El director y guionista donostiarra Borja Cobeaga confesó que nunca ha dejado de escribir algo por autocensura pese a que sus comedias se ríen de ETA o de la monarquía y defendió que “el humor tiene una faceta liberadora absoluta”. El cineasta hizo esta afirmación durante su intervención en San Sebastián en el curso de verano de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea que aborda el modo en que ETA ha sido representada durante las últimas décadas en la ficción audiovisual. 

La irrupción del humor marcó un punto de inflexión en la ficción dedicada al “costumbrismo” de ETA y allanó el camino para el estreno de películas como Fe de etarras, una tragicomedia escrita y dirigida por el propio Cobeaga, que narra la absurda convivencia en un piso franco de un comando de ETA que come croquetas y asiste atónito al triunfo de la selección española en el Mundial de fútbol.

El secuestro fingido y 'Gora E.T.'

“El humor se cuela por rendijas no esperadas”, reconoció Cobeaga, que admitió que ideas no le faltan, ya que, por ejemplo, tiene un guión sobre el caso de Bartolín Rubia, el concejal del PP de La Carolina (Jaén) que simuló un secuestro de ETA.

También ha imaginado una producción de ciencia ficción, que tiene hasta título: Gora E.T., en la que la Guardia Civil y ETA se alían ante una invasión extraterrestre y luchan unidos por “la independencia de la tierra”, relató.

Cobeaga recordó sus inicios como guionista en el programa de ETB Vaya Semanita, junto a humoristas como Diego San José y Óscar Terol, un formato que pasó de estar abocado al fracaso por su escasa audiencia, a convertirse en un fenómeno cultural que traspasó los límites del humor de los vascos. “Nunca hubo censura”, recalcó.

Reunión con Rubalcaba

Tras reconocer que había mucho de “inconsciencia juvenil” en todo aquello, Cobeaga explicó que prueba de ello es también el planteamiento inicial de Ocho apellidos vascos. Un chico se enamora de una vasca y descubre que es la hija de Arnaldo Otegi, un proyecto que, según recordó, no prosperó y fue adaptado para el exitoso filme de Emilio Martínez-Lázaro.

En el caso de Negociador, la comedia inspirada en las negociaciones entre ETA y el Gobierno en 2005, Cobeaga desveló que mantuvo una reunión de cinco horas en Ferraz con el entonces líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien se limitó a reivindicar su papel en este proceso y a hablar de una serie que, como químico de formación, le encantaba: Breaking Bad.

En cuanto a los límites del humor, Cobeaga señaló que él no tiene una visión catastrofista y que no cree que lo que antes se podía hacer ahora ya no, aunque es verdad que están esas llamadas al boicot hacia actores que se han podido significar políticamente como la actriz Itziar Ituño que, a su juicio, “no tienen ningún sentido”.

En su caso, explicó que, por ejemplo, en la serie Su majestad, creada junto a Diego San José, hay un episodio dedicado a la inauguración del año judicial que deriva en una fiesta con cocaína: “Y no ha pasado nada de nada. Ha sido decepcionante. A lo mejor nos hemos quedado cortos”, bromeó.

Lo que está claro es que Cobeaga no se ha autocensurado y que nunca “nadie me ha dicho cuidado con esto” a la hora de abordar alguno de sus trabajos en el último de los cuales, Los aitas, se aparta del tema del terrorismo, al igual que sucede en otras de sus películas como Pagafantas o la serie No me gusta conducir, en la que relata su experiencia personal sacándose el carné a los 40 años.