La plantilla de Sunsundegui se encuentra en estos momentos en un limbo, ya que no puede cobrar salario de la empresa y porque no puede acudir al Fogasa al no recibir la carta de despido. El juzgado debe autorizar a la administración concursal la ejecución de las extinciones, pero 15 días después de que concluyera el periodo de consultas del ERE no se ha dado este paso.

Además, el 30 de abril también terminó el periodo de regulación de los trabajadores y trabajadoras -en esos meses estaban consumiendo el paro-; pero como ese ERTE ya venció, nuevamente pasan a depender de la compañía y a generar un salario, que la compañía no puede cubrir por falta de ingresos. Por ese motivo, ahora mismo hay más de 300 empleados y empleadas que se encuentran en una situación delicada.

Así lo ha recordado LAB, que tiene representación en el comité de Sunsundegui, en una rueda de prensa que ha celebrado este jueves en la sede del sindicato en Pamplona.

El responsable de LAB en Sakana, Gaizka Uharte, y el delegado en el comité, Oskar Telletxea, han explicado que, tras concluir el periodo de consultas del ERE el 30 de abril, la plantilla "se encuentra de alta en la empresa a la espera de que un juez autorice los despidos y se aporte la documentación necesaria para poder cobrar la prestación por desempleo y la deuda del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa)".

20 días por año trabajado con tope

"El Fogasa abonará la indemnización mínima legal de 20 días por año, con el tope de una anualidad, y se espera cobrar el finiquito y los salarios pendientes en base a un acuerdo existente con Volvo para finalizar los autobuses que permanecen en planta. En estos momentos, desde el 30 de abril, la plantilla se encuentra sin cobrar, generando deuda y en una situación de incertidumbre total", ha criticado en una nota de prensa.

Investigar

Además, LAB ha exigido "responsabilidades" por el cierre de la planta de Sunsundegui y ha pedido a la administración concursal que "investigue de forma exhaustiva y que encuentre a los culpables de esta situación".

LAB ha asegurado que el cierre de Sunsundegui "no ha sido algo fortuito" sino que "ha habido personas y multinacionales que se han beneficiado durante años de una empresa que ha sido financiada por todos y todas las navarras y que no ha solucionado los problemas organizativos y productivos que tenía la planta".

El sindicato ha enmarcado el origen de esta situación en la crisis de 2009 "cuando gracias a la pelea de la plantilla de Sunsundegui se consiguieron evitar mas de 70 despidos". En 2010, Sodena "adquirió la empresa por un euro" con el objetivo de "encontrar un socio inversor, pero en ningún momento se realizó una transformación de una planta que tenia producto y mercado". "En tan solo tres años la planta acumuló 36 millones de euros en pérdidas y UPN optó por deshacerse de Sunsundegui, perdonando una parte de la deuda a la dirección que ellos mismos pusieron, con José Ignacio Murillo a la cabeza", ha criticado.

Plan de viabilidad con la empresa, UPN y UGT

"En aquel 2013, un plan de viabilidad pactado entre la dirección, UPN y UGT hizo que el gobierno abandonara Sunsundegui dejando el 51% de la empresa en manos de José Ignacio Murillo e imponiendo el 49% al resto de la plantilla. Ese es el modelo que ha perdurado hasta la fecha, siempre con un objetivo, la búsqueda de un socio inversor", ha explicado.

Este plan de viabilidad "fue posible gracias en gran medida al apoyo de Volvo que es quien ponía la carga de trabajo", afirma LAB, que se pregunta "si Volvo ha sido parte de la solución o parte del problema durante este tiempo. Ellos han sido los que han conseguido vender su producto, sus chasis, mientras la carrocera Sunsundegui asumía las pérdidas".

Volvo Buss

El sindicato ha puesto en valor su labor a lo largo de estos años para "garantizar un futuro para esta planta", participando en 2017 "activamente en la consecución de un acuerdo con la dirección y Sodena que supuso un plan de inversiones de 5,1 millones que iban destinados a la modernización de la planta". Por otro lado, ha afirmado que "nunca confió" en que el acuerdo con Volvo Buss en 2023 "tuviera futuro sin una transformación o modernización de la planta".

La buena noticia: otro consejo

Para LAB, el "punto de inflexión" fue la destitución de José Ignacio Murillo y la creación de un consejo donde participaba el Gobierno de Navarra a través de Sodena. "Aquella fue una buena noticia, dado que por primera vez desde 2013 se recuperaba el control público de la empresa" y "vino acompañado de que consultoras externas trabajaran en un plan de viabilidad para la planta y en tratar de dar solución a los problemas financieros de la empresa", ha señalado.

Sin embargo, ha opinado que "esta última decisión vino tarde, con mas de una década de retraso" en la que "apenas hubo control público y se confío todo al tándem conformado por la dirección de José Ignacio Murillo y Volvo", quienes son, ha considerado, "los máximos beneficiarios del dinero público destinado a financiar Sunsundegui" mientras que los trabajadores "han sido los paganos de sus deudas y de su mala gestión".

Por todo ello, LAB ha defendido que "hay que buscar culpables y responsables, sean públicos o privados" y "aprender de lo sucedido en Sunsundegui para que no vuelva a pasar". Ha exigido a la administración concursal "investigar lo ocurrido" y al Gobierno foral que encuentre "una alternativa real para Sunsundegui".   

Un plan de reindustrilización de Sakana

Por otro lado, LAB ha exigido al Gobierno de Navarra, como instituciones locales y la patronal "una apuesta por la reindustrialización" de Alsasua, "un plan concreto y con plazos para su ejecución". "Los datos nos muestran una situación de emergencia que se agrava con el cierre de Sunsundegui", ya que a los 343 puestos de trabajo directos se suman "los puestos indirectos que se pueden perder o el impacto en el comercio local", ha advertido.

Según ha apuntado, en 2007, Alsasua "tenía 3.389 personas de alta en la Seguridad Social" y "en el momento más crudo de la crisis, en 2013", llegó a perder "1.135 puestos de trabajo alcanzando una tasa de desempleo del 20%". "Durante el ultimo año, el número de personas afiliadas a la Seguridad Social ha vuelto a caer en 135 personas situando este dato en 2.572 personas en marzo de 2025. El paro se sitúa en el 7,7% actualmente", ha indicado.

Peligro de pueblo dormitorio

Ha destacado que con el despido de 343 trabajadores de Sunsundegui, Alsasua "tendrá menos personas de alta para la Seguridad Social" que en 2013 "cuando el desempleo alcanzó al 20% de la población". "A pesar de que el número de habitantes que tiene Alsasua se mantiene durante la ultima década, corre el riesgo de ser un pueblo dormitorio donde la gente tiene que desplazarse en búsqueda de oportunidades", ha advertido.

"Sakana también sufrió la perdida de puestos de trabajo desde 2007, pero desde entonces se han creado mas de 1.000 puestos de trabajo en pueblos como Irurtzun, Arbizu o Lakuntza. La experiencia de reindustrialización de Irurtzun en la antigua Inasa puede ser valida para Sunsundegui", ha planteado.