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Rumbo a Dinamarca

Después de cuatro años en el Ballet du Capitole de Toulouse, la bailarina navarra Eukene Sagüés iniciará en agosto una nueva etapa en el The Royal Danish Ballet. Para cerrar el ciclo, ha montado ‘Esmoquin’, que se podrá ver mañana en Ansoáin.

Rumbo a DinamarcaFoto: cedida

Ocho años en Francia. Desde los 14. Los cuatro últimos en el Ballet du Capitole, donde ha disfrutado de su primera experiencia profesional. Ahora, Eukene Sagüés Abad afronta nuevos retos en otra ciudad. Copenhague. En agosto comenzará a trabajar en el The Royal Danish Ballet, uno de los más antiguos del mundo, al que accedió después de una exhaustiva preparación “y con mucha determinación”. Para cerrar esta etapa de su vida, la bailarina navarra ha creado una coreografía con sus compañeros de la compañía gala. Se titula Esmoquin y supone una reflexión sobre la sociedad de consumo que hemos creado. Subirá al escenario del Teatro de Ansoáin mañana, sábado, a las 20.30 horas, en coproducción con Átikus Teatro.

Sagüés no llegará a Etxauri, su localidad natal, hasta esta noche. Los ensayos con el Ballet du Capitole consumen muchas de las horas de sus días, pero allí ha sido feliz. Se fue a estudiar a Francia a los 14 años y al principio no fue fácil. “A esa edad los aitas son tan importantes...”. Por eso valora que siempre hayan estado ahí, apoyándola. “Venían en camioneta hasta Toulouse siempre en el momento justo. Mis salvadores”. Y es que, cuando llegó, “no hablaba francés, echaba mucho de menos a mis amigos de Etxauri y para mí fue difícil empezar una vida de adolescente en un país en el que no conocía a nadie”. Pero “ha valido la pena. Nunca he perdido a los amigos y a la familia y la experiencia que he ganado y todo lo que he aprendido aquí no tienen precio”, afirma. La bailarina no siente que se haya perdido nada. “He elegido la vida que para mí más sentido tenía, y he tenido la suerte de que mis aitas me ayudaran con todos los caminos que he tomado”. Y, por supuesto, se ha esforzado mucho, “pero como en cualquier trabajo”. “Solo hay que tener sueños y la fuerza para realizarlos y no abandonarlos nunca por duro que sea el camino”, dice.

Eukene se inició en la Escuela de Danza del Gobierno de Navarra, desde donde pasó al centro profesional VM Dance Studio de Toulouse, incorporándose a su compañía joven en 2011. Y hace desde 2013 trabaja de manera profesional en el Ballet du Capitole. En todo este recorrido, ha contado con la ayuda del Ejecutivo foral en forma de becas, de ahí que ahora le parezca “bonito” volver a Pamplona “y ofrecer este trabajo, fruto, en gran parte, del apoyo del Gobierno de Navarra”.

‘Esmoquin’

La danza también es social y política

El proyecto que va a mostrar mañana en Ansoáin se titula Esmoquin y surgió el año pasado, “cuando el director de mi compañía nos propuso una actuación en la que los bailarines teníamos la opción de crear nuestras coreografías”. Sagüés pensó en la problemática que existía en Siria y en los países actualmente en guerra y decidió montar un solo para un chico que se volvía loco con el ruido de las bombas y el estrés de sentir que cada segundo podía ser el último. Pero no salió. “Y me quedé con las ganas de desarrollar la idea”, así que cuando a principios de la nueva temporada se reunió con su grupo de amigos y “optamos por montar nuestros proyectos”, la retomó, aunque de otro modo y a partir de varias preguntas: ¿qué es lo que nos hace llegar a esos límites de estrés, de tristeza, de alegría desmesurada? Y escogió trabajar a partir de la sociedad de consumo en la que vivimos, “y llevar acciones que cada vez más damos por lógicas a una forma de locura en el ser humano”. En cuanto al esmoquin, le parecía que es una prenda con muchas connotaciones relacionadas con el estatus económico y la importancia de las apariencias.

