pamplona - ¿Qué tal el aterrizaje?

-Muy bueno, estoy muy contenta con todo el personal de Fundación Baluarte y de la Orquesta Sinfónica de Navarra (OSN).

Le toma el relevo a Félix Palomero, con quien ya había coincidido en anteriores ocasiones. ¿Ha podido trabajar con él unos días antes de tomar las riendas por completo?

-Sí, Félix ha sido extremadamente generoso en este traspaso, lo cual no siempre es así. Él tenía experiencias muy negativas al respecto y yo también, así que por eso hemos tenido una gran empatía. Me ha ayudado mucho en esta transición porque entre junio y julio he venido en varias ocasiones y ya me empezó a explicar el funcionamiento de la Fundación Baluarte. Porque no es fácil y cada institución tiene un funcionamiento muy particular y distinto. Y el hecho de que la propia Fundación Baluarte no tenga dentro de su propia estructura ni administración ni comunicación, sino que se haga a través de NICDO, hace que la forma de trabajar ya sea diferente. También es diferente el trabajo de cada orquesta. A mí me gusta mucho trabajar en equipo y este es un mensaje que desde el primer momento lancé a todas las personas de la OSN. La labor en equipo es muy importante. Tenemos que unirnos y remar todos en la misma dirección. Esto hará que la OSN retome o encuentre su sitio como un vehículo de servicio cultural para todos los navarros y navarras. La OSN es un patrimonio muy importante cultural del pueblo navarro.

En su programa ya apuntaba que hará especial hincapié en la recuperación del patrimonio musical navarro...

-A este respecto tengo que decir que esta temporada abrimos con una obra de Lorenzo Ondarra. Hace un par de días tuve la ocasión de estar en una conferencia de Igor Ijurra -director del Orfeón Pamplonés- hablando de la música de este compositor. Este Te Deum que abre la temporada de conciertos -el viernes día 11 de octubre-, y la finalización de la misma con una obra encargo de Fundación Baluarte a la compositora Teresa Catalán, es una declaración de intenciones de esta recuperación del patrimonio. Recuperación de obras y grabación, e incorporación de estas grabaciones al Archivo de la Música y de las Artes Escénicas de Navarra. Esto lo voy a hacer sí o sí, porque es una de mis prioridades, que será grabar la música tanto actual, la música que se está produciendo ahora mismo en Navarra o fuera de Navarra por compositores y compositoras navarros, como lo que está ya dentro del patrimonio. Hay que hacerlo poco a poco, lógicamente, porque es un trabajo musicológico que lleva un tiempo. Pero para mí es fundamental, porque es un patrimonio que está ahí. Por ejemplo, las obras de Emiliana de Zubeldía -compositora navarra a la que se homenajeará en un concierto el 14 de mayo en Baluarte- estaban hasta ahora en México y yo, sinceramente, hasta antes de llegar aquí no sabía ni quién era esta señora. Esto es imperdonable.

A grandes rasgos, ¿cómo se ha encontrado la Fundación Baluarte y la OSN?

-Yo no podría haber hecho mejor la labor que hizo Félix Palomero -anterior gerente-, de ninguna manera. Fue una labor burocrática y de gestión importantísima. Eso está resuelto. Félix lo dejó perfectamente atado. Y él decía que ahora es el momento de pensar hacia dónde queremos que vaya la Orquesta. Queda dar un paso más que es el artístico.

¿Y cuál es ese camino que debe tomar la OSN según Mª Antonia Rodríguez?

-Tenemos que hacer que la OSN crezca. Parece obvio, pero no lo es. Quiero dar mucha más importancia a la masa orquestal. Creo que se han llevado, hasta ahora, unas temporadas cargadas de solistas, de directores invitados, y eso está muy bien, pero quiero darle más prioridad a la Orquesta. Tiene que encontrar un sonido propio y una identidad como orquesta. Tenemos que trabajar sobre un repertorio en el que podamos crecer. El nivel que tenemos ahora es muy bueno, y esto se puede mantener o se puede mejorar. En definitiva, quiero un protagonismo mayor de la orquesta. Es algo que ya he hablado con Manuel Herández-Silva -director artístico de la OSN- y él está de acuerdo. Aunque claro, para esto hace falta dinero. También quiero trabajar muy conjuntamente con el Orfeón Pamplonés, nuestro coro hermano, que es importantísimo para nosotros y considero que también nosotros para él. Tenemos que ir de la mano, sin descartar otras opciones porque las masas corales aquí en Navarra son importantísimas. Así que seguiremos con las colaboraciones con otros coros, como la Coral de Pamplona, la Federación de Coros... Vamos a ir progresando, sin prisa pero sin pausa. También quiero entrar en otros proyectos, de pop, rock... Tenemos que abrir tanto la OSN como la Fundación Baluarte para hacer cosas que sean interesantes para todo tipo de público.

