PAMPLONA - Camaleónica y defensora de la mujer, Lia Chapman (Barahona, 1967) se crió en Nueva York y estudió Sociología en la Universidad de Fordham. Tras casi 20 años de trayectoria como modelo, estudió Dirección en UCLA (Los Ángeles) y después de más de dos décadas trabajando como actriz en cine, teatro y televisión, debutó como directora con el premiado cortometraje Ángeles rotos (2015). Posteriormente, dirigió su segundo corto, En los brazos de mi madre (2017), que recibió 8 premios, entre ellos el Mejor Cortometraje de Ficción en la Muestra Internacional de Cortometraje Solidario y Sensibilización. En 2017, Chapman fundó la productora Mis 3 Hermanas y actualmente dirige su primer largometraje de ficción, Porque te quiero, que espera estrenar en el año 2020.

Empezó en las pasarelas desde muy joven. ¿Cómo fueron sus comienzos?

-Empecé a trabajar en una agencia de modelaje con tan solo 13 años. Todo empezó gracias a mi madre, que era patronista y una de las diseñadoras con las que trabajaba me llevó con su marido, un fotógrafo muy prestigioso de Nueva York en ese entonces. Cuando cumplí los 17 años me ofrecieron un contrato importante en otra agencia pero mi madre me insistió para que fuera a la universidad.

¿Por qué decidió decantarse por la actuación?

-Tras varios años desfilando en las pasarelas me di cuenta de lo superficial que podía llegar a ser ese mundo. Cuando acabé Sociología en Nueva York me fui a Madrid, en donde seguí trabajando como modelo y un día, al poco tiempo de haber tenido a mi hija, estaba haciendo la compra cuando una señora se me acercó y me preguntó si quería participar en una película. En ese momento acepté aunque no sabía nada de actuación y Katrina Bayonas, una agente muy importante, me dijo que me contrataba con la condición de que estudiase para ser actriz. Por aquel entonces, Juan Carlos Corazza acababa de establecerse en España y tuve el honor de formar parte de su primera promoción, en la que compartí escenario con Javier Bardem, Alicia Borrachero, Elvira Mínguez y Susi Sánchez, a los que admiro muchísimo.

En una entrevista mencionó que ser modelo le obliga a crear un personaje. ¿Concibe la actuación de la misma forma?

-En absoluto. Ya sea sobre un escenario o en la gran pantalla, actuar para mí es una terapia; un espejo en el que me veo a mí misma y ante el que puedo desahogarme.

¿Diría que forma parte del ciclo vital de cualquier actor el querer estar detrás de cámaras?

-En mi caso, sí. Hay un momento de tu carrera en el que quieres hacer papeles más comprometidos o arriesgados y si no te los dan tienes que buscar la forma de hacerlos tú misma. Fue así como me di cuenta de que la única forma segura de lograrlo era dirigiendo. Recuerdo cuando escribí el guion de mi primer cortometraje y se lo dí a leer a Fernando León y él me insistió para que lo dirigiese. Al final protagonicé el corto pero lo dirigió una amiga que conocí en las clases de Juan Carlos Corazza. Fue con Ángeles rotos (2015), el primer cortometraje que escribí, dirigí y protagonicé, con el que sacié mis ansias de mandar y de hacer cine social, enfocado en la mujer y en las relaciones de pareja.

Esta tarde ofrecerá una masterclass sobre masterclassbranding.

-Será una dinámica orientada a profesionales del cine hispano, ya sean actores, directores o productores, que tengan que enfrentarse a un proceso de casting en Estados Unidos. Tener una idea clara de cuál es tu marca es algo primordial a la hora de vender y es por ello que, al comienzo de la clase, los asistentes tendrán que rellenar un cuestionario sobre ellos mismos. También se tratarán las diferencias culturales que, por más mínimas que sean, pueden dificultar el proceso.