pamplona - El monte Agiña es el escenario y el título de la creación audiovisual de María Sánchez, en la que la artista se aproxima al universo de Jorge Oteiza. Lo hace a través de un paseo junto a un grupo de pescadores, que dejan a un lado el su hábitat, el mar, para caminar hasta la obra Homenaje al Padre Donostia, realizada en 1959 por Jorge Oteiza y el arquitecto Luis Vallet. A partir de ayer, Agiña podrá verse en el Museo Oteiza hasta el 29 de septiembre.

La pieza forma parte del programa Hazitegia, desarrollado junto con el Centro de Arte Contemporáneo de Huarte para el fomento de la creación en torno a Jorge Oteiza y según desveló María Sánchez, su primer acercamiento al escultor se produjo en relación con la investigación de su tesis sobre artistas que abandonaron la creación en una etapa temprana de su vida. “Oteiza era la figura principal”, explicó y detalló cómo durante su residencia artística, que tuvo lugar el verano pasado, investigó su archivo videográfico.

Fue así como llegó a una primera idea, la de realizar “una performance con pescadores”, pero alejados de su hábitat. “En Agiña, con la capilla y la escultura de Oteiza, está la soledad, la sensación de quietud, el vacío... Y quería trasladar a los pescadores a un lugar que no les pertenece, donde no tienen esa relación tan directa con el mar y llevarlos a donde sintieran eso que sentimos con la escultura en Agiña”, explicó.

EL VACÍO Y EL SILENCIO De esta forma, la propia artista acompañó al grupo de pescadores durante la caminata, la cual propició, según detalló Sánchez, “un desarrollo audiovisual donde trabajaba sobre el vacío, sobre la nostalgia y sobre el abandono y la imposibilidad de realizar la pieza”.

El rodaje, que una vez finalizada la investigación se desarrolló durante el mes de noviembre, fue un trabajo de “imposibilidades”, según detalló la artista, ya que en vista de las posibles lluvias durante el día de grabación, acudió al convento de las monjas Clarisas, a quienes pidió que rezaran para que la lluvia respetase. No llovió y el diálogo entre una de las monjas y la propia María Sánchez es el punto de partida de Agiña.

Así, la obra audiovisual, de dieciséis minutos de duración, recoge la caminata de la artista junto a los pescadores, en un trayecto en el que “descubrimos los crómlechs que están enterrados por los helechos y que cuesta verlos” y el espectador es testigo de las conversaciones entre los propios pescadores. “En las conversaciones se repetía la idea del silencio”, detalló, sobre una idea que también estaba presente en su proyecto y es una sensación que envuelve a Homenaje al Padre Donostia.

El mar, el ruido de los motores de los barcos que los pescadores utilizan y la ausencia del silencio son también protagonistas de Agiña. Además, la pieza cuenta con la participación del bertsolari Andoni Egaña, quien recita un bertso, ya que la artista quería “una conexión directa con una persona que hubiera conocido a Jorge Oteiza”.

taller ‘sentir de cerca todo’ El Museo Oteiza y el Centro de Arte Contemporáneo de Huarte han programado también el taller Sentir de cerca todo, impartido por la propia María Sánchez y que se celebrará entre el 21 y 23 de junio en ambas sedes. La programación abordará nuevos modos de relacionarse con los objetos y con las personas a partir de la reflexión y la práctica artística. Los interesados deben enviar un e-mail a didactica@museooteiza.org.