pamplona - Con la filosofía de tener la máxima exigencia como mínimo exigible, Raperos de Emaús & The Titanians se despedirán de los escenarios esta noche en Zentral. Y es que la falta de tiempo que dedicar a un proyecto que comenzó en 2004 y al que hace cuatro años se unieron los Titanians ha motivado que la banda haya decidido poner punto final a su trayectoria. Así lo harán hoy, con Afú como grupo invitado, en una que cita comenzará a las 21.15 horas.

“Sentimos que es algo coherente y una decisión valiente”, apunta Moisés No Duerme, MC y productor del conjunto. Él fue uno de los fundadores de Raperos de Emaús en 2004 junto a Dodosound (DJ y productor) y Ritxar (MC). A lo largo de diez años, los tres editaron discos de forma tanto independiente como conjunta, como es el caso de Pájaros y jaulas (2011)-, siempre bajo la filosofía del “hazlo tú mismo”. Una constante experimentación creativa musical en cuanto a sonido que en 2014 sumó la llegada de nuevos miembros al proyecto con el fichaje de los Titanians.

“Por entonces tenían otro nombre, eran Zero Koma”, recuerda Moisés. La presentación de un proyecto llamado Backing Band -música para otros artistas- fue el primer acercamiento entre las dos bandas, hasta desembocar en la idea de hacer algo conjunto. “Llevábamos unos diez años tocando y era algo que necesitábamos, fueron nuevos aires y supuso el volver a hacer todo con montón de ilusión”, reflexiona Moisés.

El primer trabajo fue darle una vuelta a temas originales de Raperos de Emaús, desde una propuesta original de rap y reggae, apunta Fermín Valls, trompetista de los Titanians. Y esa idea original que en un principio eran Raperos de Emaús backer by Zero Koma pasó, poco a poco, a adquirir una identidad propia a nivel de conjunto, para terminar con la banda Raperos de Emaús & The Titanians, bajo el funcionamiento de “un solo grupo”. Por el camino y después de varios conciertos juntos, grabaron el EP Distinto Frasco (2015), con “cuatro canciones de Raperos reversionadas con toda la banda”.

‘la ley del hambre’: el disco Fueron en total dos años de conciertos cuya culminación tuvo lugar con La ley del hambre, un compacto editado en 2016 y que nació fruto de “la necesidad de querer hacer algo entre todos”, comenta Moisés. El disco recogía once temas originales y fue asimismo el punto de partida para una gira nacional con la que actuaron en ciudades como Zaragoza, Madrid, Bilbao, San Sebastián o Barcelona.

“Fue una apuesta más ambiciosa, que se correspondía a lo que había supuesto grabar ese disco entre todos”, recuerda Fermín. Y es que en cierta manera, opina Jon Gómez, teclista de los Titanians, “era una culminación -porque realmente lo fue-, pero también era un proceso muy importante de evolución que llevó su tiempo”, resumido todo ello en “un aprendizaje”. En ese sentido, Ritxar señala que aquello fue “lo que ha forjado nuestra identidad, todo ese trabajo que ha habido después de grabar ese disco, toda la convivencia, todos los viajes...”.

el punto final Tras diez años de trabajo y quizá en el mejor momento de la banda, ¿por qué dejarlo? “Grabar otro disco implicaría hacerlo mejor, hacerlo con mucho más curro...”, responde Ritxar. Y añade: “Hace tres años las ocho personas de la banda estábamos más libres tanto personalmente como laboralmente, pero ahora la situación de todos ha cambiado”.

De ahí que antes que dejar que Raperos de Emaús & The Titanians fuesen cayendo en el olvido, prefieran “plantarlo aquí, con este nivel y con esto tan bonito que hemos conseguido”. Una despedida que ha generado “sentimientos contradictorios que van cambiando en función del día” y que se materializará esta noche, en un concierto en el que estarán presentes músicos que han colaborado con la banda durante estos años, además de tener preparada alguna sorpresa especial.

“Convocamos a la gente que nos ha seguido durante este tiempo al último concierto de algo que hemos compartido siempre con todos”, añaden, como despedida. Porque si tuviesen que resumir estos años de música en dos palabras, familia es una de las elegidas. La otra, actitud, es algo que no faltará hoy sobre el escenario, pero tampoco en sus futuros proyectos. Porque una vez finalizado ese proceso de “ubicarse en espacio y tiempo”, dicen, “seguramente salgan otras propuestas, todo de forma natural”.