pamplona - Profesionales de todo el mundo han trabajado estos días en el Valle de Ultzama dentro del Campus Internacional que promueve Patxi Mangado en el Club Hípico Robledales de Zenotz, con la intención de seguir estrechando vínculos con la sociedad en un momento clave para el sector y para la ciudadanía con el objetivo último de humanizar la ciudad.

Precisamente, este ha sido el lema de la edición de este año de la primera parte del Campus Ultzama, que desde el jueves ha reunido en la localidad navarra a más de veinte arquitectos veteranos, jóvenes y en fase de formación para teorizar y discutir en torno a una cuestión que, a partir de mañana lunes, tratarán de plasmar en la práctica 24 estudiantes en la denominada Escuela Internacional de Verano de Ultzama. Patxi Mangado y Eduardo Souto de Moura dirigirán sendos workshops, con 12 alumnos cada uno, que desarrollarán dos proyectos reales, como son dos edificios de apartamentos tutelados para personas mayores en el barrio pamplonés de Azpilagaña y en Olite. El primero comenzará a diseñarse este año, recopilando la información que se obtenga en estos talleres, fruto de un convenio entre la Fundación Arquitectura y Sociedad y el Gobierno de Navarra. Precisamente, la presidenta del Ejecutivo, Uxue Barkos, subrayó ayer durante la inauguración oficial del Campus la importancia “y el orgullo” que supone que Navarra se haya convertido en un foco de pensamiento de arquitectura, y afirmó que las respuestas de los profesionales de este ámbito son fundamentales en este momento de crisis no solo económica, sino también de “agotamiento del modelo de sociedad”. En ese sentido, recordó el “profundo giro social” que este Gobierno ha dado para abandonar la cultura del ladrillo a favor de políticas públicas al servicio de una arquitectura social y sostenible.

misión En el mismo acto intervino el presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, Jordi Ludevic i Anglada, que expresó su agradecimiento a la citada fundación “por su reiterada, persistente y positiva contribución a esta época de nuevos vínculos de la arquitectura con la sociedad”. Lazos que, a su juicio, son una “auténtica necesidad estratégica” para la profesión, cuyo futuro pasa por alcanzar cuatro metas. La primera, “necesitamos esclarecer la misión de los arquitectos, que es la habitabilidad de las personas”; en segundo lugar, “debemos asumir un relato de especialización como ocurre en otras grandes profesiones”; hay que apostar por “una mayor formación económica y jurídica” y, por último, es preciso implementar “políticas públicas a favor de la arquitectura”. Políticas que desaparecieron después de las dos grandes guerras mundiales y que dejaron al sector en manos del mercado, “y la arquitectura tiene frío en el mercado”. “O hacemos políticas públicas sensatas, equilibradas, inteligentes y posibles o la satisfacción en términos de habitabilidad no será la que las personas merecen”, terminó.

También intervino el director general de Arquitectura, Vivienda y Suelo del Ministerio de Fomento, Antonio Aguilar Mediavilla, que trajo hasta Ultzama las conclusiones de recientes reuniones internacionales celebradas en Quito, a iniciativa de la ONU, y en Amsterdam, a cargo de la UE. En ambas quedó claro que el objetivo de humanizar las ciudades conlleva que los Estados “tenemos que desarrollar nuestras agendas urbanas”. Y comentó que el Ministerio de Fomento ya ha celebrado esta semana la primera reunión para redactar la agenda española, con la presencia de diez arquitectos; uno de ellos, José María Ezquiaga, presente en el acto de ayer. En dicha cita se acordaron diez puntos primordiales que debe recoger este documento: la recuperación del modelo de la ciudad mediterránea; la mezcla de usos de las dotaciones; la tendencia hacia la rehabilitación; analizar la capacidad de carga de las ciudades en favor de las personas y no de los coches; flexibilizar la legislación; replantearse el papel de la tecnología; la atención al cambio climático; la igualdad de oportunidades; la inclusión social, y la movilidad urbana.