Pamplona - Luz Casal es, sin duda, una de las grandes voces y artistas de la música estatal. Luchadora empedernida, el aire que respiran sus canciones y sus directos es un huracán de vida. Antes de visitar de nuevo la vieja Iruña, la cantante gallega charló con DIARIO DE NOTICIAS con la sinceridad y la coherencia que le caracterizan.
Ayer Rosendo estrenaba el Navarra Arena, hoy Luz le toma el relevo en Baluarte, se van cediendo el testigo y la vez entre amigos, ya convertidos en nítidos referentes de la música estatal
-Qué guay, no lo sabía. Buena coincidencia.
Para su último disco, ‘Que corra el aire’, ha contado con Ricky Falkner (Berri Txarrak, Quique González, Sidonie...) como productor. ¿Por qué decidió ponerse en unas manos como las suyas?
-Por intuición. Porque sí. Pensé que era la persona adecuada para el material que tenía. Yo nunca me he fijado en aspectos que para otras personas son fundamentales, como el estilo o la estética. Siempre he pensado que la gente con la que tengo que trabajar deben ser, además de personas con mucho talento y ofrecer aquello que son de la manera más entregada, versátiles. Hay buenos músicos que lo son en un estilo determinado, pero que si se salen de ahí no tiene la ductilidad o versatilidad necesaria que yo necesito para mi manera de trabajar. Por lo tanto, no me fijo en esos aspecto, en lo único que pienso es que la unión de estas personas tiene que dar como resultado algo maravilloso, porque si no, la decisión será fallida. Y hasta ahora, todas las personas con las que he trabajado, bien músicos o responsables de producción, han sido menos de lo que yo esperaba, siempre han dejado el listón más alto.
Hablando de músicos, en este disco también has contado con un elenco de músicos de lujo, como Depedro, al que le has devuelto el regalo marcándote una inconmensurable Te sigo soñando.
-Ha quedado bastante bien, verdad, muy espontánea. No sé si le he devuelto el favor, es algo que se da entre colegas, con el que además te sientes cómoda. Jairo se exprimió hasta la límites insospechados, no se guardó nada, nos ofrecía siempre varias posibilidades para aquello que iba a tocar. Así que cuando me invitó, no lo dudé, además de que soy fan de su trabajo. A veces tienes invitaciones que no puedes hacer, bien porque las características vocales son distintas, por ejemplo, y se hace difícil la colaboración. Pero siempre que puedo, y más si es gente que admiro, colaboro; en este caso, además, me sentía en la obligación, ya que si Jairo puso todo su talento a mi servicio yo pongo mi granito de arena en el suyo. Y me sentí muy honrada, además de la que la canción era estupenda.
Metidos de lleno en el disco, ¿la capacidad de ser feliz está estrechamente vinculada con el hecho de ser conscientes de que vivimos días prestados?
-Ser conscientes de que nuestra vida tiene un fin, saberlo, te da la capacidad de disfrutar de la vida más y mejor. Pierdes menos el tiempo, le das importancia a las cosas y a las personas que más te interesan, y apartas aquello que no lo son tanto, dejando a un lado las cosas que no te producen satisfacción, por no hablar ya de placer.
¿Luz es de las que huye de las mentiras, aunque sean piadosas...?
-Nunca me ha parecido interesante esa frase, que con tanta frecuencia repetía mi madre, “es una mentira piadosa, es por no hacer daño...”. Creo que el daño al final lo haces, no soy partidaria de mentir, prefiero dar la callada por respuesta antes que soltar una palabra que implique mentir.
Sucede que las canciones de este disco cuentan o reflexionan sobre cuestiones ciertamente sesudas o profundas, pero sin embargo están vestidas casi de una manera alegre, cayendo en esa bendita contradicción que provoca que el mensaje se interiorice casi sin que querer...
-Soy muy tendente a las sutilezas, me parece que ahí se encuentra más belleza que en las cosas obvias. Puedes hacer una descripción perfecta de un momento, de un personaje, pero añadirle un poco de misterio o abrir la posibilidad de que sea interpretado de otra manera me parece más enriquecedor, y lo digo desde el punto de vista de intérprete. Tener la posibilidad interpretar las letras que haya escrito de manera distinta, siendo protagonista o el oyente, me parece mucho más atractivo que decir “esto es una mierda”. Prefiero decirlo con otras palabras, dando la opción a que el que lo escuche pueda intuir qué me provoca pensar que algo es una porquería. Se trata de dar posibilidades tanto al intérprete como al que lo escucha, para así poder sacarle otro brillo a lo obvio.