Ya que lo menciona, ¿cuál es el presupuesto con el que le gustaría contar para la OSN?

-No vamos a entrar en cifras. Entendemos que el año que viene continuaremos igual o creceremos un poco. No me preocupa este tema porque tras una reunión con la consejera Rebeca Esnaola entiendo que la Fundación Baluarte y la OSN son una prioridad a nivel cultural. Estoy muy tranquila. No hablemos de cifras, que dicen que es una grosería hablar de dinero.

No hablaremos de cifras, entonces, pero sí que es cierto que la OSN se lleva un buen trozo del presupuesto destinado a la cultura. ¿Qué es eso tan especial que tiene que haga que, por ejemplo, la OSN reciba una dotación mayor que la destinada a los archivos?

-Mantener una orquesta cuesta un dinero. Aquí se está manteniendo una orquesta clásica, es decir, menos imposible. La plantilla de la Sinfónica de Navarra es una plantilla muy reducida. Somos pocos pero buenos. Y con un presupuesto más bajo del que cuenta, la OSN no podría funcionar. Tenemos que tender a ir hacia arriba. Esto lo tengo claro. Por otro lado, la Orquesta es identidad de Navarra, es cultura de Navarra. Y tener una Orquesta Sinfónica de Navarra claro que cuesta un dinero, pero creo que es un dinero muy bien gastado. Y poder surtir a la Biblioteca General o el Archivo de música de compositores navarros es crear un patrimonio cultural que no se paga con dinero. Todo lo que se pueda destinar a cultura será poco, porque es imprescindible, es identidad. Y la OSN es una parte muy importante del patrimonio cultural de Navarra. Claro, la gente a lo mejor ve cifras y piensa que la OSN cuesta un pastón; pero es que está compuesta por unos trabajadores a los que también les gusta comer a fin de mes. Y tengo que decir que se les paga en su justa medida por el trabajo que hacen.

Hace relativamente poco se firmó el Estatuto de la Orquesta Sinfónica de Navarra. ¿Qué garantías aporta este documento tanto para la OSN como para el ciudadano de a pie?

-Este estatuto convierte a la OSN en la orquesta oficial de la Comunidad Foral al servicio de la cultura navarra. Podemos entrar en más disquisiciones, pero esta es la base. Es la identidad. El otro día, con los compañeros del Orfeón, me decían que en un encuentro reciente yo repetía mucho la palabra identidad. Y es que me parece realmente importante. Los navarros y navarras tienen que sentirse identificados con su Orquesta. Todos deben conocer su labor y disfrutar de ella.

La sede provisional de la OSN está de momento en la Casa de Cultura de Villava. ¿Cómo va la búsqueda de una sede permanente?

-Voy a pasar palabra. Es un tema complicado este de la sede. Lo ideal, obviamente, es que tenga una sede donde haya cabinas de estudio, un archivo, la oficina o una parte de la oficina, al menos... Sé que antes de llegar yo se valoraron muchas opciones y desafortunadamente todas se descartaron. Yo esperaría que de cara al futuro políticamente se pudiera encontrar una solución. Porque nosotros sabemos lo que necesitamos, pero se deben dar muchos factores para que esto suceda. No es un tema que yo pueda resolver desde mi puesto. De momento, nos quedaremos en Villava, que aunque no sea una sede definitiva nos encontramos muy a gusto. Y sí, deberíamos al más corto plazo posible encontrar una solución, pero hoy por hoy no puedo decir nada. Esto es una decisión de carácter político.

Como profesora que ha sido, ¿cómo considera que está la educación musical en Navarra?

