En la ciudad de Viana se percibía ayer un ambiente especial, una mezcla de fiesta y solemnidad. Y es que acoger la entrega del Premio Príncipe de Viana de la Cultura supone todo un acontecimiento, más si coincide con la celebración del octavo centenario de la fundación de la ciudad. Viana ya tuvo este honor en el año 1998, cuando el director de cine Montxo Armendáriz recogía el galardón en la casa de cultura de este mismo lugar. En esta ocasión la entrega al escritor Tomás Yerro tuvo como escenario las ruinas de la iglesia de San Pedro, un lugar emblemático y cargado de significado para todos los vianeses.

Yolanda González, alcaldesa de Viana, se manifestaba satisfecha de poder acoger el evento y de cómo había transcurrido la jornada. “Esto ha supuesto un espaldarazo para la ciudad de Viana y evidencia la importancia que esta ciudad tiene dentro de la historia y la cultura navarra. Esperamos que sirva también para que la gente nos conozca y se anime a visitar nuestra ciudad”, manifestaba. Destacaba el escenario elegido para la ocasión y la buena suerte de que el tiempo hubiese acompañado durante el acto. La alcaldesa colocó al homenajeado el pañuelo de fiestas de Viana y le entregó una maqueta del antiguo castillo de la ciudad para que Yerro tenga un recuerdo de la ciudad. Por otra parte, González anunciaba que el acto de ayer fue el inicio de una reivindicación, la de solicitar que el Premio Príncipe de Viana de la Cultura se entregue en Viana. “Espero que el año que viene el premio se vuelva a entregar en esta ciudad”, exponía la primera edil vianesa.

La propia presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos, recordaba en su discurso el 800º aniversario de la ciudad de Viana, conmemorado el pasado 1 de febrero. “La literatura está muy unida a esta celebración, ya que se convoca el Certamen literario Ciudad de Viana, para escolares de todo el estado”, exponía.

un toque vianés al acto Quienes vivieron también de forma muy especial la jornada fueron la Comparsa de gigantes y cabezudos de Viana y la Asociación de gaiteros. Ellos se encargaron de poner también un toque de la tradición vianesa al acto. Cuatro gigantes, representando al rey Sancho VII El Fuerte, fundador de Viana; César Borgia, personaje histórico enterrado en esta ciudad y sus respectivas esposas, Constanza y Carlota, bailaron para el homenajeado. Óscar Jorrín, Miguel Ángel Arnedo, Iván Corres, Jorge González, Igor Zabala y Rubén García fueron los encargados de danzar a las enormes figuras. “Poder bailar para un premio Príncipe de Viana ha sido un momento muy emocionante. Tomás Yerro ha estado muy amable, se ha acercado a saludarnos y a darnos las gracias”, explicaba Jorrín, presidente de la comparsa. Teófilo González de San Pedro, presidente de la Asociación de gaiteros de Viana, se manifestaba en la misma línea. “Quizá había más nervios, pero ha sido todo un honor”, explicaba. José Antonio Márquez, José Luis López y Héctor Valencia fueron los tres gaiteros que interpretaron las piezas Jota de gigantes de Viana y El pajarico para que las bailasen los gigantes. Si fue una jornada especial, tuvo mayor importancia para Héctor, que con sólo 12 años, debutaba ayer. “Es un día que voy a recordar siempre”, decía satisfecho.

Colectivos vianeses vinculados al deporte, la cultura, asociación de mujeres, etcétera, también estuvieron invitados a participar ayer de un momento tan especial para su ciudad.