pamplona - La artista navarra Txaro Fontalba (Pamplona, 1965) expone en la galería La Taller de Bilbao su proyecto Deslenguadas y otras tartamudas, una reflexión sobre las barreras que históricamente han impedido a las mujeres comunicar sus ideas y deseos materializada en dibujos y esculturas. La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 23 de noviembre en el espacio de la calle Zumarraga, 7.

Dos esculturas en forma de grandes lenguas rojas suspendidas del techo llaman la atención en el conjunto que presenta la creadora pamplonesa. En torno a ellas, varios dibujos de distintos formatos, todos ellos, al igual que las piezas colgantes, confeccionados a lo largo del último año. “Han ido apareciendo durante este tiempo lenguas cortadas, separadas o extraídas del cuerpo, anudadas”, apunta la artista, que con estas propuestas hace alusión “a perder la lengua, callar, no disponer de la palabra o del espacio público”, y, a la vez, “a ser procaz, lenguaraz, decir lo inapropiado”. Fontalba cita la gran cantidad de verbos que describen acciones similares, aunque con connotaciones distintas. Y algunos se los inventa: hablar, blablablear, chacharear, cacarear, balbucear, enmudecer, tatatachartartamudear; cortar, interrumpir, repetir, bloquear, tropezar, cojear, zozobrar. Y también palabrear, paladear, hacer agujeros en las palabras y huecos en las sílabas. Y propone “sentir la materialidad del habla, paladear los sonidos como recuerdo de ese balbuceo que se olvida con el aprendizaje del lenguaje”.

A través de este “diccionario tartamudo regido por elementos fonéticos fuera de la lógica de lo fonético”, la artista aspira “a una región intermedia entre el balbuceo y la palabra, más allá de los significados específicos, pero sin ser por ello totalmente insignificantes”. Y a “desplazar las palabras, desplazarlas de los ejes y someterlas a variación continua. Existe una caracterización misógina del habla femenina, la cháchara, que se refiere a un conocimiento considerado como un saber inferior, pero que se puede repensar, reinventar, para desfeminizarlo y hacer de él un espacio legítimo de significado”, afirma, en coincidencia con las investigadoras Cristina Molina Petit y María PTQK. Como respuesta a eso, Fontalba subraya que el tartamudeo también es “una forma de resistencia a la autoridad (paternal o patriarcal)”, de manera que se trataría de no considerarla como una minusvalía o un trastorno, “sino de ver que implica una alta conciencia de las relaciones de poder en el lenguaje”. - A.O.L.