-Una de las tareas que tengo todavía pendientes es reunirme con los responsables de los Conservatorios, Escuelas de Música, etcétera, y preguntarles qué podemos aportarles y qué nos aportarían ellos a nosotros. Digamos que hay que estrechar más vínculos todavía sobre las colaboraciones que tenemos. Estas no deben ser con el objetivo de cubrir algunas vacante de nuestra plantilla con sus estudiantes, porque ese tipo de colaboraciones no me gustan nada, ya que son una especie de contrato basura encubierto. Lo que les podemos ofrecer es que los alumnos de últimos grados puedan hacer con nosotros unos determinados programas y que estos programas sean para los alumnos un complemento a su formación. Y al margen de Conservatorios y Escuelas de Música, me gustaría estrechar lazos con colegios e institutos. Porque ahí está nuestro futuro.

¿Por qué cree que los jóvenes músicos recién graduados siguen yéndose al extranjero en busca de un futuro profesional? ¿Por qué no lo encuentran aquí?

-Nosotros tenemos varias vacantes. Y sacaremos estas plazas cuando la economía lo permita. Esto es una oportunidad de trabajo. Que los chavales salgan a estudiar fuera es normal, es un complemento a la formación, pero tenemos la obligación de darles la oportunidad de tocar con nosotros. Esto vamos a hacerlo en un futuro, cuanto más inmediato, mejor. Por eso vuelvo a decir que sí, la OSN cuesta un dinero, pero es que cuanta más plantilla podamos adherir más posibilidades habrá para nuestros jóvenes que están fuera, y por eso hay que verlo como una inversión y no un gasto.

¿Cuáles serán sus líneas de gestión y sus principales objetivos para la Fundación Baluarte?

-El objetivo más importante de todos es visibilizar el trabajo que hacemos, y que la gente, a través de hacerlo visible, venga a Baluarte. Nuestro trabajo es hacer que Baluarte se integre en la sociedad navarra. Las líneas de programación serán continuistas porque se ha programado muy bien en los últimos años. Hemos visto en qué periodos del año funcionan mejor y peor los espectáculos y, por ejemplo, te adelanto que a partir del año que viene la programación empezará directamente en octubre y no en septiembre como ha hecho hasta ahora. Con la experiencia del público, dando más comunicación y siendo más activos en las redes sociales, creo que esta temporada y la que viene serán explosivas en muchos sentidos.

Esta temporada está muy enfocada a la figura de la mujer intérprete y compositora. ¿Tiene ideas ya para la siguiente?

-No, pero la tendencia será normalizar la presencia de mujeres dentro de la temporada. Este es un paso muy importante pero creo que tenemos que ir in crescendo. Te puedo asegurar desde ya que, si sigo yo aquí, en la Fundación se va a trabajar en esa línea.

El otro día dijo que esta dirección tendrá muy en cuenta los ciclos como lo son Baluarte Cámara o Baluarte Txiki.

-Sí. Baluarte Txiki es el buque insignia de las temporadas de Fundación Baluarte. Evidentemente, el perfil internacional de conciertos, la ópera y demás son importantísimos. Pero, ¿dónde está lo más importante en nuestro trabajo? En Baluarte Txiki. Es un ciclo que está ya muy bien resuelto y asentado en la programación desde hace ya tiempo. Esto es la cantera y es donde está el futuro. Pero al margen de Baluarte Txiki, Baluarte Cámara o la Temporada Fundación Baluarte también hay otro público intermedio que es el de los jóvenes, que es al que me quiero volcar en futuras temporadas. Tenemos que atraer a un público que a lo mejor ni siquiera se interesa por la música, pero sí la música de cine, de videojuegos, el jazz o el pop. Yo soy clásica, pero soy partidaria de que lo clásico debe abrirse.

Para terminar, una cuestión un tanto ácida. Sabe que su nombramiento no ha estado exento de polémica, con la acusación de Navarra Suma sobre falta de transparencia en el proceso. ¿Tiene algo que decir al respecto?

-No, no tengo nada que decir. Vi el concurso publicado, la Fundación Baluarte pedía una serie de requisitos. Concursé como en todas las plazas que he ganado a lo largo de mi vida. Como siempre, cuando se sacan unas plazas a concurso unos ganan y otros pierden, y la opinión de estos últimos me parece igualmente válida que la mía. Yo no sé si tienen más capacidades que yo o no porque desconozco su currículum artístico y de gestión. Lo único que sé es que yo concursé como todos los demás y aquí estoy.