La película Aro Berria, ópera prima de la navarra Irati Gorostidi Agirretxe, está obteniendo una buena respuesta por parte del público de la Comunidad Foral. En concreto, la propuesta sigue en la cartelera de los cines Golem Yamaguchi. Y las/os lectoras/es de DIARIO DE NOTICIAS pueden ver aquí un clip en exclusiva facilitado por la productora del filme (Apellániz y de Sosa).

La película culmina un proceso de investigación que Gorostidi comenzó hace años en torno a la comunidad Arco Iris que a comienzos de los 80 se instaló en Lizaso y a la que pertenecieron sus padres antes de que ella naciera.  

Las personas que se reunieron en aquella comuna tántrica buscaban otra forma de vivir, al margen de los marcos hegemónicos. En este sentido, Irati Gorostidi Agirretxe (Eguesibar, 1988) ha firmado una película que también defiende otro modo de hacer cine. Y ha contado con un equipo técnico y artístico que se ha zambullido junto a ella en esta experiencia multisensorial arriesgada con escenas muy poco comunes en las propuestas que alcanzan la exhibición comercial. 

Decepción y comunidad

La propuesta de Gorostidi comienza en la Donostia de 1978. Los trabajadores de la fábrica de contadores de agua se reúnen en asamblea para debatir una huelga que finalmente no prospera. Decepcionados, los más inconformistas dirigen sus aspiraciones de transformación radical hacia ámbitos más íntimos. Algunos abandonan la fábrica y se integran en una comunidad aislada en las montañas de Navarra, donde decenas de jóvenes emprenden una intensa búsqueda a través de experiencias catárticas compartidas.