Lograr hacerse un hueco en el mundo del arte no es nada fácil. Y haber apostado todo por ello y que, una y otra vez, el trabajo no sea reconocido, menos aún. Y quien no lo crea así, que le pregunte a Ángel Presencio, quien prefiere decir que “más que una incomprensión” lo que vivió durante muchos años fue un “desencuentro de intereses”. Esta rabia acumulada durante tanto tiempo, materializada en una serie de obras pictóricas, se puede ver ahora en el Polvorín de la Ciudadela en una exposición que tiene por título ¡Hoy estoy protestón! y que muestra las experiencias creativas vividas en sus intentos fallidos en convocatorias y concursos de pintura.

La muestra permanecerá en el Polvorín hasta el próximo 10 de noviembre y contiene una serie de cuadros de desnudos y de coches que el artista, quien se mueve entre la abstracción y el expresionismo, realizó hace ya un tiempo. “Ahora me encuentro en otra fase, y si no fuera así no estaría aquí exponiendo, pero estos cuadros muestran esa rabia que sentía quizás no tanto con el mundo del arte sino conmigo mismo por no ser capaz de ofrecer lo que en ese momento se pedía para lograr hacerse un hueco”, admite Presencio (Pamplona, 1969), quien considera que lo que a él le ha interesado siempre en el mundo de la cultura lo ha tenido muy claro y le sigue interesando, “y son los valores que tienen que primar de hecho”.

Tal y como destaca, para él es fundamental “el proceso de ejecución de la obra, el aprendizaje, adentrarse en caminos que le sugiere el propio cuadro, la experiencia artística plena, el hecho de crear”. Pero ha observado que con frecuencia, en los diferentes concursos y convocatorias a las que ha acudido, se premian otras cualidades “como el valor conceptual de la obra, la repetición mecánica y sin riesgo de una fórmula de éxito o planteamientos que responden más a una orientación más científica del arte”.

El artista rescata una frase del cineasta Guillermo del Toro, que cuando hizo la película La forma del agua dijo: “Yo no sé si el mundo necesitaba esta película pero yo necesitaba hacerla”, y la lleva a su terreno. “En este caso es lo mismo, yo necesitaba hacer estos cuadros para liberar esa frustración que sentía”, apunta, para aclarar que ahora mismo se encuentra en un momento “mucho más poético y no tan protestón”. “Yo me asombro ante el mundo y pinto las cosas que me asombran, aunque en este caso es mi enojo, siendo este un enfado más conmigo mismo por mi incapacidad de adaptación al mundo del arte, al mundo social o a una serie de condiciones para las que no estoy superdotado precisamente”, añade.

pintura por placer Los tres desnudos de la exposición están basados en las fotografías que Richard Avedon realizó para el calendario Pirelli en el año 1995. “Se me ocurrió pintar estos cuadros cuando vi una de estas fotografías, que me pareció tan bonita que no me pude aguantar”, dice el artista, que decidió pintar este cuadro por su propio placer, “sin más explicación que esa”, apunta Presencio, quien considera que el mundo del arte exige ahora que todo se contextualice, “una tendencia de intentar maximizar todo” que le parece “enfermiza”. “Parece que hoy en día, si no justificas algo te quedas fuera del mundillo, y yo nunca he sabido explicar el por qué hago lo que hago; no es que no haya querido, es que directamente no he sido capaz”, agrega.

En el Polvorín, además, se pueden ver dos cuadros de gran formato de coches y otro más, en un formato mucho más pequeño. “Son el resultado de unos concursos de pintura rápida a los que me presento, que se suelen denominar concursos de pintura al aire libre, un término que no me gusta en absoluto”, apunta. En estos concursos, señala, realiza lo que considera “que es más importante para el cuadro”, aunque los valores que se premian son otros. Después de un intento fallido con un cuadro que el artista considera que “merecía un premio”, Presencio decidió apuntarse otra vez al concurso y pintar un cuadro “acorde con las exigencias del jurado”. “Intenté hacer un cuadro realista, pero por mucho que tuviera esa voluntad, se aprecia que en las ruedas ya pierdo el hilo y me dejo llevar; y es que parece que siempre sale algo dentro de mí que no me deja seguir las reglas establecidas, sino que me hace buscar nuevas oportunidades plásticas”, destaca el pintor, que subraya que su proyecto creativo “siempre tiene lugar” en el momento en que está trabajando. “Es cuando me surgen todas las ideas, no antes ni después”, añade.

La exposición, que permanecerá abierta al público hasta el 10 de noviembre, se podrá visitar en horario de martes a viernes, de 18.30 a 21.00 horas; los sábados, de 12.00 a 14.00 horas y de 18.30 a 21.00 horas; y los domingos y festivos, de 12.00 a 14.00 horas.

Segunda exposición individual en Ciudadela. Ángel Presencio es licenciado en Bellas Artes por la UPV en la especialidad de Pintura. Se ha formado, además, en Jerez de la Frontera, en Segovia, en Londres y en Pamplona. Esta es la segunda vez que expone de forma individual en la Ciudadela, a la que regresa después de ocho años. En aquella ocasión, mostró óleos sobre lienzo con su particular visión de temas o elementos cotidianos como Osasuna, los encierros, el otoño o paisajes urbanos.