Bilbao - “Me gusta sorprender y provocar”, reconoce Albert Pla, que hoy se acerca al Teatro Arriaga de Bilbao con su espectáculo Miedo, una mezcla de teatro musical y concierto en el que lo tétrico e infantil se alían con la poesía y las nuevas tecnologías.

¿’Miedo’ surgió en Argentina?

-Como producción del Complejo Teatral Buenos Aires. Dijimos que sí porque estaban los Mondongo, unos pintores que tienen cierta fama. Ellos se han encargado del diseño de arte.

¿Cómo se gestó el trabajo musical con Räul Refree?

-Queríamos hacer canciones para niños, pero salieron de miedo. Al final, no eran tanto para niños (risas).

Aunque sí protagonicen algunas.

-Sí, dicen que tengo cierta visión infantil. No sé... No recuerdo si me inventé las cosas en mi infancia o en mi juventud. Soy un poco todo lo que he hecho, como todo el mundo.

Habla de inventar, palabra clave en el mundo infantil.

-Pues sí, los juegos, las experiencias y sensaciones... no sabes de dónde vienen, es algo que se pierde con el tiempo.

¿’Miedo’ surgió como espectáculo de teatro musical desde el inicio?

-En origen estaba el simple placer de hacer canciones. Luego, al tener varias, pensamos que se podía hacer el espectáculo con Mondongo y Nueveojos, que ya estuvieron en el anterior, Guerra, con Fermin Muguruza, ocupándose de los visuales, la realidad virtual y el mappin’. En Guerra nos quedamos cortos, se podía hacer algo más. Y, claro, miedo es una palabra que se podía desarrollar porque tiene muchos significados.

Y lo hizo con Refree, su lugarteniente de los últimos años, como el de Rosalía, Fermin, Silvia Pérez Cruz... ¿Qué le aporta?

-Facilidad para hacer las cosas. Ni siquiera se le puede llamar trabajo. Es tan sencillo como hacerlo con Judith Farrés, responsable del espacio sonoro. Dan música, melodías e ideas cuando te ves medio torcido. Räul es un músico muy interesante.

‘Miedo’ se ha publicado en CD. ¿Es la misma música del espectáculo?

-Sí, con algún arreglo diferente, pero sí; es su banda sonora. Es mi primer disco desde Somiatruites, de 2011. Con los espectáculos Manifestación y Guerra no salió su música, no se dio. El formato físico no me importa si desaparece. Escucho música y canciones, pero el formato no lo veo, a no ser que exista un hilo conductor en las canciones. Además, es algo inventado por las casas de discos.

Las canciones son minimalistas, pero esconden detalles exquisitos.

-Lo que buscamos era que sonaran fáciles. No sé bien qué es lo sencillo y complicado, pero buscamos lo sencillo (risas). Con algo de flamenco y de circo. Ese es mi mundo musical.

Quién no tiene miedo, ¿no?

-Es de esas palabras que sugieren y se puede atacar desde muchos ángulos. El miedo es muy sugerente.

“Tenemos miedo a la vida”, canta.

-Es que si estuviéramos muertos... ¡Vaya estupidez de frase, ¿no?! Como la de “se hace camino al andar”

Miedo al exterior y a uno mismo también, ¿verdad?

-Claro, se recoge en el montaje. El miedo a uno mismo es significativo.

¿Todos somos monstruos?

-No te quepa duda, conozco a bastantes. Del exterior me da miedo el propio exterior porque es imprevisible. Y acojona porque te cae encima.

¿Le asusta el momento político?

-(Risas). No sé si asustarme o partirme el ojete de la risa. Es que estamos con el juicio al procés y si lo ves... En fin, es un delirio (risas). Rajoy y Zoido no se acuerdan de casi nada. No doy crédito. Igual el raro soy yo.

¿Da igual quién gane las elecciones?

-No es que me la sude o no, es que da igual. Mira qué partido ganó las últimas elecciones en Catalunya y, qué curioso, el que mandó durante un año fue el que menos escaños tenía. El PP solo tuvo tres y aplicó el 155. Da igual quién gane, al menos para los catalanes.

¿Y la sentencia?

-Quiero que esa gente salga ya de la cárcel. Esto va de gente que tiene que estar en la cárcel y que mete a otra para no entrar ellos. Me refiero al anterior gobierno del PP. Son fachas, pero habrá que convivir con ellos.