pamplona - La directora artística del Festival Punto de Vista cerró ayer la 13ª edición, la primera promovida directamente desde la empresa pública NICDO, con la sensación de haber sumado público, fortalecido algunas apuestas personales y generado comunidad entre los artistas.

Una curiosidad sobre el palmarés de este año, la mayoría de las películas premiadas se proyectaron el viernes, último día de la Sección Oficial a concurso, y, además, en la misma sesión.

-Sí, ha sido una sorpresa. Sabíamos que era un programa muy potente. Para nosotros, todas las películas son relevantes, pero ha salido así. Curiosamente, el año pasado sucedió algo muy parecido. De vez en cuando, estas cosas mágicas pasan. Es curioso, sí.

¿Qué sabor de boca le ha dejado esta edición de Punto de Vista?

-Creo que se han consolidado muchísimo las líneas de programación. Tengo que revisar números, pero vista a pie de sala me da la sensación de que la asistencia se ha incrementado notablemente. Se veían salas llenas e incluso ha habido gente que se ha quedado fuera de algunas sesiones desde el primer día. También he visto espectadores muy jóvenes.

Eso es prometedor. Hay cantera.

-Sí. Se ha notado mucho la presencia de las escuelas de cine que mencionábamos en la última rueda de prensa antes de que comenzara el festival -ESCAC (Barcelona), la EQZE (Donostia), la ECAM (Madrid), Master LAV (Madrid), Universidad Autónoma de Barcelona-, que han aportado cerca de 150 estudiantes acreditados. Además, han aparecido otros sin acreditar y eso ha hecho que el festival adquiera un público muy joven.

¿Qué adjetivos le pondría a esta 13ª edición de Punto de Vista?

-Ha sido una edición muy participativa y muy emocionante con muchos momentos mágicos en los que he visto a artistas que admiro mucho conmoviéndose tras asistir a la presentación de la obra de otros artistas. Por ejemplo, me pasó el otro día con Lois Patiño, que vino a abrazarme llorando tras ver al Niño de Elche. Xabi Erkizia acaba de salir hoy (por ayer) del foco dedicado a Guy Sherwin entre lágrimas... Siento que a lo largo de la programación de este año se han producido momento reveladores y únicos que sé que van a acompañar para siempre a muchos espectadores.

¿Ha sentido más suya esta segunda edición que la anterior?

-Las dos las sentí bastante mías, aunque, vista la respuesta del año pasado, esta vez me he permitido ahondar más en algunos apartados. Como en Dokbizia, por ejemplo. También me ha gustado mucho el universo de Rick Prelinger porque me parece que le da otro tono a la programación y al espíritu del festival, y porque creo que también es toda una declaración de intenciones acercarnos al mundo del archivo fílmico entendido como lo entiende él, y eso ya es una reivindicación en sí misma. Así que, de alguna manera, este año me he permitido más libertad.

Este año hemos contado con la presencia de más realizadoras/es de la Sección Oficial que nunca, lo cual les ha permitido conocerse entre ellos e interactuar con el público.

-Totalmente de acuerdo. La respuesta de los creadores ha sido maravillosa. En esto el boca a boca funciona mucho, algunos cineastas empiezan a hablar del festival y poco a poco todos quieren venir. Si había 30 películas en la Sección Oficial, este año han venido 26 realizadores y muchos de ellos se querían quedar toda la semana. Eso es muy bonito, porque tenían muchas ganas de estar, de participar y de hacer comunidad, que para mí es lo más importante de mi trabajo; aparte de mostrar obras que me interesan, obviamente.

¿No se le ha quedado la palabra documental algo pequeña al programa; no debería llamarse más bien festival de cine de no ficción?

-Otra amiga artista me decía que quizá deberíamos cambiar el nombre y llamarlo Puntos de Vista. Es cierto que lo heterogénero, lo plural y lo diverso es lo que caracteriza también al festival y creo que las personas que acuden saben que entendemos el cine documental de una manera muy expandida, de la forma más generosa y más innovadora posible de lo que se está haciendo hoy en cine contemporáneo.

Seguro que en su cabeza bullen ya unas cuantas ideas para la edición de 2020.

-Sí, sí (ríe). Es inevitable. Hay gente que se apenaba hoy por el vacío que deja el final, pero, claro, es que yo ya estoy trabajando en la siguiente edición. Eso sí, cierto descanso es necesario para que fluyan las ideas.