pamplona - Han pasado quince años desde su último concierto y ahora, unidos por una buena causa, Tahúres Zurdos regresan a los escenarios. Se trata, eso sí, de una vuelta puntual y ocasional, ya que la emblemática formación navarra va a ofrecer una única actuación, de carácter solidario además. Más allá de las ganas del reencuentro, la iniciativa ha surgido a raíz del interés de la banda por sumar su apoyo y su música a la investigación del síndrome de Dravet. Y para ello han organizado un concierto benéfico en Zentral el próximo 17 de agosto, en el que también actuará la banda Leña al Mono. Las entradas ya están a la venta, al precio de 12 euros más gastos de gestión, y se pueden adquirir tanto en la página web de Zentral como en El Infiernito Guitar Shop y en Tai Tatuajes. En caso de que no se agoten las entradas, el día del concierto también se pondrán a la venta las localidades restantes en la taquilla de la sala pamplonesa, a un precio de 16 euros. El importe de todas las entradas vendidas será destinado a la Fundación Síndrome de Dravet, que promueve la investigación de esta enfermedad rara.

Como semilla original de este regreso, hay que remontarse a un puñado de años atrás, a 2014, cuando Aurora Beltrán, Kutxi Romero y Boni ofrecieron un concierto solidario por el Dravet en la Casa de Cultura de Noáin, que además plasmaron en un CD y DVD. Aquel fue un emotivo proyecto que contó con gran respuesta por parte del público, que terminó por convertirse en el punto de partida para que Aurora continuase ligada con la causa y, de ahí, se tantease la posible vuelta de Tahúres Zurdos, también con fines solidarios. Dicho y hecho: el resto de miembros de la banda no dudó en sumarse a la iniciativa.

Así, el 17 de agosto será el primer concierto de Aurora Beltrán -voz y guitarra-, Lolo Beltrán -guitarra-, Juanma Ugarte -bajo- y Javier Lizarazu Puntxes -batería- en quince años como Tahúres Zurdos y esta misma tarde tienen previsto reunirse para comenzar a dar forma al repertorio. Avanzan que la cita en Zentral contará con una selección de temas a partir de toda su discografía. Y ésta, fruto de sus diecisiete años de andadura musical, reúne ocho discos de estudio y el CD y DVD recopilatorio titulado 17 años, que la banda grabó en directo en la sala Noboo de Tudela en diciembre de 2003.

Porque aquel fue el punto final a una trayectoria que comenzó en 1987, cuando Aurora Beltrán -tras disolverse su banda Belladona-, se unió a su hermano para formar un grupo, que terminarían por completar Luis Salcedo al bajo; y Javier Lizarazu Puntxes a la batería. Debutaron en 1988 con un álbum de título homónimo y dos años después, ya con Juanma Ugarte como bajista, vio la luz su segundo trabajo, Tahuría. Respaldados por el éxito que obtuvieron sendos compactos, ficharon por EMI para editar su tercer disco, Nieve negra (1991), que terminaría por ser su pasaporte para tocar fuera de Navarra.

Le siguieron Árido (1992), La caza (1994), Azul (1996), Tak (1998) y El tiempo de la luz (2000), que terminó siendo el último disco de estudio de los navarros, antes de que finalmente terminase por disolverse el grupo en 2004. Hasta ahora.

una vuelta para cargar pilas Conscientes de la repercusión de su vuelta, desde la banda declinan por el momento entrevistas y tratan de poner el foco mediático en la causa solidaria: el importe de las entradas será destinado a la Fundación Síndrome de Dravet, que actualmente reúne a alrededor de 200 familias en todo el Estado, cuatro de ellas navarras. Una de estas familias es la de Ainhoa Pariente, cuya hija Adriana está afectada por la enfermedad. Y para ella, que Tahúres Zurdos después de quince años decida juntarse y lo hagan unidos por el Dravet, es ilusionante.

“Me carga las pilas de esperanza otra vez”, comenta la navarra, que tan sólo tiene palabras de agradecimiento tanto para la banda como para todos aquellos que han ido apoyando a la fundación desde que se creó en 2011.

Porque la suya es una pelea sin tregua frente a una enfermedad para la que todavía, a día de hoy, no existe un fármaco efectivo para controlar las convulsiones que sufren los niños y niñas afectados -que en ocasiones derivan en fallecimientos-, por lo que desde la fundación dedican todo su esfuerzo, dinero y tiempo en promover la investigación tanto de fármacos paliativos, como de fármacos dirigidos a curar la enfermedad. Porque sí, el Dravet se puede curar.

“Hay ya grupos de investigación, en Pamplona se está investigando la cura del Dravet... Y esto es gracias al ruido y a gritar que es una enfermedad curable y que los científicos se animen a a investigar la enfermedad”, explica Pariente. De ahí que acciones como la de Tahúres Zurdos sea una bombona de oxígeno, no sólo por el factor económico del concierto, sino por la repercusión mediática e impacto que se puede alcanzar, ya que “lo que no se conoce, no se cura”.

De cara al concierto en Zentral, sólo espera que “Tahúres disfrute muchísimo de la vuelta, que la sala se llene y que se viva una noche como suele ocurrir con estas cosas, que cuando tocas por algo así, sin que nadie te lo pida y lo haces porque tú crees en este sueño... Son noches con alma”.

¿Qué es el síndrome de dravet?

Descrito en 1978. El síndrome de Dravet, también conocido como Epilepsia Mioclónica Severa de la Infancia (SMEI), fue descrito en 1978 por la psiquiatra y epileptóloga Charlotte Dravet y es una forma rara y catastrófica de epilepsia intratable que comienza en el primer año de vida, con una incidencia estimada de 1 cada 16.000 nacimientos. Hasta 2003 no existió un test genético que ayudara a diagnosticar la enfermedad. Esto explica que el número de afectados no se conozca con exactitud. Se estima que la incidencia de la enfermedad es de 1 de cada 16.000 nacimientos, lo que la encuadra en el grupo de enfermedades raras (afecta a menos de 1/2.500).