donostia ? Fue en febrero de 2018 cuando Edurne Ormazabal se sentó en la silla de directora general de Tabakalera, un puesto que hasta ese momento no existía y fue aprobado por el Consejo de Administración con el objetivo de marcar la estrategia de la institución durante los próximos años y abrirla a nuevas disciplinas como la gastronomía o el diseño industrial. El nuevo rumbo del proyecto, no obstante, precipitó la salida de su directora cultural, Ane Rodríguez, máxima responsable del centro desde 2012 y hasta la llegada de Ormazabal.

¿Cuántos visitantes ha tenido Tabakalera durante 2018?

?Estamos ahora mismo con los datos. Suponemos que habrá habido en torno al millón de visitantes.

¿Se mantiene con respecto a 2017?

?Se mantiene de un año a otro.

De ese millón de visitantes, en 2017 un 26% correspondió a usuarios de la programación propia de Tabakalera. ¿El Consejo de Administración creó la figura de la dirección general para aumentar este porcentaje?

?El objetivo de cualquier proyecto o institución cultural es intentar incidir en un porcentaje cada vez mayor de la población, es nuestra ambición. Contamos con la ventaja de tener un centro vivo, que atrae por diversos motivos a diversos visitantes. Es nuestra obligación provocar a esos visitantes a hacer un uso cada vez más intensivo de las distintas actividades del centro. Siempre es más fácil hacerlo sobre una población que ya te visita.

Entre esos diversos usuarios, se encuentran aquellos que toman los espacios como lugar de ocio: los que van a pasar el rato, a cargar el móvil, a usar la red wifi...

?Todos los públicos son bienvenidos mientras no incidan en problemas de convivencia. Uno de los puntos dentro del nuevo Plan Estratégico es el de realizar mediación con los distintos públicos, por ejemplo, con las madres que vienen con sus niños porque en esta ciudad llueve mucho y la plaza de Tabakalera es un sitio agradable donde estar. Precisamente, este año hemos hecho un plan de visitas guiadas a las exposiciones para esas madres y sus hijos. Intentamos trabajar con públicos que vienen por otros motivos y pueden encontrar un punto de interés en nuestras propuestas, y que eso contribuya a que se conviertan en usuarios cada vez más activos. No lo conseguiremos siempre, pero está en nuestro ideario hacerlo.

¿Cómo se puede llegar a un público especializado y a otro generalista?

?La cultura contemporánea lo es todo. No creo que la institución pueda erigirse como la única poseedora de lo que es la cultura. La gente que viene a Tabakalera aporta su propia manera de entenderla y de disfrutarla. No hay ningún problema de convivencia entre propuestas que pueden exigir un mayor nivel de especialización con otras que requieran un menor nivel de conocimiento.

¿Por qué decide el Consejo de Administración crear la dirección general? ¿No estaba de acuerdo con el rumbo del centro?

?Eso habría que preguntárselo al Consejo (ríe).

Teniendo en cuenta que optaron por usted, le explicarían qué es lo que buscaban.

?Lo que me pidieron es lo que creo que estoy haciendo: abrir Tabakalera a nuevas responsabilidades. Reforzar esa referencialidad a nivel de Euskadi como centro de creación en unas disciplinas concretas. Además, querían que incidiese en el carácter de centro plural compuesto por distintas instituciones bajo un proyecto cultural que gira, es verdad, en torno a la creación, entendida de manera multidisciplinar: abordamos el cine y los audiovisuales y continuamos con el arte contemporáneo. A su vez, nos han pedido que incluyamos una nueva línea sobre las industrias culturales y creativas.

Si hubiese participado en el proyecto desde su génesis, ¿Tabakalera sería igual?

?No lo sé. Se me hace difícil. Generar proyectos desde cero es realmente complicado. A mí me ha tocado estar en alguno y exige muchísimo esfuerzo. Siempre es más fácil ver los toros desde la barrera. Cuando un lanzamiento te exige tanta implicación y lidiar con tantas dificultades, te imbuyes tanto en el proyecto que es difícil coger distancia. No sabría qué responder.

¿El nuevo Plan Estratégico de Tabakalera viene a corregir algunas carencias de la institución?

?Más que carencias, lo que hemos intentado es diseñar el modelo de centro. Es decir, las señas de identidad fundamentales a las que queremos llegar en unos años, mientras avanzamos y concretamos los proyectos y líneas estratégicas para llegar al objetivo.

¿Cuál es ese centro?

?Es un centro en el que existen una serie de instituciones que trabajamos un proyecto cultural multidisciplinar, al tiempo que cada una desarrolla su visión, y que tiene como misión fundamental promover y difundir la creación a todos los niveles, tanto al profesional como al ciudadano.

