Durango - De canciones antiguas como Herdoilarena o Fas fatum a clásicos como Martin Larralde y preciosidades más recientes como Mundua biltzen duen oihartzuna. Ruper Ordorika ha desnudado una docena de canciones de toda su trayectoria en Bakarka (Elkar), que llegan a la Azoka mecidas solo por su guitarra y voz.
¿Cuándo surge la idea de grabar en solitario y por qué?
-Hace tres años que comencé a compaginar conciertos en solitario con los de mi grupo. Siempre me ha gustado ese terreno.
Saca su faceta más folk y de cantautor ¿no cree?
-Bueno, eso es lo que se suele pensar de los discos en solitario ¿no? Aunque hay sonoridades en él que se alejan mucho de lo que entendemos por folk o música de cantautor.
¿Defiende el tópico de “menos es más” o el que aboga porque una buena canción lo resiste todo?
-En principio sí. Tuve la tentación de grabar este disco en directo porque las cosas fluyen de otro modo ante el público, pero me di cuenta de que una grabación muy cuidada, como la que hemos producido, podía ayudar a las canciones. No se trataba de grabar un documento, sino de hacer un disco. Por eso, si bien las buenas canciones superan muchas barreras, el buen sonido ayuda mucho. Creo también que es diferente cuando se trata de atrapar un momento en una grabación con músicos. Por ejemplo, en las experiencias que he tenido en el Kafe Antzokia la energía del momento ha justificado la grabación.
Hay músicos que confiesan que cuanto más desnudan su repertorio más difícil les resulta grabarlos. ¿Cómo ha sucedido en su caso?
-Tampoco a mí me ha resultado fácil. Toda mi vida he escuchado mucha buena música en este registro y a veces esa referencia que llevas dentro te equivoca al colocar el listón. No es fácil dar con lo que oyes dentro de ti.
¿La mayor dificultad fue la elección de las canciones? Regresa a los inicios, pero deja fuera los últimos discos.
-No he pensado en cuál es más antigua; salvo para no repetirme, claro. Hay varias canciones de los últimos 10 años junto con otras muy anteriores. No quería hacer una antología.
No podían faltar Atxaga ni Sarrionandia en el disco.
-Algunas de las canciones que hice sobre sus poemas tienen casi vida propia para las personas que nos siguen. Hoy son dos autores con mucha repercusión y es una sensación fuerte comprobar cómo esos textos nos llegan tan directamente como cuando se escribieron: sea por los temas, por el propio léxico... Se diría que en algunos casos se habían anticipado tanto a su tiempo que el tren de los años les va alcanzando hoy mismo y quizás no les alcance de verdad hasta más adelante.
Dice haberse situado frente al espejo en Bakarka
-Creo que salgo favorecido, francamente (risas). Jonan Ordorika (su hermano) ha hecho un trabajo estupendo con la grabación, lo mismo que todos mis compañeros implicados, como Fernando Neira Lutxo con la portada. - Andrés Portero