cannes - Aunque en apariencia no es un filme político, Bacurau es un reflejo de lo que está ocurriendo ahora en Brasil, un país que vive una distopía “en muchos aspectos de cada día”, como señaló ayer en el Festival de Cannes uno de sus realizadores, Kleber Mendonça Filho. Y llegar al Festival de Cannes con una película como Bacurau, llena de crítica y de referencias a la situación de Brasil, es la mejor forma para Mendonça Fiho y Juliano Dornelles de protestar contra un gobierno que está “tratando de destruir la cultura”, señalaron en rueda de prensa.

“Es realmente alucinante tener un filme en Cannes en el momento en el que están tratando de ocultar todo lo que hacemos”, afirmó Mendonça Filho, que destacó que hay tres filmes brasileños en las diferentes secciones del festival, además de una coproducción. La presencia del cine brasileño y la acogida que tuvo el filme el miércoles en la sesión de gala fueron algunas de las “miles de razones que nos hicieron llorar”, aseguró el realizador.

Así como la coincidencia de la proyección del filme con las marchas en unas 200 ciudades brasileñas contra los recortes de los gastos públicos en la educación, en la mayor manifestación contra el ultraderechista Jair Bolsonaro desde que asumió su mandato. “En una sociedad democrática, como ciudadano, no debemos perder de vista las cosas en las que crees. Es muy importante que no te vuelvas loco y acabes apoyando el recorte en la educación (...) Es la forma de resistir a un extraño régimen con el que no estás de acuerdo”, señaló Mendonça Filho. A lo que Dornelles agregó: “Cada uno a su manera, nosotros aquí, ellos allí, estamos trabajando para todo lo que se ha conquistado en Brasil no se pierda”. “Así es como protestamos, como luchamos, haciendo cultura”, apostilló uno de los protagonistas del filme, Thomas Aquino.

Un filme que cuenta la historia de un pequeño pueblo, Bacurau, que de forma repentina deja de aparecer en los mapas, se queda aislado y tiene que hacer frente a una terrible amenaza exterior personificada en un grupo de extranjeros, en una representación de los abusos del colonialismo. Con un aire de comedia amable en un primer momento que gira completamente hacia una historia sangrienta, Bacurau no es una película política, en palabras de sus directores, aunque reconocieron que no pudieron evitar trabajar en la atmósfera que existe en estos momentos en Brasil y en todo el mundo.

Hubo acontecimientos que se produjeron durante el largo proceso de preparación del filme -empezaron a pensar en esta idea en 2009- y que se colaron en cierta manera en la historia, explicó Mendonça Filho. Con un reparto coral que cuenta con Sonia Braga -ausente en Cannes-, el alemán Udo Kier, Jonny Mars, Karine Teles, Chris Doubek, Barbara Colen, Brian Townes, Alli Willow, Antonio Saboia o Silvero Pereira, los realizadores construyen una película por momentos alocada y llena de referencias históricas que fue muy bien recibida en Cannes.

“macron, escúchenos”

Un grito de alarma. Con su ópera prima Les misérables, el francés Ladj Ly sacudió ayer las conciencias en el Festival de Cannes al denunciar crudamente las condiciones en las que se vive en muchos suburbios de París y lanzó un mensaje directo al presidente francés, Emmanuel Macron: “Escúchenos”. A sus 38 años, Ly vive en Montfermeil, una de las banlieues parisinas en las que se hacinan miles de personas en unas condiciones de “casi abandono”. “Esta película es un grito de alarma. Las cosas no han evolucionado; ha habido un plan de desarrollo urbanístico, pero aún hay mucho por hacer”, explicó Ly. “Hace más de 20 años que decimos que todo va mal y tenemos la impresión de no ser escuchados (...) Llevamos más de 20 años reivindicando nuestros derechos, hace más de 20 años que nos disparan bolas de goma a la cara, todos tenemos marcas en el cuerpo”, resaltó Ly.