Insisten en aunar todas las instituciones bajo el mismo paraguas.

?Sí, la suma es importante. Compartimos esa voluntad de construir un proyecto juntos. La Escuela de Cine Elías Querejeta es un buen ejemplo de colaboración interinstitucional. El proyecto en conjunto sale ganando y cada una de las partes también. No se podría entender que no nos pusiéramos de acuerdo para tratar de construirlo desde la eficiencia y la complementariedad. Si Kutxa trabaja una serie determinada de aspectos, no tendría ningún sentido que nosotros trabajásemos los mismos.

¿Los proyectos de las instituciones son complementarios?

?De verdad creo que lo son.

¿El arte contemporáneo pierde peso en el nuevo Tabakalera?

?No. Vamos a inaugurar un nuevo espacio expositivo que contará con todos los equipamientos técnicos para albergar piezas importantes, vamos a desarrollar un nuevo proyecto expositivo de la mano de Oier Etxeberria como responsable, pero que cuenta con un equipo de expertos del sector para trabajar en ello. El presupuesto va a aumentar en el ámbito de la creación, el arte contemporáneo va a ser uno de los ámbitos en los que más vamos a incidir a través de programas de residencias, así como con programas de formación que ya se vienen haciendo y que vamos a ampliar.

¿La nueva sala de exposiciones viene a sustituir a la antigua?

?Sí, tendrá 1.000 metros cuadrados. Anteriormente, contábamos con una sala de exposiciones compuesta por dos naves que hacían una L. La estructura de la sala era mucho más compleja y para determinados proyectos expositivos no se adaptaba bien. La propia estructura lineal de la nueva sala es mucho más idónea, el espacio es mucho más bonito, tiene un carácter más señorial y permite que se instalen dos exposiciones diferentes al mismo tiempo. Otra cosa importante: la sala tiene una mayor centralidad con respecto a la propia estructura del edificio.

¿En qué va a cambiar la oferta expositiva?

?No se puede decir porque no está hecho (ríe). Está en manos del equipo.

¿Las exposiciones de arte contemporáneo eran hasta ahora demasiado exigentes?

?He oído opiniones diversas. Creo que tenemos que hacer un trabajo importante en acercar el arte contemporáneo a públicos más mayoritarios, tal y como hacen Artium, el Bellas Artes o el resto de instituciones que se dedican a ello. Es importante trabajar mucho los programas de mediación. La institución quiere acercarlo a todos los públicos, sin perder por ello el rigor, ni la calidad.

¿Acercar al público implica exposiciones ‘mainstream’?

?Insisto: no hay que perder rigor, ni perder calidad. Acercar quiere decir acercar, no quiere decir nada más. Nuestro papel es el de mediador entre la propuesta del artista y el público. Hay que esforzarse en hacer lo más comprensible e inteligible posible la propuesta del artista.

¿A qué se refiere cuando habla de las industrias creativas y culturales?

?Nos referimos al sector audiovisual, que para nosotros es clave y ya se viene desarrollando. El laboratorio de contenidos audiovisuales en euskera 2deo va a ser una herramienta importante. También nos han marcado el ámbito del diseño como otra disciplina más a trabajar.

¿El diseño?

?El diseño industrial, pero está todavía por definir. Estamos incorporando al equipo gente que tenga expertise y que pueda ir construyendo esa línea.

¿A qué se refiere con diseño industrial?

?El diseño en la industria está prácticamente en todo lo que se produce. La idea es explorar en el laboratorio la relación del diseño con los procesos industriales. Creemos poder construir un proceso que pueda ser interesante para el mundo más industrial y empresarial, y así trabajar de laboratorio.

¿Habla de proyectos de diseños de arte contemporáneo que luego sean compatibles con el sector industrial?

?Eso es mucho decir (ríe). La idea que subyace detrás de los laboratorios es poner en relación ambas prácticas. Hay un proceso creativo detrás de las disciplinas artísticas y también del diseño y eso en los procesos industriales se ha implementado de varias maneras. Pretendemos profundizar en esos procesos, analizarlos y ver qué otros modelos de relación puede haber.

¿El proyecto LABe, que se situará en el Prisma, se enmarca también dentro de la nueva línea?

?La gastronomía en este país está enmarcada dentro de las industrias creativas y culturales. Uno de los objetivos es ese, dinamizar todas esas industrias que pueden surgir en torno a la digitalización del sector gastronómico.

¿En qué consiste LABe?

