Pamplona - Alberto Rodríguez Purroy ha tardado sus años pero, sin duda, ha elegido uno de los mejores momentos para alumbrar sus canciones en un compacto, “vestidas coherentemente y sin perder de vista la esencia”. Ese instante en el que ya se cuenta con la experiencia de más de 20 años sobre los escenarios a la par que con la ilusión de un debutante.

Esta tarde lo presentará en directo, a las 20.30 horas, en la Casa de Cultura de Burlada con las entradas a 11 euros. Alberto (guitarra acústica y voz) estará acompañado por Fredi Peláez (piano, teclados y responsable de la producción del disco), Juanma Urriza (batería), Kike Arza (bajo) y Alejandro Mingot (guitarra eléctrica).

Uno puede pensar que Instantánea, por ejemplo, hace referencia a que el álbum es un reflejo en canciones del momento actual que vive Alberto, pero hay que tener en cuenta que Instantánea, la canción, fue un tema que ya interpretabas allá por 1997.

-Efectivamente, es la canción más antigua del disco y una de mis primeras como cantautor. Pero el título tiene un doble juego, ya que instantánea es una foto que plasma la realidad de un momento. La intención es que el disco sea una coherente sucesión de instantáneas. El 80% de las composiciones han sido creadas en los últimos cinco años pero el resto son temas de mis comienzos, y las he incluido en el disco por estaban inéditas. Así, en cierta forma, vuelvo a los orígenes, echando la vista atrás para mirar hacia delante, que es un poco el objetivo del álbum.

¿Cómo, por qué y cuándo te diste cuenta de que había que desempolvar y dar vida a cada canción creada, que lo importante era seguir cabalgando?

-Fundamentalmente, porque es una necesidad vital. Ahora hay un poso, pero, en cierto modo, lo que he hecho ha sido dar un puñetazo encima de la mesa y reivindicarme como cantautor, mejor dicho, como artista, aunque parezca pretencioso. Había desarrollado un universo creativo pero hasta ahora no había tenido el arrojo para plasmarlo en un disco.

Efectivamente, en los últimos años Alberto se ha subido al escenario con proyectos paralelos, con textos de Borges o canciones de Cohen, pero no tanto con sus temas, era como si los estuviera macerando.

-Este último lustro ha sido definitivo a la hora de tomar esta decisión, que vino precedida por la edición del single Barco.Arena.Playa. y por la actuación como artista invitado en un concierto de Luis Eduardo Aute, además de tomar parte en festivales de canción de autor. Pero sí es cierto que lo he macerado, ya que en 2015 empecé las conversaciones el productor, Fredi Pelaez, para trabajar este álbum.

Un trabajo previo que ha dado el resultado esperado, ya que puede decirse con claridad que has encontrado tu sonido.

-Sí, incluso he reinterpretado los temas antiguos. Esto va parejo a la identidad. Es un camino vital, un viaje iniciático, ya que tengo veteranía como cantautor y el carácter virgen del que debuta con su primer disco largo. Es un trabajo muy meditado, en el que me he sentido muy a gusto con las canciones.

Volviendo a los temas, al margen del retrovisor, los textos son muy actuales, plegándose a realidades como Facebook, el 4G o Twitter, que, quieras o no, también inciden en la forma de escribir o componer.

-Yo soy de la generación del baby boom, y resulta difícil explicar a las nuevas generaciones que estudiaste en un colegio solo de chicos, que teníamos una formación con referencias clásicas o una educación que nos inculcó la culpa, un lastre que hemos tenido que ir soltando por el camino, naturalizando, por ejemplo, las relaciones entre chicos y chicas. Y, además, tuvimos que ser muy autodidactas, lo que no significa que no estuviéramos preparados, todo lo contrario, estamos trabajados en la experiencia, algo que nos ha sucedido también con las redes sociales. El deseo de este disco es que las canciones sean atemporales, con un equilibrio entre referencias actuales y el peso de las cuestiones universales.

Con Instantánea entre las manos, ¿miedo a las alturas por subir otro peldaño que te aleja del pasado, o alegría infinita por el sueño cumplido?

-Alegría infinita. Considero que ahora, a mis 48, soy más valiente e incluso más progresista que cuando tenía 20 años. El disco cumple la faceta de comunicación, de terapia o catarsis, que es fundamental. Es el resultado de tener el coraje de cumplir un sueño porque, además, en estos momentos tengo más conciencia del carpe diem, de lo que es importante.

El último baile. Los puentes de Madison. Encuentro. Despedida.

Encuentro fugaz. Destellos. Luz. Camino.

A medias. Dualidad. Buen rollo. Ritmo.

Tú, a seguir cabalgando. Firmeza. Autenticidad. A por todas.

Piruetas. Divertimento. Volver a ser niños.

Tecnoestrés. Bondades. Perversidades. Nuevas tecnologías.

Entretela 4G. Embarcar. Camaradas. Viaje.

Altas y bajas. Aristas. Enrevesadas. Amor.

Tu infracuerpo. Erotismo. Espiritual. Éxtasis.

Ay, París. Cine. Arte. Dolor.

No quiero más café. Tópicos. Convenciones sociales. Peaje.

Instantánea. Pasado. Presente. Futuro.