cannes - La decisión de entregar la Palma de Oro a la película de Ruben Östlund, The Square, supone la actualización cinematográfica de Cannes mirando al cine contemporáneo y poner el punto de vista en el futuro tras dos años premiando a películas que desmerecían del premio. Así, el no tan dispar como pareciera en un principio jurado presidido por Pedro Almodóvar supo conformar un palmarés bastante preciso reconociendo a la mayoría de películas notables que se vieron en una decepcionante sección competitiva aunque se olvidaron de Good Times, de los hermanos Safdie, un enérgico y moderno thriller que merecía reconocimiento, de la sencillez de Hong Sang-soo en The Day After, y de las películas producidas por Netflix (Okja y The Meyerowitz Stories).
Desde su proyección, ya se vio que The Square era una película ambiciosa, no solo por su duración (147 min.) sino también por su intento de reflejar a la sociedad occidental actual para lo que se sirve de la sátira, la parodia, la ironía y el absurdo para denunciar el grado de papanatismo, hipocresía, vacío e impostura en que vivimos logrando poner al espectador frente a temas actuales como la libertad de expresión, la libertad artística. Para ello se sirve de vicisitudes de un director de museo de arte contemporáneo, protagonizado por un impresionante Claes Bang, que comisaria una exposición titulada The Square. Ruben Östlund sale ciertamente muy airoso del intento y logra una película potente, inteligente, rica y compleja que plantea preguntas todo el tiempo.
El Gran Premio del Jurado fue para la francesa 120 battements par minute. Dirigida por el guionista habitual de Laurent Cantet, Robin Campillo, la película es el retrato de la generación que realizó a principios de los años 90 las primeras campañas contra el SIDA a través de la organización ACT UP París. Durante días fue la favorita para el triunfo por la empatía y emoción que logra con los espectadores, convirtiéndose en un homenaje a los histórico activistas que se enfrentaron al poder político y las multinacionales farmacéuticas.
Como mejor directora fue elegida Sofia Coppola, la segunda mujer que lo recibe en 70 años tras la soviética Yuliva Solntseva que dirigió The Story of the Flaming Years en 1961. En The Beguiled, Coppola hace un remake demasiado delicado y sofisticado de la película de Don Siegel de 1971, que no logra superar la potencia y turbiedad de la original pero destaca el trabajo de la directora en la puesta en escena y el grupo de actrices encabezado por Nicole Kidman, que recibió el Premio del 70 aniversario por sus brillante interpretación en nada menos que en cuatro de las películas presentes en la Sección Oficial, pero que no recibió el de mejor actriz, que fue a parar a manos de Diane Kruger por su desgarrado y voluntarioso trabajo de una madre que pierde a su marido y a su hijo tras un atentado nazi en In the fade, dirigida por Fatih Akin.
El apartado masculino no tuvo contestación posible. Joaquin Phoenix era uno de los más claros favoritos por su enorme trabajo como un veterano de guerra que se dedica a rescatar a víctimas de las redes de prostitución en la muy impactante You never were really here, de Lynn Ramsay, favorita hasta el último momento para la Palma de Oro. Darle el premio mayo hubiera colocado a Cannes en otra dimensión. La película, al borde de la experimentación, es un impresionante rompecabezas audiovisual con trasfondo social donde todos los elementos del lenguaje cinematográfico están al mismo nivel, destacando el montaje, la fotografía y la banda sonora, obra de Jonny Greenwood, guitarrista de Radiohead. La película también recibió el premio al mejor guion ex aequo con The killing of a sacred deer, poco premio para Yorgos Lanthimos que ha hecho una película audiovisualmente fastuosa y arriesgada con un tema de venganza como hilo conductor de la historia. El Premio del Jurado fue a manos del ruso Andrey Zvyagintsev por Loveless, un crudo retrato de la decadencia de la sociedad rusa vista a través de un matrimonio en descomposición.
Mucho cine fuera de la Oficial Además de la polémica con Netflix, desde voces independientes se acusa a la dirección festival de programar en función de los intereses de las grandes empresas de ventas internacionales como Wild Bunch o The Mach Factory. Así, fuera de la competición se vieron grandes películas que en algunos casos deberían haber concursado por la Palma. Así, en la oficial se vio How to talk to girls at parties, donde John Cameron Mitchell adapta el relato de Neil Gaiman mezclando el punk inglés de los 70 con LSD mucha creatividad visual y toneladas de diversión.
En Un Certain Regard se vio L’Atelier, de Laurent Cantet, casi una continuación de La Clase diez años después donde se plasman los fantasmas de la sociedad francesa actual, y pudimos descubrir La novia del desierto, una de las películas más bellas de todo el festival, donde las debutantes argentinas Cecilia Atan y Valeria Pivato realizan un retrato emocionante, sencillo y preciso de una mujer de mediana edad interpretado por la gran Paulina García. Otro de los nuevos nombres a tener en cuenta es el de Kantemir Balagov, que con solo 26 años demuestra una madurez inusual en Tesnota, la historia de un secuestro en el ambiente ruso judío en el interior del país.
La Quincena de Realizadores acogió este años a grandes directores como Philippe Garrel (L’amant du jour) y a Claire Denis (Beau soleil intérieur), pero uno de los grandes descubrimientos fue la portuguesa A fabrica de nada. Dirigida por Pedro Pinho, la película retrata con diferentes recursos estéticos y narrativos la lucha de unos obreros de una fábrica de ascensores. The Florida Project fue literalmente aclamada por el retrato que Sean Baker hace a través de una niña de un grupo de marginados que vive en las inmediaciones de Disneyworld y otra de las sorpresas fue A Ciambra, una historia de iniciación adolescente enmarcada en un poblado gitano de Calabria dirigida por Jonas Carpignano.
Distribución La ya tradicional presencia de la empresa navarra Golem en el inmenso mercado audiovisual de Cannes se ha saldado este año con la distribución para España de dos de las película premiadas por el jurado. Se trata de la rusa Loveless (Premio del Jurado) y de la alemana In the fade (Mejor actriz). Además también se podrá ver La novia del desierto y las ya anunciadas antes del festival: Happy End (M. Haneke), L’Amant double (F. Ozon) y L’Atelier (L. Cantet).