tudela - Integrada por todos los componentes necesarios para convertirse en una película de culto, Ventajas de viajar en tren descubre a un realizador, el donostiarra Aritz Moreno, con una visión, un estilo y una claridad en su concepción del cine que es muy difícil de encontrar en un realizador que se estrena. La frescura, el dominio de los planos, de saber sacar lo máximo de los actores, de la luz y de todo lo que rodea a un rodaje hace predecir, sin mucho margen de error, que la película que ayer se presentó en el Festival de Cine Ópera Prima de Tudela, va a ser solo la primera de las que haga un director con una visión muy personal. Quizás no sea fácil de ver, ni demasiado comercial, pero un estilo tan definido no deja indiferente al público, o lo odian o lo aman y ahí nacen las obras de culto.

Ventajas de viajar en tren narra varias historias con el nexo común de la protagonista Pilar Castro, que transita por muy diversos mundos y géneros, desde la comedia, al cine de terror, la intriga... todo guiado por un ritmo frenético en el que brillan absolutamente todos los actores (Luis Tosar, Ernesto Alterio, Quim Gutiérrez, Belén Cuesta, Macarena García o Stephanie Magnin, también presente ayer en Tudela). Castro tropieza en el tren con una persona que la adentra en un mundo de fábula (en el que ella también transita) donde la esquizofrenia y la paranoia se mezclan hasta que la protagonista y el espectador no saben qué es real y qué es imaginación. Como indicó Moreno, “si alguien llega cinco minutos tarde se ha perdido media peli y eso engancha”.

el rodaje La calificación de película de culto no es gratuita. Ayer en Tudela el realizador contó cómo, Antonio Orejudo, autor de la novela en que se basa la película adaptada por el guionista de Enemy, Javier Gullón, vio el largometraje y le dijo que le había gustado. “Dijo que ‘cuando la escribí hace 20 años me la imaginaba así. Te deseo que no sea una película de culto, pero lo va a ser’”.

Pese a ser el debut de Aritz Moreno con un largometraje, su experiencia en cortos le hacía manejar bien sus necesidades en el rodaje. “No he hecho planos de más por si acaso los usaba. Tenía muy claro cómo usar cada secuencia y se rodó estrictamente lo necesario. No hago la película durante el montaje sino la hago en el rodaje. En montaje había pocas opciones de cambiar la película”. Eso demuestra que el donostiarra tenía muy claro qué y cómo quería que fuera su trabajo, pese a que, en realidad, sea una muñeca rusa de estilos, géneros, emociones, que llevan al espectador del drama a la comedia sin pasos intermedios. Tan pronto te sumerges en el París de Amelie como en el de Delicatessen o pasa del Club de la Lucha a Hotel Budapest. “Soy muy referencial veo mucho cine porque me gusta y por trabajo; es mi forma de trabajar. Hablar no es lo mío y me expreso mucho mejor con imágenes y con secuencias, tenía todo en la cabeza”. De hecho cuando buscaba dinero para la producción explicaba la compleja historia con fotografías y escenas, “tenía referencias de cada secuencia en fotos, entresacadas de otras pelis y Hotel Budapest era una de las principales, del tono, del vestuario de luces, de maquillaje... Decía a las productoras que era el Club de la Lucha mezclado con Hotel Budapest y dirigido por Wes Anderson”.

En lo que respecta a la novela, Moreno ha tratado de ser lo más fiel a la novela posible, un libro que calificó de “obra maestra”. De hecho excepto un par de licencias narrativas ha seguido al pie de la letra las numerosas historias que Orejudo destila en apenas 150 páginas, “no hemos usado ni el 40% de las historias que él narra”.

También con los actores es de destacar el trabajo del realizado dado que todo brillan a su mejor nivel. El casting estaba claro desde el principio y no hubo mucho tiempo para preproducción. “Solo realicé una lectura con cada uno de los actores y actrices a solas. Leyendo juntos para explicarles qué tipo de película queríamos hacer y para ver que todos estábamos en la misma onda y dimos muy pocas directrices en cuanto al tono. El contenido es tan excéntrico que lo teníamos que rodar así y teniendo los pies muy en la tierra”.

Pamplona. Buena parte del rodaje se realizó en Pamplona, tanto por las facilidades que ofrece Navarra Film Comission como por la cercanía a San Sebastián de donde es la productora Señor & Señora formada por Aritz Moreno y Leire Apellániz, que han llevado a cabo el proyecto.

Actriz. También estuvo presente la actriz Stephanie Magnin para quien el guión que le presentaron “era una maravilla. Pensé cuánto conflicto, qué reto, qué difícil. Es un gusto que en mi primera película te llegue un guión así”.

Público. El pase de ayer de ‘Ventajas de viajar en tren’ fue el primero que se hace a nivel comercial ya que sólo se había visionado en el Festival de Sitges, donde el público es mucho más proclive a ver películas tan duras.

Malos tratos. Una de las historias que se cuenta narra, en formato de fábula, una relación de sumisión con violencia de género y malos tratos físicos y psíquicos, para lo que contaron con asesores y profesionales. La realidad y lo bien que está narrado dejan al espectador pegado a la silla.