Bajo una necesidad de investigar sobre la obsolescencia programada, lo efímero y el engaño en la escultura contemporánea nace el proyecto experimental Warranty Void. Vol. 2 del sevillano Manuel Casellas, en el que, a través de piezas como unos flotadores de cemento, currículums triturados o la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea completamente tachada, el artista reivindica los derechos de todas las personas y denuncia la violación de los mismos. La muestra, que se puede visitar en el Centro Cultural de Noáin, pertenece al programa Emergencias 2016.

Warranty Void. Vol. 2 se trata de una exposición que aúna los resultados de dos proyectos experimentales realizados durante los últimos años y que comparten un mismo discurso artístico. Por un lado, Obsolescencia programada surge de la búsqueda de nuevas vías de desarrollo de la escultura contemporánea y versa sobre lo efímero de todo el contexto actual como punto de inicio para la reflexión. Por otro, Shelter from the storm es un trabajo aún en curso que emerge del anterior y en el que se abordan una serie de cuestiones ligadas a la idea del engaño como parte sustancial de todo sistema.

La exposición comienza con una instalación audiovisual en la que se muestran ocho vídeos diferentes en los que el artista investiga sobre la obsolescencia programada -la programación del fin de la vida útil de un producto o un servicio-. En la proyección se ven “una serie de instalaciones que se autodestruyen o simplemente dejan de funcionar”, como lo son unas cerillas o unos martillos.

La pieza Sistemas lleva un mensaje implícito: la destrucción. Consiste en una serie de fotografías de una versión del juego del jenga en acero, a través de las cuales Casellas habla sobre “el colapso de los sistemas industriales”. “El acero antes era un motor del pueblo pero prácticamente esta industria está desmantelada”.

Una de las piezas que más llaman la atención es Mare Nostrum, formada por tres salvavidas fabricados en cemento y presentados en sus cajas de embalaje, los cuales hacen referencia a la situación actual que viven los refugiados. “Todo esto está ocurriendo en el Mar Mediterráneo, nuestro mar, y si es nuestro mar ellos son nuestra responsabilidad, pero no estamos haciendo nada por ellos y nos vamos a arrepentir”, opina Casellas.

paro, opinión y derechos Una impresora conectada a internet conforma la obra Work in progress, a través de la cual se imprimen y trituran currículums reales de personas que responden a una oferta de trabajo ficticia que ha publicado el artista. Esta pieza, que el propio Casellas admite que es “muy polémica”, hace alusión a la dificultad que existe actualmente para encontrar trabajo. “Esta pieza supone un paso de la representación a la presentación de una situación real”, afirma el artista, a quien le resulta muy difícil de entender “la tremenda cifra de parados que hay en el Estado, como deja claro la cantidad de currículums que llegan aquí, y que no se haga nada para resolver esta situación”.

La instalación The party está formada por una serie de cañones de confeti sujetos por unos atriles, los cuales hacen referencia a “cómo los políticos son los que nos indican cuándo hay que opinar de una cosa y de otra, y cómo nosotros no estamos invitados a su fiesta”.

En la exposición, se pueden ver otras piezas como lo es la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, impresa en negro y en la que todos los derechos están tachados con típex. “No se están cumpliendo estos derechos y, aunque escritos quedan muy bonitos, si no se respetan no sirven para nada; por eso, hay que volver a replantearse todas estas cuestiones”, subraya.

La exposición, que permanecerá hasta el próximo día 25 de este mes, muestra un claro interés del artista por mostrar una cruda realidad y la falta de acciones que se toman para solventarlas, una denuncia que, tal y como demuestra, se puede realizar a través de este arte experimental.