?Tiene una parte de laboratorio de empresas. En un formato coworking trabajarán distintas microempresas que surjan en este ámbito, entendiendo la gastronomía en toda la cadena de valor. Tendrá, además, una zona en las que empresas que estén desarrollando distintas tecnologías aplicadas a la cocina puedan mostrarlas al sector. Se contempla un restaurante que cumpla una doble función, además de comedor servirá de testeo para la aplicación de estas y otras tecnologías que surjan también fuera de LABe.

¿Le interesa que empresas desarrollen proyectos en sus espacios?

?Lo que vamos a poder hacer es llegar a una fase de prototipado de distintos proyectos o tecnologías que luego vayan a tener su desarrollo en el ámbito empresarial. Queremos contribuir a generar un espacio de laboratorio donde se puedan probar, unir y hacer converger distintos proyectos y que puedan desarrollarse aquí como prototipos.

¿Tienen alguna empresa o proyecto identificado que les gustaría que se desarrollase en el centro?

?No, estamos en una fase muy previa.

De los 37.000 metros cuadrados que dispone el edificio, ¿queda alguno libre?

?Ninguno. Faltaría por asignar contenido a la nave que ahora quedaría libre con la inauguración de la nueva sala de exposiciones. Aunque esos espacios tienen ya varias posibles utilidades. Necesitamos esos espacios, entre otras cosas, para dar respuesta a esas necesidades que vamos a tener las propias instituciones que estamos en Tabakalera.

¿Dónde se ubicaría ese laboratorio?

?No está definido. Tenemos un laboratorio que es Hirikilabs. Hay que pensar cómo usamos los espacios que ya existen para que sean versátiles y tengan distintas finalidades, en función al tipo de usuarios.

El nuevo Plan Estratégico y rumbo de Tabakalera conllevó la salida de su directora cultural, Ane Rodríguez. ¿Cómo lo valora?

?Es una salida perfectamente natural. Ane Rodríguez ha hecho un trabajo excelente desarrollando e ideando este proyecto. Desde que accedí al puesto hemos trabajado juntas, pero llegó un momento en el que decidió dejarlo porque ella sentía que no podía aportar en determinados ámbitos en los que ahora vamos a incidir; preferiría apartarse.

¿Esos ámbitos son los referentes a la línea de las industrias culturales y creativas?

?Son fundamentalmente todo este trabajo que tenemos que hacer en torno a esa línea.

Teniendo en cuenta que Rodríguez fue la mayor responsable del centro desde 2012, con su salida, ¿llegó a repensar el rumbo del Plan Estratégico?

?No, en ningún momento. El Plan Estratégico se ha ido trabajando conjuntamente y compartíamos que era lo que nos habían pedido las instituciones y, por tanto, lo que tocaba desarrollar.

El presupuesto para este año es de más de seis millones de euros. El 20% de esa cifra es autofinanciada por el centro ?dos puntos más que el año pasado?.

?El aumento del porcentaje de autofinaciación debe ser consustancial con la búsqueda de nuevos públicos. Tenemos esa obligación.

Uno de los retos de Tabakalera, planteado desde que usted llegó a la dirección general, es el de la comunicación. ¿Qué problema hay?

?Tabakalera no tiene ningún problema de comunicación.

¿Por qué no se llega al público?

?No creo que no se llegue al público, creo que hay que llegar mejor. La comunicación es una necesidad permanente en todas las instituciones. A donde llegas siempre te parece poco. Mi empeño está en contar, contar y volver a contar lo que hacemos aquí. Es verdad que la propia estructura del edificio no ayuda. Es difícil que el edificio, desde dentro, hable, pero hay que hacer que lo haga.

¿Cómo trabajar ante la idea de que los contenidos de Tabakalera no son para todo el mundo?

?Tabakalera tiene que comunicar que aquí pasan y se generan actividades y programas dirigidos a públicos diversos. Y que aquí se puede disfrutar de la cultura sin apriorismo. Desarrollamos una programación, de verdad, muy diversa. Desde los conciertos de Kutxa, la pantalla pública compartida con ciclos de cine de lo más diverso... Hay que seguir comunicando eso, si hay un sector de la gente que aún no lo ha percibido.

Han puesto en marcha una campaña con el lema Zuk ematen diozu zentzua Tabakalerari, zatoz (Tú le das el sentido a Tabakalera, ven).

?Queremos trasladar la imagen de que Tabakalera es un centro de cultura contemporánea en el que pasan muchas cosas que no deberías perderte. Es un centro que lanza propuestas para un público con necesidades muy distintas: ni es para unas elites, ni es solamente un centro de creación