¿Es mejor una caída que vivir en una nube?
-Sin ninguna duda. Tener una propia experiencia que te deje una cicatriz es mucho más interesante que vivir en esa especie de limbo es que todo es pseudo agradable y no pase nada. Para mí, la vida no es plana, está llena de accidentes... geográficos, sentimentales, emocionales, físicos... Eso es la vida.
¿Cuál es esa única verdad que murmuran las hojas de los árboles al caer?
-La naturaleza, si le prestamos atención, nos cuenta millones de verdades. En esa letra en particular estoy hablando de un amor amplísimo en el que lo que cuenta es aquello que tu sientes de manera real y sin interferencias, sin propósitos que puedan altera la pureza. Las hojas al caer lo que están diciendo es eso, que es una estación determinada, que acaba un ciclo y empieza otro, cosas que tienen que ver con mi relación con la tierra.
“El tiempo no perdona...”. Luz Casal no mira siquiera al futuro inmediato.
-No he tenido mucha tendencia a mirar al futuro, en general. Me he imaginado situaciones... Cuando eres una persona ambiciosa, y yo lo soy en mi trabajo, en la música, en el sentido de querer saber más, ya que por ejemplo me da muchísima rabia que me hablen de un compositor de cualquier época y no conocerlo, te das cuenta de que lo importante del tiempo es vivir, vivirlo. Entre que haces propósitos para lo que venga y echas la vista atrás porque ya no está aquella persona importante de tu vida, entre esas dos necesidades de recuperar el pasado e imaginarte el futuro, dónde está el presente. Y para mí el presente es esencial, hay que sacarle el máximo de jugo posible.
El álbum se cierra con Amores, versión de un tema de Mari Trini, ¿adelanto o rescoldo del que iba a ser un disco íntegro de versiones de esta artista?
-Hasta ahora digamos que he hecho dos discos paralelos, alejados de lo que son mis discos originales: el álbum La Pasión y compacto homenaje a Dalida. Pero es verdad que llevo muchos años, antes de que Mari Trini falleciera, pensando que era triste que la gente joven no conociera a una mujer que hizo canciones excelsas. Y pensaba hacer ese álbum completo, pero me fui metiendo en otras cosas y llegó un momento en que ni tenía fuerzas ni tampoco quería dejar de hacerlo, así que lo resolví grabando la versión que cierra el álbum. Para mí es una manera de terminarlo de una forma muy emotiva, además de que es una canción bellísima porque define las distintas etapas de lo que significa el amor para una persona. Es nuestro pequeño homenaje y yo me siento muy a gusto en directo contando que es una canción de Mari Trini, sabiendo que en ese momento todos estamos comulgando con la melodía y la letra que ella escribió. Es un homenaje que cada noche nos deja con muy buen sabor.
Siguiendo con su disco, pero ya no en la parte musical sino en la que atañe a la imagen, Luz Casal se presenta en la portada con un abrigo creado, para la marca Groenlandia, por el diseñador navarro Jesús Lorenzo, ¿cómo llegó a él?
-Sí, sí. Y además me ha dado mucho juego, nos hemos reído mucho todo el equipo porque incluso me lo he puesto actuando en Jerez, ¡en agosto! Por la razón que sea... son cosas que una hace porque sí, hasta el punto de que te convences de que ni te da calor ni lo provoca. Es un abrigo que me ha acompañado desde el inicio, convirtiéndose en un elemento imprescindible para mí, por lo menos en lo que dure esta gira. Y tengo muchas ganas de conocerlo, algo que sucederá este domingo, cuando podré darle las gracias personalmente, porque han sido muy espléndidos. Utilizamos el abrigo para hacerme la foto pero no esperaba que me lo regalaran. A lo largo del casi medio centenar de conciertos vinculados al disco Que corra el aire esta prenda siempre ha estado presente, por lo que, de alguna forma, he tenido a Navarra conmigo.