Hace 26 años Jesús Aranda decidió apostar por el producto ecológico, convirtiéndose en uno de los primeros operadores ecológicos inscritos en CPAEN. Un largo recorrido que le ha llevado de la ganadería al olivar, con una finca de dieciocho hectáreas ubicada en Falces en la que produce un aceite de oliva virgen extra ecológico y “elegante”, tal y como lo definen los catadores. Sus olivos se desarrollan en un ecosistema de olivar, un espacio que ha costado años conformar y en el que hoy no falta de nada: mochuelos, cernícalos, sapos, murciélagos o abejas, almendros y frutales conviven allí y ayudan a mantener un equilibrio natural que se auto regula y que ayuda a evitar plagas y enfermedades de forma natural y sostenible y que se puede ir a conocer en visitas guiadas.

A la familia Aranda le encanta mostrar su olivar, no en vano han sido muchos años de trabajo para conseguir un espacio natural, un ecosistema de olivar en el que plantas y animales conviven. Hace 26 años, cuando empezaron, apenas una veintena de “locos” apostaron por la ecología (hoy son más de 650). Se les tachaba de hippies, casi iluminados, pero sus pasos los siguieron otros y hoy lo ecológico está de moda por sostenibilidad, salud y sabor y se ha convertido en una opción que cada año gana más adeptos, tanto entre los y las consumidoras como entre los y las productoras. Hoy los alimentos ecológicos -o Bio o Orgánicos, denominaciones que significan lo mismo- son una realidad pujante y al alza pero tuvieron, como tantas cosas, unos inicios complicados en el que unos cuanto pioneros pusieron la primera piedra o, en este caso, el primer olivo.

Empezar con la producción ecológica tuvo que ser un paso importante.

-Siempre hemos tenido inquietudes medioambientales. Entonces éramos ganaderos y veíamos prácticas que nos preocupaban. Recuerdo que con diecisiete años poníamos encinas por el monte, bellotas? una de las cosas claves fue que entonces mi padre trataba el ganado con lindano para la desparasitación externa. En una charla de Biolur salió el tema y vimos que contaminaba, que era cancerígeno, que mataba las abejas ¿qué estábamos haciendo? Nos informamos, vimos alternativas y ese fue el punto de inicio: una preocupación por el medio ambiente y por la salud humana. Siendo así ¿cómo no vas a producir en ecológico? Fue muy complicado al principio, pero es nuestra manera de ver la vida.

Vuestros comienzos estuvieron entonces en la ganadería.

-Si, empezamos con la ganadería, con ovino de carne. Empecé a trabajar en el campo pensando que también los cereales o el forraje deberían de ser ecológicas. Entonces cogimos terrenos del ayuntamiento y a pesar de las dificultades porque la tierra estaba muy castigada, con el tiempo conseguimos regenerar los terrenos. Era lanzarse al abismo, pero era lo que queríamos hacer.

¿Cómo pasasteis del ganado al olivar y a producir aceite?

-Con la transformación del secano a regadío pusimos olivos, y luego al dejar de trabajar mi padre, decidimos quitar el ganado y centrarnos en el olivo. Un cultivo que entonces no conocíamos, pero hicimos cursos, catas de aceite? para saber qué teníamos que hacer. Ha sido un poco ir equivocándonos y acertar, hasta dominar y desarrollar el cultivo.

No habrá sido un camino fácil.

-Los inicios fueron difíciles, no sólo es una cuestión de cómo llevarlo, sino de comprender que un olivar es un ecosistema y que todo le afecta si quieres conseguir un equilibrio. Hay que ir trabajando el terreno para conseguirlo. Por ejemplo, nos encontramos con un problema de ratones de campo, un problema muy extendido porque faltan las rapaces, faltan otros árboles, los bosques. Los monocultivos crean desequilibrios. A día de hoy con mochuelos, cernícalos? regulan los ratones y ya no tenemos ese problema, que fue muy grave.

Explícanos qué significa “equilibrar el ecosistema”

-Cuando te decides a trabajar en ecológico te encuentras con un ecosistema desequilibrado, el que se ha creado a lo largo de los años. Al principio pusimos unas perchas para atraer aves, pero no era suficiente. Ahora tenemos almendros, frutales, un seto variado alrededor y una balsa que han ido atrayendo cernícalos, mochuelos, lechuzas. La balsa ha propiciado que haya culebras, tenemos también nidos de murciélago, lagarto europeo, sapos. Hace unos años hablamos con un vecino del pueblo para poner panales y las abejas son también fundamentales. Hemos conseguido equilibrar el ecosistema, regularlo, ya no es que no haya ratones ni otros bichos, los hay, pero no son una plaga y no suponen un problema. Todo lo demás son parches para poder producir cuando la idea es crear un ecosistema de olivar que esté auto controlado, un lugar en el que tienen que estar todos los animales y plantas que tiene que haber en un olivar. Cuando falla alguno, otros se convierten en plaga. Es lo que hay que intentar en la manera de lo posible, así tendrás una producción de alta calidad.

Una vez conseguido el equilibrio, se pasa a la producción de aceite ¿Qué variedades ofrecéis?

-Nuestro aceite es de las variedades arbequina y arróniz, con ellos hacemos un aceite de oliva virgen extra excelente, un coupage que la verdad es que tanto el púbico como los catadores profesionales no están diciendo que es muy bueno. Se moltura en un trujal de La Rioja que trabaja muy bien y que al llevar una aceituna de alta calidad produce un aceite igualmente de alta calidad. En un futuro, cuando tengamos una producción mayor, elaboraremos además monovarietales, pero seguiremos con el coupage porque tiene muy buena aceptación. Es un aceite elegante, ligeramente picante en boca, pero no en la garganta.

¿Dónde lo comercializáis?

-Trabajamos fundamentalmente con el mercado interno, lo que ahora se conoce como kilómetro cero. Vendemos desde la ecotienda, la web, grupos de consumo y puntos de venta de Navarra. En principio, y con la producción que tenemos, es donde nos gusta trabajar. Aunque hemos recibido ofertas para exportar, mientras nuestra producción sea la que es, que es pequeña, preferimos trabajar así. Cuando tengamos una producción mayor ya nos plantearemos otros mercados. Tenemos 18 hectáreas, por lo que la producción aumentará hasta alrededor de los 20.000 litros.