málaga - Dani de la Orden regresa al intimismo de sus primeros largometrajes con Litus, adaptación de la obra teatral de Marta Buchaca a la que ha desnudado de “exposiciones pornográficas de los sentimientos” para contar una historia pegada al suelo sobre la incapacidad de comunicarse de los jóvenes de hoy.

“Todos teníamos en mente que teníamos que trabajar la verdad un poco como hacemos en el teatro; me gustaba la historia de cómo una gente que está rota por dentro lidia con el día a día de la mejor manera que puede; así se les ve avanzar con diálogos vacíos, lugares comunes”, explica el director en una entrevista. Para Álex García, uno de los protagonistas de esta cinta coral, la película “retrata muy bien lo que somos. Hoy en día no resolvemos nada, creemos que hablamos, que con un café nos ponemos al día, y no hablamos de emociones, de verdades, de si estoy a gusto o no”.

Tanto De la Orden, como el equipo de actores de la película, se desplazaron a Málaga para defender la película, que compite por la Biznaga de Oro en la Sección Oficial del festival. La historia de Litus empieza en una curiosa reunión de amigos después del suicidio de uno de ellos; un encuentro que se enrarece cuando el hermano del muerto les cuenta que Litus ha dejado una carta para cada uno de ellos. Según las van leyendo, el abismo entre ellos se va haciendo cada vez más grande; se descubren secretos no contados y situaciones dadas por hechas que no son ni por asomo lo que pensaban, ni de Litus, ni de ellos.

“No se reúnen para hablar, pero tú como espectador crees que lo van a hacer y que todo va a acabar bien, pero como es muy realista acaba con la verdad de lo que somos”, apunta García, el amigo “maniático, casi psicótico, que tiene un bloqueo muy grande” desde la muerte de su compañero de piso. “Esa reunión es un volcán a punto de estallar, pero que no acaba de estallar. Pienso cómo será el día siguiente de estos personajes”, plantea el actor canario.

Con inevitables referencias a Los amigos de Peter, de Kenneth Branagh, que incluso se nombran en la película, Litus no cae en “personalismos ni exposiciones pornográficas de los sentimientos”, afirma De la Orden. “Tenía claro -dice- que debía ser algo muy pequeño, controlado desde arriba”. - Efe