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‘Gelatina dura’ El arte al rescate de la historia

‘Gelatina dura’ El arte al rescate de la historia

¿Es posible hacer arte radicalmente nuevo que no empiece por ser decoración disfrazada de radicalismo? ¿Es la feria de ARCO un acontencimiento artístico como una exposición de Velázquez o un acontecimiento comercial como el Salón del Automóvil de Ginebra? ¿Qué justifica la falta de compensación económica, rehabilitación social o agradecimiento ciudadano a los que purgaron largas condenas de cárcel por combatir el fascismo? ¿Cuál es la función del arte y la cultura cuando la política se transforma en espectáculo? Estas cuestiones, y otras tantas (que pertenecen a las obras Preguntas y nuevas preguntas al pueblo espanyol por un americano ignorante, deFrancesc Torrens), atraviesan, como un hilo conductor que taladra mentes y conciencias, la muestra Gelatina dura, que ayer abrió sus puertas ocupando las cuatro plantas de la Sala de Armas de las Ciudadela y que se presenta en Iruña, tras haber nacido en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, con el mismo objetivo: enseñar al visitante que la historia no es solo la versión hegemónica que imponen los poderes fácticos sino que hay otros hechos, otras verdades y otras ideas que también conformaron esa historia, nuestra historia. Bajo esta premisa, Gelatina dura pone su foco en el relato de la transición y de los años 80, visibilizando, a través de más de 200 obras de 59 artistas, acontecimientos desatendidos y cuestionando qué se oculta tras el relato y los discursos dominantes.

Todos los detalles de la exposición, que se podrá visitar hasta el próximo 24 de junio, fueron desgranados ayer por la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Pamplona, Maider Beloki; el director del MACBA, Ferrán Barenblit; y la comisaria de la muestra, Teresa Grandas. Además, la presentación a los medios contó con la presencia de varios artistas que aportan obra a la muestra, como los navarros Pedro Osés y Xabier Morrás, el burgalés Alan Carrasco o el onubense Isaías Griñolo.

MACBA La exposición que ahora recala en la Ciudadela fue gestada por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) en colaboración con la red de museos L’Internationale. Se trata de una invitación a la reflexión sobre el periodo comprendido entre los años 1972 y 1992 más allá de la narrativa oficial, lo que provoca que, lógicamente, no se cierre en exclusiva a esos años concretos y que incluso llegue hasta hoy. La muestra, cofinanciada por el MACBA y fondos europeos, aborda una serie de acontecimientos históricos de orden social, político y económico, al tiempo que presenta el trabajo de algunos grupos, activistas culturales y artistas que se posicionaron en la subversión y la crítica al orden establecido.

Casi la mitad de las obras expuestas proceden de la Colección MACBA, piezas junto a las que se puede ver una selección de materiales del Fondo del Archivo y biblioteca del museo, del Archivo Municipal de Pamplona, la Colección de Arte Contemporáneo del Ayuntamiento de Pamplona, así como de autores y coleccionistas privados. La exposición muestra filmes, documentales, programas de televisión, revistas, cómics, fanzines, trabajos artísticos y ejercicios antiartísticos, entre otros materiales.

La muestra El recorrido se estructura alrededor de siete posibles relatos: La memoria olvidada, sobre la antihistoria, la contrainformación y el olvido del pasado reciente; Los ángulos ciegos, de los grupos autónomos a la institucionalización democrática; Del mono azul al cuello blanco, de la desarticulación de los movimientos obreros a la reconversión industrial; En el barrio de mis sueños, del urbanismo feroz a la ciudad espectáculo; Los hermosos vencidos, sobre drogas y prisiones; Las letras arrebatadas, la contracultura versus la institución artística; y El estado gaseoso, sobre la condición de ser otro y el escapismo como arma.

Según explicó Grandas, esta muestra no hubiera sido posible sin esa “polifonía de voces que reflexionaron en su momento y que han seguido reflexionando, aportando aproximaciones críticas, no solo al arte y la cultura sino también al contexto histórico y presente. Es un proyecto de investigación que arrancó hace mucho tiempo, sin saber cómo se iba a materializar, trabajando a través de intuiciones que, una vez empezamos a colaborar con L’Internationale y ya centrados en los años 80, tomó realmente forma. Es un proyecto que habla de la contracultura entendida como un relato que discute la hegemonía no solo cultural y artística, sino también social, política y económica”.

En cuanto al título de la muestra, un oxímoron en toda regla, Grandas matizó que “la gelatina es una sustancia incolora, insípida, consistente pero nunca dura. Sin embargo, a mí me interesaba esa contraposición que tome de un poema de Eduardo Haro Ibars, Soles gemelos. Me pareció interesante para hablar de esa hoja de ruta dominante para entender el paso de la dictadura a la democracia, un relato que se hizo oficial pero que tenía detrás historias escamoteadas (de ahí el subtítulo de la muestra, Historias escamoteadas de los 80). Sin embargo, este proyecto no pretende generar otro relato, sino plantear preguntas y hacer ver que hay otras maneras de entender esa transición. No es un proyecto historicista sino que busca debatir el pasado desde el momento actual. Cuando finalizó la exposición en el MACBA, en marzo de 2017, ya estábamos en un proceso de cambios vertiginoso y en este último año también se han dado nuevas situaciones que nos han llevado a preguntarnos cosas que, probablemente, hace tres años no nos preguntábamos. En este sentido, la muestra no es una cronología, ya que, haciendo un recorrido temático, parte de mediados de los 70 y llega hasta el 92, unos años dominados por un proceso de modernización e internacionalización, que eran necesarios, pero que estuvieron acompañados por otros que no forman parte del relato oficial. Así, la muestra pretende entender cómo se construye ese relato y qué otros relatos quedaron por el camino”.