Hovik Keuchkerian lanza ‘Un obús en el corazón’ de los Teatros del Canal
La obra de Wajdi Mouawad se representará en Madrid del 9 al 29 de enero bajo la dirección de Santiago Sánchez
madrid - La primera vez que un texto del canadiense de origen libanés Wajdi Mouawad, autor de Incendies, se representó en castellano fue en el año 2014. La obra era Un obús en el corazón, un monólogo tan potente y certero como su título, al que ponía voz Hovik Keuchkerian, que ahora lo retoma en Madrid.
El actor, en pleno auge por su participación en la película Assassin’s Creed, comparte origen libanés e historia de exilio con Mouawad. Y es esa historia la que está en el corazón de la obra, que se representará en la Sala Negra de los Teatros del Canal del 9 al 29 de enero, bajo la dirección de Santiago Sánchez (L’Om Imprebís). Basada en la primera novela del autor, Visage retrouvé, Un obús en el corazón es el relato de “un viaje de la incomprensión al perdón” y transcurre a lo largo de una noche, durante el traslado al hospital de la madre enferma del protagonista, según explicó ayer Sánchez.
En ese trayecto se suceden los recuerdos, como fogonazos, de la infancia feliz y arrebatada, de la pérdida, de la huida del Líbano a causa de la guerra. Mouawad, a través de Hovik, vomita todo su odio y su rencor. Una tragedia, eso sí, con un halo de esperanza. “La obra trata sobre la guerra y el cáncer, pero por encima de todo trata de algo que antes o después todos vamos a tener que hacer en la vida, que es encarar el miedo para crecer”, señaló Keuchkerian.
Cómico monologuista, poeta y exboxeador -fue dos veces campeón de España de peso pesado-, además de actor, Keuchkerian nació en Beirut hace 44 años, de padre armenio y madre navarra. A diferencia del autor, que se exilió con 8 años, sólo tenía tres años cuando su familia se trasladó a España. Sánchez, que había traducido el texto de Mouawad en 2009, no encontraba al actor idóneo para representarlo. Hasta que escuchó la historia de Keuchkerian por la radio y de inmediato lo localizó, lo llamó por teléfono y le envió la obra. “La leí tres veces esa misma noche”, contó el actor, nominado al Goya revelación en 2012 por Alacrán Enamorado. Lloró y se emocionó sin saber quién era su autor y aceptó el reto sin tener ninguna experiencia en teatro. Eso sí, tablas tenía, tras haberse recorrido cientos de bares de España buscando la risa del público con sus monólogos. “Creo que el trayecto de la comedia al drama es más fácil que al revés”, apuntó. “En el teatro el público viene con predisposición a escuchar pero en los bares tenías que bregar con la gente”. - Efe
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