A diferencia de los dos álbumes previos, registrados en Nashville (EE.UU.), este se ha hecho en Tarragona a las órdenes de Ricky Falkner, con el que en 2014 grabó el sencillo Clase media. Las canciones, muchas de ellas firmadas al cincuenta por ciento con su inseparable César Pop, beben en parte del tiempo reposado empleado en su composición, en la soledad del campo de la casa que posee en Cantabria. Tras el primer sencillo, Se estrechan en el corazón, no faltan cortes más raudos, como Relámpago y Sangre en el marcador, convenientemente distanciados para equilibrar las dos partes en las que se divide el disco, concebido a la antigua, “con una cara A y una cara B”.

Como para marcar esa transición, en medio aparece un tramo más acústico que cambia la dinámica instrumental. “Me gusta mucho la pausa que hay al darle la vuelta a un vinilo, necesaria para asimilar la escucha y esperar de otra manera lo que viene detrás”, explica. Antes de ese momento, sorprende el corte Charo, interpretado junto a Caroline Morgan, como una “road movie o esos diálogos cantados entre Steve Earl y Lucinda Williams”. “Delantera mítica estaba más centrado en una visión de lo que estaba pasando fuera, con más mala leche y denuncia. Aquí, el material del que están hechas las canciones es el del viaje emocional que estaba viviendo, cosas muy potentes que me han hecho agarrarme a la vida, con esa acumulación de alegría, euforia y la tragedia que se estaba mascando”, afirma.

El 1 de abril arranca la gira de este Me mata si me necesitas en la sala pamplonesa Zentral. Le seguirán dos conciertos más en el Auditorio de la Universidad Carlos III de Leganés (Madrid) los días 2 y 3 de ese mes, así como una larga lista de compromisos que lo llevarán a la sala Apolo de Barcelona el 15 de abril y al próximo festival Sonorama de Aranda de Duero (Burgos) en agosto.