Tomás Hernández y Jon Barberena, ganadores del X Concurso Ciudad de Pamplona
El certamen de poesía se celebró por primera vez en castellano y euskera
pamplona - Tomás Hernández y Jon Barberena fueron presentados ayer como los ganadores de la X edición del Concurso de Poesía Ciudad de Pamplona en un acto presidido por la concejala de Cultura Maider Beloki. Este es el primer año en el que se presentaba una modalidad en euskera, símbolo de una “normalización” progresiva, como señaló Barberena, su ganador. El certamen está dotado con un premio de 3.000 euros y la edición del libro, que se entregarán a los autores galardonados el próximo mes de octubre.
un poema sobre el holocausto De las 282 obras presentadas en castellano, fue 174517: el corazón del pájaro, la que hizo a Tomás Hernández Molina ganador. El trabajo trata sobre el genocidio nazi, que impresionó al autor tras leer durante años historias de esa época. “Empecé hace muchos años a tomar nota de algunos episodios del holocausto, y al cabo de unos meses me di cuenta de que tenía un libro”, afirmó Hernández, aunque fue la historia de Primo Levi la que le inspiró para el título de esta obra, ya que es el número que el preso llevaba tatuado.
El autor, natural de Jaén pero con residencia en Granada, confesó que tenía sus escritos guardados en un cajón, y que fueron sus amigos y familia los que los leyeron y le animaron a “sacarlo”. Gracias a esto ha conseguido el premio, aunque no es el primero que el filólogo recibe, ya que ha ganado otros como el Premio de Poesía Ciudad de Zaragoza en 2005 o el Premio Jaén, en 2007, pero es con este con el que tiene “una excusa perfecta para volver a Pamplona”.
El premio está dotado con 3.000 euros para cada uno de los ganadores, además de con la edición del libro. Sin embargo, no será el primero del poeta, ya que ha publicado otros títulos como Esfinge, en 1978; Última línea, en 2007 o Tres veces vino y se fue el invierno, en 2013, demostrando con estas obras que, para él, la poesía es “una indagación dentro de uno mismo, una búsqueda, una inquietud”, confesó.
El escrito, dividido en cuatro partes, fue elegido por el jurado porque, tratando un tema tan atroz, “llama la atención que lo hace con un estilo mínimo, sin incurrir en el patriotismo”, como señaló el miembro del jurado en castellano el granadino Antonio Praena, junto con Santi Elso y Javier Asiáin, que ejerció de secretario en ambos jurados.
Hernández trata así un asunto social con un compromiso ético diferente, ya que “no es un libro más sobre el holocausto, es una obra seria que, sin caer en el dramatismo, deja huella e invita a la reflexión”, concluyó Praena.
Primera edición en euskera Este concurso internacional de poesía, cuya participación ha crecido este año un 66%, ha presentado en esta edición por primera una modalidad en euskera, en la que competían 19 poemas y cuyo ganador fue Jon Barberena Ibarra con Izoztu izitzaieun negu hura (Aquel invierno que se nos congeló). El navarro, natural de Elizondo, habla en él de la muerte, de “ese vacío que queda cuando se muere un ser querido”, así como trata temas de la sociedad y el alzhéimer.
Barberena, que actualmente trabaja como profesor de Euskera y Literatura en diferentes colegios de la Comunidad Foral, ya ha sido premiado en el certamen de autores noveles en euskera que organiza el Ayuntamiento de Pamplona, tanto en la modalidad de bertso-paperak (2004 y 2005) como en la de poesía (2011 y 2015).
Con la poesía, el autor manifestó que se divierte, a la vez que le sirve de medio para “expresar las cosas que están en tu cabeza”. Así es como ha manifestado estos temas que le afectan, ya que la muerte “es algo que me ha tocado vivir, y escribir supone un modo de liberación”. De este modo, Barberena trata temas típicos como la muerte, pero lo hace de una forma más crítica, más dura, sin caer en los tópicos.
Esto es lo que destacaron los miembros del jurado en euskera, compuesto por Consuelo Allué, Unai Pascual y Ekaitz Santazilia, quien señaló: “Hemos elegido esta obra por su unidad. Los versos avanzan, no es una simple recopilación, sino que hay una progresión en la que juega con los temas del alzhéimer y la muerte”. Asimismo, Santazilia expresó, en nombre del jurado, que el euskera que el autor maneja “no es muy complejo, pero es directo y bonito. Se nota que domina la lengua y la fraseología”.
Esta inclusión del euskera como lengua en la que escribir poesía en este concurso es, como comentó el autor, una “posibilidad” para quienes quieren hacerlo, al igual que “quienes quieren escribir en castellano pueden”, aunque “no hay las mismas oportunidades”. Así, con la inclusión de esta otra modalidad lingüística en el concurso, “se ha dado un paso más hacia la normalización de la lengua, que es lo más común”, afirmó el escritor.