Sagüés lleva preparando desde enero en este montaje en el que participan ocho bailarines y un actor. “Está siendo una experiencia humana increíble. He tenido mucha suerte de hacerlo con grandes artistas, pero ante de todo amigos, y eso lo cambia todo”, porque ha sentido su apoyo desde el principio, “y con paciencia y buen humor hemos llevado a cabo un proyecto basado en el respeto y la creatividad; compartiendo valores humanos más allá de la disciplina de la danza”. Prueba de ello es que los ensayos de Esmoquin los hacían después de las ocho horas que dedican cada día al Ballet du Capitole y en tardes, noches y fines de semana.

En cuanto a los bailarines que protagonizan el montaje, son de procedencias diversas -Alemania, Francia, Inglaterra- “y tienen una técnica impresionante, con un gran respeto hacia el arte y hacia el trabajo bien hecho”. “Han trabajado muy duro y con mucha pasión, y, sin duda, esa es la diferencia entre un buen bailarín y un bailarín excepcional”, señala Sagüés, que ha escogido obras de grandes compositores clásicos como Debbussy, Vivaldi, Mendelssohn o Beethoven, que le dan al montaje “un aire poético y esperanzador”.

“En la música clásica es donde más se entienden los sentimientos y los estados de ánimo”, señala. Y añade: “Aunque el tipo de baile es la danza clásica, el estilo es muy teatral, así que pensé que sería una buena mezcla”. En ese sentido, confiesa que lo que le caracteriza como coreógrafa es la teatralidad. “Para mí, la danza siempre ha tenido sentido a través del teatro, es decir, cuando los sentimientos son claros y hay algo profundo que contar. Eso es lo que diferencia la danza de la gimnasia o del deporte, que hay un sentimiento, una creatividad, una emoción meditada y medida al milímetro”. “Me gusta analizar el comportamiento humano para poder reproducirlo en el escenario. Es difícil y en mi opinión se consigue siendo honesto con uno mismo y cuestionándose cada día cómo hacer para mejorar como bailarina y como persona”, apunta esta profesional de la danza comprometida con su trabajo y con el momento en que vive. Y lo demuestra con Esmoquin: “¿Qué mejor forma de expresar sentimientos de injusticia e indignación que utilizar como medio a artistas que han estudiado para dedicarse a expresar todo tipo de comportamientos humanos?” Conductas de todo tipo como las que aparecen en este espectáculos. “Hay un poco de todo, momentos en los que te dan ganas de creer en la bondad de las personas y otros en los que simplemente no hay salida. El final queda abierto”. De alguna manera, “creo que en todo ser humano hay cosas negativas y cosas positivas, el resultado reside en cómo cada uno alimenta un sentimiento u otro”, señala la bailarina.

Copenhague

Una compañía más grande con nuevos retos

Eukene Sagüés emprenderá en agosto una nueva etapa de su vida profesional y personal. Será en Conpenhague. Atrás quedarán cuatros años en los que “he aprendido mucho trabajando ballets muy diferentes”. El Ballet du Capitole “es una compañía con un repertorio muy polivalente y eso me ha forjado como bailarina”, subraya. Pero ya llevaba ocho años en Francia “y necesitaba nuevas aventuras, seguir aprendiendo”.

El Royal Danish Ballet es el ballet nacional de Dinamarca, “una de las compañías más antiguas del mundo y muy reputada”. “Siempre he querido ir allí, pero no es fácil entrar”, admite la navarra, que durante el último año ha estado trabajando “muy duro y con mucha determinación para ganarme un puesto”. Así, hizo una audición que consistía en hora y media de clase técnica y lo consiguió. Ahora quiere centrarse “en hacer lo mejor posible mi trabajo, seguir perfeccionándome y avanzando con esta nueva experiencia”. Y los nuevos sueños irán llegando. Aunque le queda mucho para dejar los escenarios, supone que después seguirá ligada a las tablas. “No podría verme de otra forma”, termina.

El espectáculo. Esmoquin.

Lugar, fecha y hora. Teatro de Ansoáin, sábado 13 de mayo, 20.30.

Entradas. 6 euros anticipadas y 8 en taquilla.

Coreografía. Eukene Sagüés.

Ayudante de coreografía. Valerio Mangianti.

Espacio escénico e iluminación. Ángel Sagüés.

Montaje sonoro. Jeremy Leydier.

Bailarines. Nicolas Rombaut, Minoru Kaneko, Solène Monnereau, Olivia Lindon, Juliette Thélin, Julie Loria, Julie Charlet, Valerio Mangianti, Bastian Morvan.

Duración. 45 minutos; coloquio posterior con los artistas de 20 minutos.