madrid - El cineasta Jacques Audiard llega a los cines estatales mañana con Los hermanos Sisters, película protagonizada por Joaquin Phoenix y John C. Reilly y ganadora, entre otros reconocimientos, con el galardón a Mejor Director en la Mostra de Venecia y en los Premios César.

“El cine se terminó en los años 90”, manifestó el cineasta galo durante una entrevista con motivo de su visita a Madrid para presentar este filme, en referencia a los nuevos formatos, tecnologías y plataformas que ganan terreno en el sector cinematográfico. Audiard (De óxido y hueso, Dheepan) señaló que estaría dispuesto a trabajar con Netflix, plataforma cuyos contenidos están vetados en el Festival de Cannes que arranca el próximo 14 de mayo. No obstante, cree que este es “un momento histórico” en el que lo importante no es tanto la tecnología, sino “cómo se va a llamar lo que se ve en una pantallita”, al tiempo que apunta con su dedo el móvil que está sobre la mesa. “Es un problema de palabras”, recalca.

En este sentido, parafraseó al crítico de arte Hector Obalk, quien, cuando hablaba de la revolución pictórica de Cezanne, señaló que “no era la pintura la que había cambiado, sino las manzanas. Me encanta el cine, me encantan las salas, pero ¿cuánto tiempo vamos a decirlo? Lo importante es tomar conciencia de que las cosas han cambiado”.

DESMONTAR EL WESTERN. Los hermanos Sisters está ambientada en el lejano Oeste a finales del siglo XIX, en plena fiebre del oro. Dos hermanos, Charlie y Eli Sisters (Joaquin Phoenix y John C. Reilly) inician un viaje que pondrá a prueba su vínculo y que cambiará sus vidas.

Como espectador, Audiard no es aficionado al western y entendió el encargo como la propuesta de una “película histórica”. En este sentido, y en referencia a quienes han hablado de una ruptura de las normas del género en esta cinta, el director ha señalado que la calidad del libro de Patrick deWitt, en el que está basado, reside precisamente en “la imaginación, en el humor y en la ironía. Este desplazamiento respecto al género viene también del libro, que es una interpretación particular de la época”, ha dicho. “No hay que equivocarse, no es un western”, advierte el cineasta galo, quien describe esta cinta como un cuento en el que hay “dos hermanos de 40 años sobre sus caballos pero que en realidad son dos niños” que continúan “con las mismas bromas y las mismas peleas de cuando tenían 12 años”, por los que “el tiempo no ha pasado. Van a pasar de la niñez a la edad adulta”, ha dicho.

El filme se rodó en el Estado, un rodaje que también pasó por Navarra. El director quería hacer una película home made, diferente a lo que habían visto en Alberta (Canadá), donde lo que se ve “ya ha existido”. No obstante, Audiard quita importancia a la localización. “No me importa el paisaje. Soy director, no jardinero”, apostilla. - Europa Press