tudela - Las Furias son la personificación de la venganza y del antiguo concepto del castigo. Su misión, dentro del antiguo mundo de la mitología era castigar los crímenes humanos, persiguiendo sin descanso a sus víctimas hasta volverlas locas. Cuidan de que se prolongue el orden, castigando con especial atención los crímenes contra la familia. No es casualidad que la primera película dirigida por el actor, guionista y dramaturgo Miguel del Arco haya cogido el título de estos tres personajes femeninos. Su historia narra cómo una familia, ante una serie de dramas que se desatan ante el espectador, decide airear sus antiguas rencillas, odios y rencores acumulados para ponerlos sobre la mesa y asesinar su relación, si hiciera falta. En el centro de ellos, María (Macarena Sanz), sobrina, hija y nieta del clan familiar que se reúne en su casa palaciega, es el único ancla al que se agarran todos para mantener la unidad, siendo la protagonista de la historia a quien, como demuestra el cartel, todos miran como referencia.

Macarena Sanz, acudió ayer a Tudela para presentar en el Festival de Cine Ópera Prima el largometraje de Las Furias, que representa el debut de Miguel del Arco dentro del mundo del largometraje después de su dilatada trayectoria como director de teatro (recientemente ha puesto sobre las tablas Cómo está Madriz en versión zarzuela).

En su puesta de largo, Del Arco presenta una obra fuerte, contundente, sobria, con unos personajes muy humanos que recurren a la tragedia griega y a Shakespeare para explicar el drama en el que están sumergidos, en el que todos se aman tanto hasta el punto de odiarse. Rodeado de un gran elenco de actores (Carmen Machi, Barbara Lennie, Alberto San Juan, Gonzalo de Castro, Raúl Prieto, Mercedes Sampietro y José Sacristán) construye una historia con tintes operísticos y teatrales que engullen al espectador hasta hacerle uno más de la familia Ponte Alegre; una ironía para una familia llena de problemas en el momento de celebrar una boda digna de una tragedia griega. Las Furias no llegará a las pantallas hasta el próximo 11 de noviembre, pero a buen seguro que va a ser uno de los éxitos del año del cine español.

los personajes La joven Macarena Sanz, llegó ayer a Tudela para representar el largometraje de Del Arco, a quien conoció en una obra de teatro en 2012. Para ella también ha supuesto el debut dentro del mundo del cine (donde seguro que va a tener continuidad dado su excelente trabajo), una experiencia que vive con una energía y una ilusión contagiosa. “Trabajé con Miguel en la obra de teatro El inspector, en 2012. Gonzalo de Castro hacía de mi padre en el teatro Valle Inclán. Era una comedia. Fue tal placer trabajar con él que no me podía creer cuando me dijo que había escrito una película y quería contar conmigo. Fueron seis semanas de rodaje y estuvimos cuatro de ellas rodando en Cantabria en una posada donde nos daban unas cenas espectaculares, durante las que hablábamos mucho y creábamos familia”.

Para Sanz, pese a ser su primer papel y prácticamente la protagonista de la historia coral, su papel (María, con un principio de esquizofrenia) sirve de nexo a todos los miembros familiares. “Es un director que te da mucha confianza. Era un regalo. El personaje era bastante complicado pero Miguel y todo el reparto creaban una especie de colchón de seguridad que me daba claves para seguir hacia adelante. Mi personaje tienen una gran sensibilidad. Para ella es muy importante que estén bien, para ella estar bien. Cuando no esta bien la familia, su problema con la esquizofrenia crece por eso busca arreglarlo como sea”.

Uno de los salvavidas que empleó fue la compañía de José Sacristán (Leo) que, junto a ella, es otra de las claves de la historia, un antiguo actor con alzhéimer y que sólo recuerda los antiguos textos de obras de teatro ya interpretadas y que repite una y otra vez. “Fue impresionante. Era estar frente a un conocimiento total de la vida, del teatro, del cine... En las cenas él hablaba de su vida, de sus experiencias y ya solo eso ya era un regalazo. Tiene mucha memoria y muchas historias y ya escucharle era una pasada, es pura generosidad. A pesar de su experiencia sentía que se ponía en mi papel, me cogía de la mano y me llevaba, tenía una ilusión y una energía tremendas”.

Macarena Sanz destacó el trabajo de todos sus compañeros de reparto (“era abrumador, impresionante como hacían suyo el texto que había en el guión”), que hacen de este largometraje un historia que no pasará desapercibida ni a público ni a crítica en su estreno.

Uno de los elementos más característicos en que el director deja su huella son sus continuas referencias a textos teatrales clásicos, en los que se ve su relación con el teatro. “Hamlet, El rey Lear... Shakespeare está muy presente. Están las figuras del abuelo y María, los locos, los bufones, los ciegos de las obras dramáticas griegas que no viven en el mundo normal y son los que pueden ver hacia el más allá”, explicó la actriz.

Para lo dura, contundente, real y trágica que es toda la película, el director cierra el largometraje con una final que parece endulzar la situación y querer congraciarse con el espectador. Una situación que Macarena Sanz explicó señalando que “en la película hay algo muy mágico que se sale del cine y que es muy teatral. Lo que noté al leer el guión era una explosión de vida. Se sale del realismo y es como un final a tantas historias. Me pareció una explosión de vida. La sensación que me dio a mi me encajó mucho con la historia. Yo creo que tras ese rayo de esperanza seguirán los problemas, alguno igual se soluciona pero más a largo plazo, no al día siguiente”.

Conocer enfermos. La joven y debutante actriz destacó ayer que durante varios días estuvo conviviendo y conociendo a personas con esquizofrenia. “Fueron muy generosos conmigo. Todos tenemos la mente que a veces habla y lo que pasa es que a ellos les habla muy alto. Tienen una gran sensibilidad”.

Rodaje. Buena parte de las escenas de la película están rodadas en Liencres y otras partes de Cantabria.

Programa. Hoy miércoles se proyecta ‘El país del miedo’ en la que se retrata una situación de ‘bullying’. La ópera prima de Francisco Espada (que es también su guionista) se proyecta a las 18.00 y 20.15 horas en el cine Moncayo. Estará presente el propio Francisco Espada y el actor Eduardo Velasco. la historia está basada en una novela de Isaac Rosa.