madrid - Tras abordar en su primera novela la CAV de los años más duros de ETA, la autora Edurne Portela visibiliza en su último libro un tipo de violencia de género “que a veces no se entiende como tal” y lo hace porque, asegura, escribe sobre temas que le incomodan o entristecen.

Edurne Portela (Santurtzi, Bizkaia, 1974), ensayista y doctora en Literaturas Hispánicas por la Universidad de North Carolina (Estados Unidos), dio voz a los silencios sobre el terrorismo en su primera y muy exitosa novela Mejor la ausencia y publica ahora Formas de estar lejos, editada por Galaxia Gutenberg.

En esta novela cuenta la historia de Alicia y Matty quienes, tras conocerse en un pequeño pueblo del sur de Estados Unidos, se enamoran y comienzan una vida juntos. Ella ha dejado atrás su familia, sus amigos y su vida en la CAV y se ha lanzado a una intensa carrera universitaria.

Alicia intenta adaptarse y llevar una vida feliz con Matty pero el precio que paga es demasiado alto y en su vida va creciendo una violencia que va desgastando su vida paulatinamente: “No es violencia de puños, sino esa que mella y va anulando”, explica la autora.

Una violencia que se une al aislamiento y al desarraigo social que sufre esta mujer “que ha sido trasplantada de un pueblo de Euskadi y un mundo de relaciones sólidas a un lugar de Estados Unidos del que no entiende los códigos”.

Pero Matty se aleja de la imagen estereotipada de maltratador, explica Edurne Portela, que señala cómo para su pareja es difícil reconocer el inicio de los límites que nunca se deben traspasar e identificar cuándo una actitud resulta dañina.

“Y las mujeres, por la educación de culpa que hemos recibido y la sensación de que nos debemos al otro, la primera reacción que tenemos es la autocrítica”, destaca la escritora.

Para Edurne Portela, “el amor romántico es un ideal perverso porque nos invita a actuar de cierta forma que en el caso de la mujer es el ideal de la sumisión. En ese proceso la mujer se pierde y accede a un contrato en el que sale perdiendo siempre”.

La escritora vasca confía en que su novela pueda servir para que los lectores sean conscientes de hasta qué punto los límites que no se deben traspasar “no son claros de reconocer” y para que se vean reflejados en actitudes que “hay que dejar de normalizar”.

“Hemos normalizado situaciones no permisibles”, recalca Portela, que considera que “hace falta mucha educación para aprender a reconocer los límites y reconocer la violencia”.

Para la escritora, es fundamental la educación para “empañar la propaganda antifeminista que se hace en la actualidad”, de tal forma que los niños sean educados en la idea de que “el feminismo es una visión del mundo basada en la igualdad”.

Considera que las propuestas de Vox “no son solo retrógradas, sino que también son un discurso basado en el odio y el desprecio al diferente. A la extrema derecha le da miedo que el feminismo se está popularizando y se está aceptando como una forma de entender la realidad y no como una moda”. “No sé cuántos seremos en esta nueva ola, pero somos cada vez más”, recalca Edurne Portela. - Efe