madrid - El cineasta Daniel Calparsoro ha condensado las casi quinientas páginas del best-seller El silencio de la ciudad blanca en un “potente y trepidante” thriller que llegará mañana a las salas españolas con el mismo título. “El reto no era hacer una traducción de la novela sino llevar al cine las emociones y sensaciones que yo tuve durante su lectura, y lo primero fue que la devoré, por eso quise hacer para el espectador una película trepidante”, dijo ayer el director.

Añadió Calparsoro el elemento romántico “muy fuerte, fatalista”, que ya está en la novela, a través del triángulo que protagonizan Belén Rueda, Manolo Solo y Javier Rey, pero desde el punto de vista de “una mujer empoderada, que es siempre la que lleva la iniciativa”, explicó Calparsoro, también en la relación con un joven y atractivo inspector que a la vez está “muy desvalido”. Y por último, en una tercera capa, el director ha rescatado y potenciado la mezcla del mundo contemporáneo y el mundo antiguo de la novela, que “roza el realismo mágico”, dijo, sin perder de vista su esencia de thriller, con muchas secuencias “eléctricas”.

“Calparsoro rueda acción como nadie”, afirmó Belén Rueda, impecable en su papel de mujer madura, casada con un famoso periodista (Solo) y máxima autoridad de la Ertzaintza en Vitoria, que dirige a los inspectores Unai Kraker (Rey) y su compañera Estíbaliz (Aura Garrido) en la investigación de varios asesinatos que parecen continuar una serie iniciada veinte años antes. El director destacó de Rueda su “generosidad y talento”, de Rey su “honestidad al transmitir sus intimidades”, la “magia” de Garrido, con la que ya trabajó en su anterior filme El aviso (2018), y especialmente, de los actores Solo y Álex Brendemühl, que aparece por partida doble convertido en dos gemelos, la perfección de las emociones que transmiten con sus trabajos.

La propia autora del libro, Eva García Sáenz de Urturi, ha estado pendiente del guion, adaptado por Roger Danés y Alfred Pérez Fargas. Para Calparsoro hay una escena que concentra y simboliza todo lo que sintió al leer el libro: es una persecución por los torreones de la catedral nueva de Vitoria en la que el asesino siempre lleva la delantera a los policías en varios planos largos donde las piezas se mueven como cobayas en un laberinto. “Yo siempre vi a Kraken como un hámster que da vueltas en una rueda que no va a ninguna parte, esa sensación de alguien desesperado que quiere salir, pero no encuentra el camino”, dijo.

“Unai está muy marcado por lo que le ha pasado, algo tan grave que es incapaz de superarlo. Es un tipo obsesivo, se hace daño, se lesiona corriendo por las noches, y creo que la aparición de este asesino le da alas para olvidar el tormento diario que tiene en su cabeza”, explicó Rey sobre su personaje. Por su parte, la subcomisaria Salvatierra (Rueda) es una mujer “con las cosas muy claras, muy profesional, y el tipo de mujer que se ha dedicado tanto a su trabajo que ha dejado un poco de lado lo que significa ser mujer”.

El director le ha pedido un gran esfuerzo físico a los actores, que tuvieron que mantenerse muy en forma; tanto, explican entre risas, que debían adelantarse al operador de la cámara steady cam que grababa sus carreras subido en un segway. “Es la primera vez que lo vemos”, se consuelan Rey, Rueda y Solo. La novela, primera parte de una trilogía de la autora, está ambientada en Vitoria, su ciudad natal, aunque, según apuntó Calparsoro, es un reflejo más amplio: “Hay una intención, el paisaje no es sólo Vitoria sino que es Euskadi, donde se mezclan el mundo rural y el urbano, y ambos conviven”. - Efe