El juego es la actividad principal de la infancia y responde a esa curiosidad que tienen los más pequeños por experimentar, tocar, aprender o imaginar. Es un impulso primario que empuja a los niños a descubrir el mundo a través de juegos inventados. Jugar es una de las fuentes más importantes de progreso y aprendizaje, por ello es necesario otorgarle a los niños las herramientas más adecuadas.

Aunque para jugar solo se necesitan ganas, tiempo y un espacio, cosas con las que los niños siempre cuentan, para que el proceso sea más productivo los utensilios son de vital importancia.

Existen herramientas que aunque no son imprescindibles para el acto lúdico en sí, lo complementan y vuelven el proceso más rico e interesante para canalizar esa necesidad intrínseca que tiene cada niño en determinada etapa del desarrollo.

Dicha necesidad suele estar relacionada con la fase del desarrollo en la que se encuentre el pequeño. Al detectar estas necesidades concretas surgen materiales, juguetes y actividades específicas que acompañan durante las fases del juego, convirtiendo en lúdico el proceso de aprendizaje.

¿Qué es un juego educativo y didáctico?

El juego didáctico o educativo es una técnica participativa de la enseñanza encaminado a desarrollar en los menores métodos de dirección y conducta, estimulando la disciplina.

Este tipo de juegos se realiza con juguetes para niños, cuyo uso implica reforzar los comportamientos. Por lo tanto, los juguetes educativos que podemos encontrar en webs especializadas como Pixiekids, además de cumplir una de sus funciones básicas como juguetes mediante el disfrute de los niños, también ofrecen otros beneficios que hoy más que nunca es necesario que los padres y profesores tengan en cuenta.

En un mundo hiperconectado y con las nuevas tecnologías al alcance de todos los menores, es fundamental que no lo aprendan todo a través de las pantallas, pues el juego tradicional acompañado en este caso de material didáctico hace que se estimulen los cinco sentidos.

Trabajar la vista, el olfato, el tacto, el oído e incluso el gusto puede ser desarrollador de una manera más productiva si se le enseña a los niños a través de ciertos juegos estimativos. Con este tipo de juegos no solo se beneficia al aspecto cognitivo, sino que favorece a todos los campos del conocimiento.

Es importante saber elegir los diferentes juguetes en función de la edad y de lo que se quiere cumplir. Existen diferentes formatos como los puzzles, las cartas, los juegos hechos en madera, los rompecabezas y los juegos de mesa.

No existen juguetes destinados al sexo, pero sí enfocados en la edad y en el desarrollo del menor. Los niños aprenden mucho por imitación, por lo que si los padres participan en las diferentes actividades los menores estarán más predispuestos a jugar con estas herramientas.

Beneficios y ventajas de usar juegos educativos

Como ya se ha mencionado anteriormente, los juegos educativos permiten a los niños desarrollar sus habilidades cognitivas, creativas y hasta sociales. Además, les brindan herramientas para asimilar de la mejor forma posible el mundo que los rodea. A los niños les encantan los desafíos, por lo que no será complicado iniciarlos en estos juguetes.

Desde la web Pixiekids, nos hablan de los beneficios que aportan los juguetes educativos al desarrollo del menor. Son los siguientes:

  • Mejoran la memoria: entre los distintos juegos educativos que existen, aquellos que implican actividades relacionadas con la memorización (como los juegos de cartas invertidas), concentración y las matemáticas son un increíble incentivo para el campo cognitivo. Gracias a que suelen basarse en la repetición de ciertos patrones, los niños ponen en marcha su capacidad de memorizar elementos, un estímulo increíble para su cerebro y para el área de la memoria.
  • Los preparan para el fracaso: los juegos aportan a los niños un entorno seguro y familiar en donde aprender de la pérdida y la ganancia. Cuando se juega no siempre se gana y es necesario aprender a gestionar ese sentimiento de fracaso que sienten, a la vez que también se enseñan a ser un buen ganador.
  • Habilidades sociales: los juegos educativos ayudan a que los menores desarrollen habilidades sociales gracias a la interacción con otros. Alientan así una comunicación saludable, organizada y diplomática entre aquellos que participan.
  • Habilidades motoras: en este punto entran sobre todo los bebés, ya que aquellos juegos que requieren de interacción física con los elementos provoca un mejor desarrollo en su sistema motor, dado que los obliga a moverse y a formar parte del entorno para participar en el juego.
  • Mejora de la autoestima: gracias a que los juegos infunden sentimientos positivos que asocian al logro, ayudan a desarrollar la autoestima desde un prisma positivo. La mayoría de los juegos con estas características ofrecen recompensas a los pequeños que participan y estimulan su autoevaluación y su autogestión con la ayuda de los padres o profesores.