tokio - El arquitecto navarro Rafael Moneo ha sido galardonado con el máximo premio de las artes de Japón, el Praemium Imperiale, que le será entregado el 18 de octubre, anunció ayer la Asociación de las Artes nipona.

El arquitecto navarro, que entre otros reconocimientos ha recibido el premio Pritzker, fue galardonado por su “estilo refinado que tiene en cuenta la historia de cada lugar”, y por una trayectoria “de búsqueda de la armonía entre los diseños de los edificios y su entorno”, señaló la Asociación de las Artes de Japón. “La continuidad ordenada es la característica principal de su diseño”, destaca en un comunicado la organización cultural nipona, que desde 1989 concede el Praemium Imperiale anualmente en las categorías de pintura, escultura, música, arquitectura y cine y teatro.

Por su parte, el arquitecto navarro, confirmó ayer su intención, a sus 80 años, de “seguir en la brecha”. “A lo mejor el estudio no está tan activo como lo estaba hace quince años, pero mientras me sienta con ganas, esa expresión tan española, pues creo que debo seguir en la brecha”, dijo Moneo a medios españoles en la Embajada de España en Berlín al anunciarse los premios que concede anualmente la Asociación de las Artes nipona.

Según Moneo, no hay motivos para retirarse mientras tenga “ganas de trabajar” y llegue al estudio de arquitectura “con la sensación de que todavía las ideas que uno tienen pueden ayudar a los demás”.

El arquitecto se mostró “contento” y “feliz” de recibir el Praemium Imperiale y afirmó ser “consciente de lo que significa que gente de una cultura tan distante” haya mostrado interés por su trabajo. “Uno trabaja siempre con dudas acerca de lo que hace y realmente me alegra ver que efectivamente otros entienden, son capaces de recibir con interés nuestro trabajo y esa es quizás la mayor recompensa de un premio como este”, señaló.

“La arquitectura tiene más sentido cuando tiene en cuenta una parte de la ciudad”, señala Moneo en declaraciones a la Asociación de las Artes, en las que también destaca la importancia de “la historia” y la “cultura” locales, así como de los materiales empleados. El arquitecto afirmó que las décadas de los ochenta y los noventa fueron “una época feliz para los arquitectos en España”, al aumentar la demanda pública mientras el país avanzaba en su transición democrática. A su juicio, “la arquitectura ha perdido la importancia que tenía antes”, y por ello considera que este arte “debe centrarse en dar una forma pero también en mejorar la calidad de vida”, según recoge la organización nipona.

Antes que Moneo recibieron este galardón el tenor Plácido Domingo (2013), el escultor Eduardo Chillida (1991), y el pintor Antonio Tàpies (1990). El premio nipón está dotado con 15 millones de yenes (unos 114.000 euros). - Efe