Vitoria - Tras varios días de preparación y montaje, el pasado miércoles por la noche se inauguró en Nueva York la primera exposición individual en la ciudad norteamericana de la artista gasteiztarra Gala Knörr, The Selfish Meme. De hecho, un buen número de personas se acercaron hasta la galería Pablo’s Birthday, ubicada en plena Orchard Street, para conocer de primera mano el proyecto de la creadora, que lleva desde finales de junio al otro lado del Atlántico, aunque en breve volverá al viejo continente, dejando que sus obras se sigan encontrando con el público.

Tras la beca de residencia del Solomon R. Guggenheim Museum que hace un par de años le permitió realizar una estancia de lo más fructífera en la Gran Manzana -la misma ayuda que hace escasas semanas también ha recibido el artista vitoriano Jon Gorospe-, esta exposición supone un paso más, y muy importante, dentro de la trayectoria de una creadora que, por ejemplo, para 2020 ya tiene otras exposiciones previstas en ciudades como Londres.

“La naturaleza curiosa y humorística de la práctica de Knörr, expresa y representa sus interpretaciones y comentarios sobre cómo la sociedad navega dentro de los reinos tangibles y online, reformando nuestros hábitos e impulsando las identidades contemporáneas hacia nuevos diálogos”, explican desde la galería estadounidense fundada por Arne Zimmermann a principios de este siglo. “Las obras que conforman la exposición hablan sobre la práctica cultural del narcisismo como conductor de los avances tecnológicos que han llegado a controlar y dominar nuestras vidas como consumidores. Nuestra identidad, nuestros gustos y nuestra personalidad son objetos de comercio dentro de un espejismo utópico en Internet. Al mismo tiempo las redes sociales tienen un aspecto radical, debido a su accesibilidad podemos compartir contenido que no se encuentra regularmente en los medios mainstream, pero a veces hace que sea difícil de entender nuestras realidades cotidianas y a su vez cuestionarlas”.

Cabe recodar, además, que Knörr acaba de ser seleccionada, entre otros casi 300 artistas, para hacerse con el premio de Generaciones 2020 de La Casa Encendida de Madrid, un proyecto nacido para mostrar los diferentes canales de creación en los que trabajan los jóvenes artistas residentes en el Estado. Su principal objetivo es ofrecer una plataforma, dedicada al arte actual, para mostrar el trabajo de jóvenes creadores y difundir estas propuestas entre la crítica especializada y el público general.