concierto de mark knopfler

Fecha: 05/05/2019. Lugar: Navarra Arena. Incidencias: Lleno absoluto, con diez mil personas, para recibir a Mark Knopfler en la gira de presentación de su noveno álbum en solitario, Down the road wherever. Según ha anunciado, esta será también su última gira. Le acompañaron los siguientes músicos: Guy Fletcher (teclados), Richard Bennett (guitarra), Jim Cox (piano), Mike McGoldrick (flauta), John McCusker (violín y cistro), Glenn Worf (bajo), Danny Cummings (percusión), Ian Thomas (batería), Graeme Blebins (saxofón) y Tom Walsh (trompeta).

El domingo terminaron diez días cargados de citas musicales multitudinarias, todas ellas albergadas en el acogedor y confortable seno del Navarra Arena. El jueves pasado nos había visitado Bob Dylan (cuatro mil personas), mientras que este fin de semana lo hicieron los chicos de Operación Triunfo, el viernes (diez mil personas) y Mark Knopfler, el domingo. El británico también colgó el cartel de entradas agotadas, en su caso con siete mil aficionados abarrotando el recinto. Tres conciertos y tres propuestas bien diferenciadas, todas ellas punteras (cada una en su estilo). Con los pocos meses que lleva funcionando, ya tenemos pruebas tangibles de lo mucho que el Arena está aportando a la vida cultural de Pamplona, acercándonos espectáculos que de otra manera serían inaccesibles para nuestra ciudad.

Centrándonos en la actuación del legendario líder de Dire Straits, era inevitable recordar el concierto que ofreció con su banda madre en 1992. En aquella ocasión la actuación tuvo lugar en la plaza de Toros, mientras que esta vez se celebró en el Navarra Arena, con todo el público sentado. La comodidad de las butacas y la inmejorable acústica que este recinto ofrece ayudaron a que el disfrute del evento fuese máximo. El resto, claro, lo aportó el artista, que vino acompañado por una banda de auténtico lujo. Diez músicos sobre el escenario y un despliegue todavía mayor de instrumentos, ya que muchos de ellos cambiaron varias veces de herramienta (piano, órgano, un sinfín de guitarras, pedal steel, violín, saxo, trompeta, gaita, percusiones...). Un auténtico lujo para los oídos, unas condiciones técnicas excelsas como pocas veces se habían visto por estos lares. Todo esto quedó patente ya en la primera canción, Why aye man. La iluminación también contribuyó, sobria y elegante, pero muy eficaz, a crear un ambiente idóneo. Algunos de los primeros temas consiguieron arrancar las palmas (la funky Nobody does that), pero fue la majestuosa Sailing to Philadelphia, con cierto regusto celta, el primer gran momento de la velada, que se vería incluso superado por las dos perlas de Dire Straits que rescató a continuación: Once upon a time in the west y Romeo and Julieta. Sobre esta última canción, el propio Knopfler dijo años atrás que era su canción favorita de la banda, la que mejor representaba su espíritu original. La comenzó con guitarra acústica, pero entre medias la sustituyó por otra eléctrica para lucirse con los solos del final. Fue entonces, con el público aplaudiendo a rabiar, cuando saludó a la audiencia, rememorando (en inglés) su anterior visita y declarando su amor por Pamplona (I love Pamplona, repitió varias veces).

A partir de ese momento, los músicos combinaron material reciente de sus discos en solitario con incunables de su vieja formación. Si bien no ha habido cambios drásticos en los estilos practicados durante esas dos etapas, el abanico sonoro es más amplio de lo que a priori pudiese parecer. Así, en Matchstick man se escuchó una gaita y en Done with Bonaparte, directamente, nos trasladaron a una taberna irlandesa, mientras que los sorprendentes (y acertados) acercamientos latinos de Postcards from Paraguay pusieron a todo el Arena de pie para bailar. Y es que, aunque el ritmo del concierto fue sosegado, también hubo momentos más enérgicos. Por ejemplo, tras Speedway at Nazareth, fueron muchos los que abandonaron sus sillas para situarse debajo del escenario; poco duraron allí, ya que los miembros de seguridad les hicieron abandonar su nueva posición. Se quedaron desperdigados, bailando con los brazos en alto los bises: Money for nothing y ‘Going home. Dicen que es su última gira... Se le echará mucho de menos.