pamplona - Las consejeras de Educación, María Solana, y de Desarrollo Rural Medio Ambiente y Administración Local, Isabel Elizalde, inauguraron ayer en el Parque Natural del Señorío de Bertiz una instalación artística realizada por estudiantes de la Escuela de Arte de Pamplona en un árbol centenario del Jardín histórico Artístico. La iniciativa ha transformado un ejemplar de cedro del Líbano de 130 años que se había secado en un expositor de esculturas de madera.

En el acto de inauguración participaron, además, el director de la Escuela de Arte de Pamplona Pedro Sorbet Recalde; los profesores y profesora Iñaki Otsoa, Héctor Urra y Zuriñe Urbeltz, así como cuarenta alumnas y alumnos del ciclo Técnicas Escultóricas. También estuvo presente el responsable del Parque Natural, Gregorio Oyaregi, y personal técnico.

Elizalde explicó que la intervención tiene como objetivo tomar conciencia de la importancia de conectar la naturaleza, el arte y la educación “y de ese modo, se ha conseguido dar una segunda vida a un magnífico ejemplar”. Por su parte, Solana agradeció a la Escuela de Arte de Pamplona su aportación ya que “la colaboración entre diferentes agentes y disciplinas hacia un mismo objetivo siempre funciona. La educación en arte ambiental es un ejemplo de ello, puesto que propone que el alumnado se reencuentre con su entorno natural y además le ofrece exhibir su trabajo fuera del aula, en un museo natural.”

La actuación se ha desarrollado en un cedro del Líbano de extraordinarias dimensiones: 31,5 metros de altura y un diámetro normal a 1,30 m de altura de 148 cm. El ejemplar, plantado hace 130 años, se había secado, por lo que ha sido preciso intervenir para garantizar la seguridad de los visitantes, eliminando así riesgos de accidentes y planificar su reposición.

La propuesta de la Escuela de Arte de Pamplona mantiene catorce metros del tronco del árbol con sus ramas más significativas. En él se han horadado cinco hornacinas que albergan esculturas en madera sobre la fauna de la zona realizadas por las y los estudiantes del ciclo de escultura. El trabajo ha finalizado en septiembre de 2018.

Tal y como indicó el profesor Iñaki Otsoa, el proyecto Nueva vida para el Cedro de Bertiz ha sido “uno de los más ambiciosos y satisfactorios de cuantos han abordado por sus dimensiones, la belleza intrínseca del árbol monumental sobre el que se ha actuado y la buena disposición de los gestores del parque para proporcionar los medios técnicos y humanos necesarios y para entender los ritmos de trabajo de un centro educativo”. - D.N.