Juan Antonio Urbeltz cuestiona las creencias más generalizadas del Carnaval
El investigador habla en su nuevo libro de estos ritos para contener las plagas
pamplona - Cuestionar las creencias y teorías más generalizadas en torno al Carnaval. Esto busca Juan Antonio Urbeltz con su nuevo trabajo “Morir” en la hoguera el Martes de Carnaval. Representaciones dramáticas en Lantz y Lastovo (Pamiela), que presentó ayer en la librería Elkar junto al dantzari Aritz Ibañez, que definió al antropólogo como “un revolucionario en el mundo del folklore vasco que volvió a las fuentes de origen”.
Urbeltz continúa escribiendo sobre la cultura vasca tradicional para que los jóvenes sigan trabando en ella. Su última publicación comenzó a forjarse en 2006, durante un viaje a Lastovo (Croacia). Allí empezó a relacionar los carnavales de toda Europa. “El Carnaval es una fiesta universal, por eso no podemos buscar explicaciones particulares. No es casualidad que todos los pueblos coincidan en este rito, tiene que haber un elemento común”.
El investigador explicó que estos rituales carnavalescos son fórmulas para contener el mal e impedir que este entre en los pueblos. A diferencia de lo que se cree en muchos casos, estos ritos no buscan expulsarlo. La obra se centra en explicar cómo el Carnaval busca frenar las plagas de mosquitos, langostas o tábanos. Según explicó, es importante separar estos rituales de la Cuaresma, pues está relacionado con los insectos que llegaban en primavera y acababan con las cosechas de los campesinos.
Urbeltz habló de los carnavales de Ituren y Zubieta como un rito conjuratorio contra el tábano. Los yoares hacen ruido para espantarlos con los cencerros, un elemento que también se utilizan en los Balcanes. “Siempre quedan pistas, como los cencerros con tábanos en relieve en localidades de Grecia, Bulgaria y Turquía”, dijo.
El libro versa sobre una parte de la cultura vasca que se centra en las metáforas, en las distintas palabras empleadas para referirse al mismo término. Urbeltz apuntó al mosquito, que tiene varios animales y personajes de Carnaval que lo representan. El zorro, o incluso el moro lo son. Ambos están relacionados con el vino, con el alcohol. “El zorro en relación con el mosquito llega hasta Japón. Una naturaleza diábolica que hace que su nombre no se pueda decir directamente para no atraerlo”, dijo Urbeltz, que explicó cómo esta metáfora se utiliza en distintos idiomas. “En euskera azeria larrutzen ari da se refiere a pasar una borrachera y hay expresiones similares en inglés y en francés”, afirmó. Con esta tesis sobre los ritos que se celebran en territorios a pequeña escala de forma universal quiere mostrar el fondo cultural común.
lantz y lastovo Para confirmar su tesis sobre el Carnaval, Urbeltz presenta en concreto el de Lanz, en Navarra, y el de Lastovo, una pequeña isla de Croacia. El de Lantz es un rito contra el hambre, representada con el gigante Miel Otxin paseando en medio de un caótico tumulto, tras la plaga de la langosta, representada por el zaldiko o el caballito con faldas. “Esta metáfora y llamar caballeta a la langosta, feminizado al ser un insecto preñable, es común en distintas lenguas de Europa”, explicó.
En Lastovo, el personaje es opuesto a Miel Otxin, en este caso Poklad es un simpático y pequeño mensajero que anuncia la llegada de una flota de moros catalanes, “imagen militar de la temible plaga de la langosta”, incidió el investigador.
Dos personajes totalmente distintos que representan las mismas inquietudes, los mismos miedos en lugares que, en apariencia, no tenían ninguna relación histórica. Así, Urbeltz se acerca a ese fondo común que comparte la cultura europea.
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