PAMPLONA - Compromiso no le falta y aunque Rozalén reconoce que una canción no va a cambiar el mundo, opina que, al menos, “puede hacer reflexionar”. Que no es poco. Y ahora, tras presentar un libro y recopilatorio especial bajo el título Cerrando puntos suspensivos, la albaceteña afronta “con ganas de arriesgar” todo lo nuevo que está por venir.

¿Cuesta cerrar puntos suspensivos y lanzarse al salto de comenzar ese punto y aparte?

-Sí que tras el último disco y este Cerrando puntos suspensivos, a lo mejor, hay una etapa que se ha pasado. Siento que han pasado cosas muy importantes desde que salió mi primer disco, Con derecho a..., en 2013, pero claro, al final ha sido como una bomba para mí y ahora me siento de otra manera. Tengo más seguridad, y tengo ganas de hacer más lo que me de la gana, de arriesgar, de seguir metiendo caña... He aprendido demasiado y ahora supongo que me tocará aprender otras cosas.

Ahora, de cara a futuro y con el papel en blanco por delante, ¿qué líneas tiene en mente escribir?

-Estoy escribiendo ya muchas canciones para lo que viene y tengo varios proyectos en la cabecita que poco a poco iré mostrando. En las canciones que estoy escribiendo hay temática de todo, como a lo que acostumbro: hay amor y desamor -un poquito (risas)-, y hay mucha crítica también. Por ejemplo, estoy escribiendo sobre la crisis de refugiados, sobre el odio que se dispara en las redes sociales, sobre la búsqueda interior de la felicidad -un poco mística...-. Por ahí van los tiros.

Muchas de sus canciones defienden mensajes sociales y de hecho, sobre el escenario podemos verle acompañada de una intérprete de lengua de signos. ¿Hasta qué punto llega el poder de la música?

-Es imposible cambiar el mundo con una canción o con una obra de arte, pero al menos sí que se puede hacer reflexionar a la gente y se pueden lanzar mensajes muy potentes. El hecho de que nosotros llevemos un intérprete de lenguaje de signos ya es una declaración de intenciones y es una idea que tenemos de vida: la inclusión y que todo el mundo nos parezca exactamente igual y, a la vez, exactamente diferentes. Hay que intentar, cada uno en su medida, ir quitando barreras y desde la música se pueden lanzar canciones que se conviertan en himnos sin quererlo.

Y como diría Tío Ben en Spiderman, ¿un gran poder conlleva una gran responsabilidad?

-Totalmente, yo al menos es lo que siento. Cuanta más exposición tengo, cuando suben los números de Instagram, en redes sociales, en YouTube? Que no lo miro mucho, pero sí que cuando tienes cada vez más cientos y miles de gente delante, es poder y para mí es una responsabilidad enorme. Creo que tiene que ser muy importante lo que digo porque va a llegar a mucha gente y tengo que tener cuidado. También tengo miedo de cagarla, pero le doy mil vueltas a todo para intentar que el mensaje sea un mensaje que ayude a vivir, que no incomode y que sea humano ante todo.

“Rozalén es un icono feminista” o “escucha Puerta violeta, el himno feminista de Rozalén” son algunos de los titulares que se pueden leer los medios. ¿Feminismo es??

-Feminismo es sinónimo de igualdad y es la lucha por la igualdad de derechos entre las personas en general. Y no solo igualdad entre hombres y mujeres, porque el feminismo siempre ha estado ligado a las minorías y a los grupos olvidados. Fíjate cómo comenzó en Estados Unidos, cuando las mujeres se movieron por la esclavitud de la raza negra. Eso es lo que han hecho las mujeres, estar siempre al lado de los desfavorecidos y luchar por sus derechos, por eso hay que tener tanto respeto al feminismo y es tan importante que le demos importancia al concepto y que no reneguemos de eso.

A aquellos que se sienten amenazados por el feminismo, ¿qué les diría?

-Que indagaran un poquito más, porque a veces los conceptos están un poco distorsionados o tienen una imagen radical de algo que en realidad es súper amable. Las mujeres feministas lo que quieren es estar en las mismas condiciones que el resto de las personas y que los hombres. De hecho, amamos a los hombres y los queremos como aliados. También creo que el feminismo es algo que libera al hombre porque le permite llorar, le permite gozar de todo lo femenino que es maravilloso y que el hombre también posee. El hombre, a veces, por ser hombre dentro del machismo tiene que tener una responsabilidades que no deberían ser de determinada manera. El feminismo es algo positivo que ayuda a absolutamente todo el mundo y los hombres creo que también querrían un mundo en el que las mujeres estuvieran felices.

Y de repente, una se encuentra con que hay partidos políticos que no sólo quieren derogar la ley de violencia de género, sino que, además, suman un buen puñado de votos. ¿Queda tanto por hacer?

-Era de esperar que si el movimiento feminista era tan potente, hubiera una reacción por parte de la gente que ha estado tantísimos años acomodada. Los hombres que quieren a las mujeres de otra manera no quieren perder sus privilegios y tenían que saltar por algún lado. Me pone triste cuando les parece injusta la ley de violencia de género, ya que no será exactamente igual entre hombres y mujeres, pero si no lo es, es porque las asesinadas son las mujeres, no los hombres? o extraña vez. O que quieran generalizar con que hay mujeres malas? claro que las hay, pero cuando es una cosa de terrorismo de Estado que tantas tantas mujeres sean asesinadas, hay que tomar medidas y las cosas tienen que empezar de alguna manera. Hay que seguir luchando por esto y hacerlo desde la reeducación, desde el amor? Lo voy a repetir las veces que haga falta, creo que es un camino en el que debo estar y que hay que quitar vendas poco a poco.

Hablamos de políticos que, nombres y apellidos a un lado, también buscan revisar la Ley de Memoria Histórica. Atrás queda la guerra civil y el franquismo, pero ¿todavía planea el “calla, no remuevas la herida y llora siempre en silencio” que canta en su tema Justo?

-Sí, a veces pienso que últimamente Franco está más vivo que nunca (risas). Si lo de la ley de violencia de género me da pena, con lo de la ley de memoria histórica me muero de la pena. Estoy tan convencida de que un pueblo no puede mirar hacia delante, como decía el Papa, teniendo a sus muertos escondidos? Me parece de tal deshumanización que se haya callado tanto, que después de una guerra civil no nos expliquen en el colegio lo que ha pasado, ver a chavalitos cantando el Cara al sol, que haya una montaña que sea un mausoleo de un dictador que provocó una guerra? No me entra en la cabeza, y cuanto más estudio y más leo, más convencida estoy. Encima en mi casa lo he vivido: hemos tenido nuestro desaparecido y hemos tenido la suerte de encontrar la fosa. Me cuesta creer que la gente no dé importancia a nuestros muertos, o que hablen de ellos como si fueran huesos que le tiran al perro... Y si lo sienten así, es porque no lo han vivido ellos y les deseo que no lo vivan. Es muy triste ver cómo tu bisabuela o tu abuela no saben dónde pueden llevar una flor a su ser querido.